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miércoles, 14 de mayo de 2025

Buen viaje, Pepe

Ayer, martes y 13.
Desde distintas culturas, ya en la antigüedad (o sea hace una pila de años), el pobrecito martes ha sido considerado de mal agüero.
Consagrado al dios Marte, el de la guerra.
Martes y 13: La Torre de Babel entró en crisis por la confusión de lenguas.
En la cábala judía, son 13 los espíritus malignos.
Podríamos seguir anotando puntos en su contra. Desde ayer, por mi parte, le añadiré a ese día y fecha uno más.
Pepe, se fue.
Igual que Juan José Millas en muchas ocasiones es mi refugio, más que refugio, liberación; Pepe Mújica era mi esperanza.
Una buena amiga, me envía una noticia digna de aparecer en la portada de 𝐍𝐨𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨, junto al niño murciélago o al extraterrestre que entregó a la justicia a Roldan.
𝐴𝑙𝑣𝑖𝑛 𝐿𝑢𝑐𝑖𝑒𝑟, 𝑝𝑖𝑜𝑛𝑒𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑢́𝑠𝑖𝑐𝑎 𝑒𝑥𝑝𝑒𝑟𝑖𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑙, 𝑓𝑎𝑙𝑙𝑒𝑐𝑖𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝟸𝟶𝟸𝟷 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝟿𝟶 𝑎𝑛̃𝑜𝑠, 𝑠𝑖𝑔𝑢𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑜𝑛𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑠𝑜𝑛𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑢́𝑛𝑖𝑐𝑜𝑠 𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜 𝑎𝑛̃𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒.
¿Te imaginas?
Todo el disco duro de Pepe Mújica, en la nube.
Seguimos con la caja de Pandora abierta. Se liberaron todos los males de la humanidad. Dicen que en el fondo de la caja, quedó la esperanza.
Para Nietzsche «la Esperanza es en verdad el peor de los males, porque prolonga los suplicios de los hombres». Por eso colocarla en el fondo de la caja.
Y ahí seguimos. Y aquí sigo, entre lágrimas, añorando el ultimo libro de Millas, despidiendo a Pepe y con el run run (no el de la Megaprincesa, que también) de Melody.
Aquí sigo, en un café de amanecer, queriendo galopar lleno de rabia hasta el mar.
𝘈 𝘨𝘢𝘭𝘰𝘱𝘢𝘳, 𝘢 𝘨𝘢𝘭𝘰𝘱𝘢𝘳, 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘦𝘳𝘳𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘳
𝘕𝘢𝘥𝘪𝘦, 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦, 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦, 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘧𝘳𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦
𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦 𝘴𝘪 𝘷𝘢 𝘦𝘯 𝘵𝘶 𝘮𝘰𝘯𝘵𝘶𝘳𝘢
𝘨𝘢𝘭𝘰𝘱𝘢 𝘤𝘢𝘣𝘢𝘭𝘭𝘰 𝘤𝘶𝘢𝘵𝘳𝘢𝘭𝘣𝘰, 𝘫𝘪𝘯𝘦𝘵𝘦 𝘥𝘦𝘭 𝘱𝘶𝘦𝘣𝘭𝘰
𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘵𝘪𝘦𝘳𝘳𝘢 𝘦𝘴 𝘵𝘶𝘺𝘢

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