martes, 3 de junio de 2025

Caballito de Troya torrefacto



Unas calles más arriba de mi casa hay aparcados varios camiones, grandes, inmensos.
Pienso si tal vez se abrirá la parte superior y aparecerán decenas de drones, manejados por pilotos desde Murcia o desde Vilanova i la Geltrú.
Miro todas esas ruedas, la cabina y la caja. Un camión de Troya.
Me cruzo con un señor malcarado que seguramente no ha dormido bien o simplemente tiene la cara así, de enfado, de no dar los buenos días o simplemente de sentirse Polaco liberal gobernado por la ultraderecha de más a la derecha.
Vuelvo al camión y recuerdo un autobús en el que viajé hace muchos años, no recuerdo el país ni a santo de que iba en él.
Era también un autobús de Troya, más que los camiones. Toda su carrocería estaba pintada como si fuera un dragón (creo que era un dragón, tal vez la imaginación mande más que el recuerdo).
Se abrirían las puertas y los ocupantes saldrían del estómago del dragón vestidos con ropas de colores, como si cada uno de aquellos trajes fuera una obra de arte y se echarían a volar. Drones en la guerra del arte. Cruzarían el océano y llamarían de puerta en puerta igual que si fueran “Testigos”, intentando comunicar la palabra de la belleza.
Mis zapatos llevan tonos verdosos y marrones, los pantalones mil rayas azules y una camisa amplia también azul, pero casi a juego con un cielo despejado. Llevo sombrero, es de color café natural, nada de torrefacto.
Tal vez podría formar parte de ese autobús dragón de Troya.
En los museos Smithsonian se ha revisado la historia. Todo lo que no le gusta a Donald (al pato no, al otro) se cambia, se borra.
Ese mismo tipo, prohibió un musical que cuenta la historia de un tiburón que sueña con ser un pez y tener escamas de purpurina (sí, purpurina).
Y yo soñando autobuses-dragones de Troya, cargados de humanos drones de colorines.
Mi piel está más oscura. No es por falta de higiene, son las largas caminatas y la exposición continuada al sol de invierno y primavera. Llega el verano, el tostado aumentará pero siempre con un toque rojizo, rosado. O sea, un cuadro.
La lavadora cumple su misión. En cuanto termine, volveré a mi caminata, a pensar que todo sería mejor con mayor tolerancia, con (me río) más libertad.
No, no es un problema de falta de libertad. Sigue siendo miedo, ignorancia, como decía mi añorado Bahuman, retrotopía; se perdió la idea de que las personas podríamos alcanzar la felicidad, se perdió la fe en cualquier utopía. Vamos a reconstruirnos modificando el pasado.
Miedo a los distintos, a los que no piensan igual. Miedo a aquellos pensamientos que por disruptivos creemos que nos acercan al abismo.
La tapa del camión se abre, espero drones armados con ganas de acabar con todo aquello que quiero, que valoro, que siento.
No. Son nubes que llevan escritas preguntas. ¡Que chulo!
¿Cuál es la fuerza que nos mantiene a flote contra la amargura o el hartazgo?
¿Cómo evitar la fatiga del ser, la melancolía del crepúsculo, cómo superar las grandes alegrías y las grandes tristezas?
¿Empezar de nuevo? ¿Reinventarse?
No oigo la lavadora.
Este último café era torrefacto, seguro.
Ánimo y suerte
* Imagen: Caballito de Troya - Artista: Eduardo Andriacci

#100cafesbuscandoelmar
#100cafesmasconunputovirus
#100cafesy2000paracetamoles


lunes, 2 de junio de 2025

Pollo frito



Hace unas semanas empezó el "run run". 
No, no me refiero al que lleva en el cuerpo el Anti-Napoleón Gallego (como lo apodó Wyoming) con la Megaprincesa Isabel Natividad. Ese es curioso, pero no.
El futuro es de los jóvenes, dicen. Esa población que prefiere a la ultraderecha porque "vocifera lo que los ciudadanos piensan". 
Volvemos al miedo, a la incertidumbre. 
La migración y el feminismo se han encumbrado como amenazas. ¿Para quien?
"Si trabajas como un robot, un robot podrá ocupar tu puesto", dice Gerd Leonhard . 
"Un Centro de datos se controla con un perro y un hombre. El perro vigila que nadie toque nada. El hombre da de comer al perro", decía un alto directivo.
Donald (el pato no, el otro) sigue jugando con la economía y con los misiles.
Y hablan de cloacas.
Ucrania ataca a los bombarderos de Rusia.
Gaza es la vergüenza de la humanidad.
Pobre Melody. Llegando a la cumbre de los "bocachancla" y convirtiendo su relato en algo absurdo.
Las armas nucleares. En Irán, "se vienen cositas". En Corea, les mola el desarrollo de armas nucleares. Una carrera por la seguridad, dicen, no por la guerra.
La Selectividad, más difícil.
¿Servicio militar obligatorio?
La violencia vicaria a diario. 
Y hoy amaneció nublado.
¿El futuro es de los jóvenes?
¿Los jóvenes son el futuro?
¿Ellos lo saben?
En nada, mi querida gestora me enviará el fatídico correo:
"Te sale a pagar tanto"
Y a mi se me abrirán las carnes y pediré a todos los santos, dioses e influencers que me toque la lotería, la bonoloto o lo que sea.
Pensaré en el futuro, sin saber cuanto tiempo me queda, nos queda.
Normalizaré todo. La guerra en un sitio, en otro, la violencia y la ignorancia (madre de todo) y me repetiré que lo único importante es que no me duela nada distinto a lo que me dolía ayer.
Miraré con cara de bobo a los gorriones que, a la hora de comer, se acercan a la terraza para que les ponga unas migas de pan.
Elecciones anticipadas en septiembre. 
Sangre, vergüenza, mentiras y rock&roll.
La higuera seguirá creciendo y el "run run" también.

El rey del pollo frito
El rey del pollo frito
Mirad mis ojos
Oíd mis pedos
Oled mi mierda, ya
Os pondré una etiqueta
Mi firma en el culo
Y os cubriréis el cuerpo de mis lapos
Porque yo soy el rey
El rey del pollo frito

Animo y suerte.