¿Y si las lágrimas fueran lluvia?
¿Y si la lluvia fuera torrente?
¿Y si la ignorancia, la envidia, la incomprensión, fueran esos guijarros?
¡Que llueva!
¡Que no deje de llover!.
Que los arrastre, que los lleve lejos.
Y tras la tormenta, tus ojos, dejaran de llorar.