𝖮𝗇𝖾 𝗅𝖾𝗀 𝖺𝗍 𝖺 𝗍𝗂𝗆𝖾, dice en la cintura del pantalón.
No recuerdo donde lo compré. Tal vez, al otro lado del charco.
Una pierna cada vez.
Siempre que lo uso, niego la mayor. Me siento en la cama o en una silla y me lo pongo introduciendo las dos piernas a la vez.
Me recuerda a aquellas preguntas que Delta Airlines hacía a sus pasajeros antes del 11S.
¿Ha hecho usted su equipaje?
¿Lleva algún contenido explosivo o peligroso en su interior?
Desde que ha cerrado la maleta, ¿ha controlado su equipaje en todo momento?
El champú lleva instrucciones, y seguimos repitiendo a nuestros seres queridos al cruzar una calle: "Ten cuidado".
Prevenir. Adelantarnos a la fatalidad, poniéndonos en la peor situación.
Pero, a la vez, hablamos del destino, del karma, de lo inevitable.
Días en que el optimismo nos arrasa y dejamos a un lado cualquier prevención.
- Si te sienta mal el dulce, no lo tomes.
- Un día es un día
- He comido demasiado, he bebido demasiado... Un día es un día.
Otros, que pondríamos el letrero de ¡Precaución! Suelo húmedo, en cada frase y en cada acción habitual.
Y en esa locura frenética de sentido común e irresponsabilidad, nos movemos.
𝗙𝗿𝗮𝗻𝗰𝗼 𝗕𝗲𝗿𝗮𝗿𝗱𝗶, "Bifo", que me acompañó con sus reflexiones mientras el #putovirus mataba a diestro y siniestro, hoy, me plantea desertar.
𝐂𝐫𝐞𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐚𝐬𝐦𝐨, 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐞𝐥𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐨𝐥𝐨𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐯𝐨𝐥𝐮𝐧𝐭𝐚𝐝 𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐬𝐞𝐧𝐬𝐢𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝.
Ahí es nada.
𝐃𝐞𝐬𝐞𝐫𝐭𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐫𝐭𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐚, 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐞 𝐲 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫𝐢𝐨. 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐫𝐭𝐚𝐫 𝐝𝐞𝐥 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐲 𝐞𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐢𝐳𝐚𝐧𝐭𝐞.
𝐘 𝐩𝐨𝐫 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨, 𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐫𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐦𝐚́𝐬 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞, 𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐫𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐫𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬, 𝐧𝐨 𝐠𝐞𝐧𝐞𝐫𝐚𝐫 𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐯𝐢́𝐜𝐭𝐢𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐯𝐢𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐢𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐥𝐢𝐦𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐨 𝐲 𝐚𝐭𝐨́𝐦𝐢𝐜𝐨. 𝐃𝐞𝐬𝐞𝐫𝐭𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐞.
Este chico (tiene 74 años) siempre con alegría, con un sentimiento optimista de la sociedad y de la civilización.
Nada de "una pierna cada vez". ¡Desnudos! ¡Desmembrados!
Un cartel bien grande.
¡La extinción!
No, hoy no me marcaras el día, Bifo.
Hace un sol esplendido. Y aun con alguna preocupación, buscaré soluciones.
Sobreviviré a mi propio caos.
Y con las dos piernas juntas, saldré a la calle, y tropezaré... seguro.
¿Desertar? Ven, Bifo, ven que te invito a un vermut.
Animo y suerte.
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