martes, 14 de enero de 2025

Erizo, puercoespín



-¿Tu sabes para que sirven las nalgas?. Pues, para sentarse, pero también para levantarse.
Así empezamos la conversación con mi megaultrasuperfisio, Manuel. (Y me viene a la cabeza aquella canción de No me pises que llevo chanclas. "Manué, Manué, no te arrime a la paré...")
Y ahí, hablamos de esos huesos que están "soldados" pero que creemos que tienen algo de movilidad.
Bueno, yo, no hablé. Escuchaba intentando cruzar la información que recibía, con aquel movimiento sincopado, a contratiempo, que hice unos días atrás y que me mantenía dolorido.
- Fuera ropa. Y te dejo los calcetines, pero poco.
Boca abajo, con la cabeza metida en el orificio de la camilla, ya empiezas a sentirte un erizo, sin serlo.
Manuel, prefiere puercoespín.
Agujas cerca de las articulaciones de los pulgares (esas, impactan) de las manos.
Columna. Una, dos, tres, a derecha e izquierda. Y sigue, cuatro, cinco... Muchas.
Después, entre bromas, otras dos agujas en la fosa poplítea o por ahí; para terminar con otras dos cerca de los talones.
¡Te vas a enterar articulación sacroilíaca!.
- Ahora 15 minutos de lampara de calor.
Me quedé dormido. El erizo, puercoespín, se quedó dormido.
Menudo magreo me dio Manuel.
- Cuando llegues a casa, vas a oler a asado. Esta crema lleva muchas de esas hierbas que utilizas en tu cocina.
Al caer en la cama, al puercoespín asado, le dolían hasta las pestañas.
Estamos trabajando en ello, Manuel. Hoy, algo mejor, si.
Recibo un par de notificaciones de "C". Me recuerda que, ayer, fue el día mundial contra la depresión con un enlace a uno de mis textos que en su momento le dediqué.
Pienso en las agujas. Esas agujas que esta enfermedad mental, como otras, clavan en el alma y que nos hace vivir doloridos y ciegos.
Vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza. Así definía Saramago la ceguera.
Mañana es otra vida. ¿Recuerdas?. Lucharemos para sanar.
No hay dolor. Tu puedes, si o si.
Animo y suerte.
* Ceguera: Publicado el 13 de enero de 2020.

lunes, 13 de enero de 2025

Salmón, alga nori y mahonesa de albahaca



Sigue el viento, 1º de temperatura.
Mensajes. Bancos. Gestor. Trabajo. Más mensajes.
¿Piensas?
¿Qué demonios saca un hombre de pensar?. Solo Problemas.
Lo dijo Charles Bukowski.
Estaba recordando las noticias de ayer. Fue un error señor Juez, no volveré a ver tres informativos en el mismo día, lo prometo.
La cantidad de sandeces y medias verdades que algunos políticos dicen sin ningún tipo de rubor.
Todo por la pasta, por el puesto, por la silla.
No tengo ganas ni de nombrarlos.
Se hace difícil el día a día.
El problema de la vivienda. Los jóvenes. ¿Hasta que edad se considera ahora, a alguien, joven? ¿Hasta los 40?
No hace mucho (16/05/23), solicité a "mi" banco una hipoteca para comprar la vivienda en la que ahora vivo.
Su respuesta fue relativa a mi edad.
- Es que con su edad.
- Oiga, que lo que hipoteco es una casa. No mi cuerpo.
Se hace difícil, casi todo.
Ejemplo. Tomarte la pastilla de la tensión y salir de caminata.
A los 30 minutos, la necesidad imperiosa de vaciar la vejiga.
Buscas un sitio. Un bar, un supermercado o tras un seto.
Más caminata. Otra vez, busca, busca.
Me estoy planteando tomar la pastilla, por la tarde o dar vueltas al rededor del jardín como hacía en la terraza durante la pandemia.
Hablar con alguien, es difícil. De la compañía del gas, de la electricidad o con alguien del Ayuntamiento. Cita previa, diga 1, diga 7 o diga lo que quiera. Descargue nuestra aplicación, para estar más cerca. Hay una nueva actualización.
Compraré salmón y alga nori. Mahonesa de albahaca.
Mensajes. Trabajo. Más mensajes.
Ordeno y organizo libros, textos, publicaciones.
Pienso en aquella pareja (Blanca y Pedro) besándose en medio de la A2 durante la borrasca de 2021. ¿Tendrán problemas con el alquiler?
Si, la vida, a veces es una sopas de clavos; pero a ratos, gana el amor.
Salmón, alga nori y mahonesa de albahaca.
Animo y suerte.
*Fotografía de María de la Cruz Valdemoro

domingo, 12 de enero de 2025

Otra tregua


Sigo necesitando una tregua.
El día y los árboles me ayudan. Aunque un tímido sol se refleja en las ramas de los pinos del jardín, el viento me dice que no me mueva. Que me dedique a cocinar o a ordenar libros.
Una tregua de la realidad.
Me repito. Lo sé.
Puede que esto indique que estoy bien, que no necesito vomitar más bilis, porque ya lo hice.
𝗩𝗶𝗲𝗿𝗻𝗲𝘀, 𝟭𝟮 𝗱𝗲 𝗲𝗻𝗲𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝟮𝟬𝟭𝟴.
𝐴𝑏𝑟𝑢𝑚𝑎𝑑𝑜. 𝑇𝑜𝑡𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑎𝑏𝑟𝑢𝑚𝑎𝑑𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑.
𝐿𝑎 𝑎𝑑𝑣𝑒𝑟𝑠𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑠𝑒 𝑐𝑒𝑏𝑎 𝑒𝑛 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑚𝑒𝑟𝑒𝑐𝑒𝑟𝑖́𝑎𝑛, 𝑝𝑜𝑟 𝑚𝑢𝑦 𝑜𝑑𝑖𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑎𝑛, 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒𝑠 𝑜𝑐𝑢𝑟𝑟𝑒.
𝐿𝑎 𝑒𝑛𝑓𝑒𝑟𝑚𝑒𝑑𝑎𝑑, 𝑙𝑎 𝑚𝑎𝑙𝑑𝑖𝑡𝑎 𝑙𝑜𝑡𝑒𝑟𝑖́𝑎, 𝑞𝑢𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑦 𝑜𝑡𝑟𝑎 𝑣𝑒𝑧 𝑙𝑒𝑠 𝑡𝑜𝑐𝑎 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜𝑠.
𝐸𝑠𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜𝑠 𝑎𝑐𝑐𝑖𝑑𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠. 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑛 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑙𝑡𝑎𝑟 𝑢𝑛 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜. 𝑆𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑝𝑒𝑎 𝑒𝑙 𝑐𝑜𝑐𝘩𝑒, 𝑒𝑙 𝘩𝑜𝑟𝑛𝑜, 𝑜 𝑠𝑖𝑚𝑝𝑙𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑙 𝑣𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑟𝑜𝑚𝑝𝑒 𝑢𝑛 𝑐𝑟𝑖𝑠𝑡𝑎𝑙.
𝐸𝑠𝑎 𝑝𝑢𝑡𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑, 𝑞𝑢𝑒 𝘩𝑎𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎 𝑡𝑒𝑚𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒 𝑑𝑖𝑔𝑎𝑛 𝑎𝑙𝑔𝑜, 𝑜 𝑝𝑒𝑜𝑟, 𝑎 𝑠𝑢𝑠 𝘩𝑖𝑗𝑜𝑠. 𝑃𝑜𝑟 𝘩𝑎𝑏𝑙𝑎𝑟 𝑜𝑡𝑟𝑜 𝑖𝑑𝑖𝑜𝑚𝑎 𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑙𝑎 𝑝𝑖𝑒𝑙 𝑑𝑒 𝑜𝑡𝑟𝑜 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑟.
𝐿𝑎 𝑝𝑢𝑡𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑠𝑢𝑝𝑒𝑟𝘩𝑒𝑟𝑜𝑒𝑠 𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑠𝑒𝑛𝑐𝑖𝑙𝑙𝑎𝑠 𝑦 𝑓𝑟𝑎́𝑔𝑖𝑙𝑒𝑠 (𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠), 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑞𝑢𝑒𝑑𝑎𝑛 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝘩𝑢𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒𝑠 𝑐𝑎𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑏𝑖𝑒𝑛, 𝑠𝑖𝑚𝑝𝑙𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒.
𝐸𝑠𝑎 𝑝𝑢𝑡𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑, 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒𝑏𝑒𝑟𝑖́𝑎 𝑑𝑎𝑟 𝑚𝑎́𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑟𝑒𝑛𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑎𝑙.
𝐸𝑠𝑎 𝑝𝑢𝑡𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑, 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜𝑠 𝑙𝑙𝑒𝑛𝑎 𝑑𝑒 𝑟𝑎𝑏𝑖𝑎, 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑛𝑜𝑠 𝑔𝑢𝑠𝑡𝑎𝑟𝑖́𝑎 𝑝𝑜𝑑𝑒𝑟 𝘩𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑎𝑙𝑔𝑜 𝑦 𝑑𝑒𝑏𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑟𝑛𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑐𝘩𝑎𝑟, 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑎𝘩𝑖́.
𝐸𝑠𝑎 𝑝𝑢𝑡𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑, 𝑒𝑠𝑎 𝑡𝑜𝑧𝑢𝑑𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑.
𝑁𝑜, 𝑛𝑜 𝑠𝑜𝑛 𝑡𝑜𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖́𝑎𝑠. 𝐸𝑠 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑎 𝑝𝑢𝑡𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑.
𝑇𝑜𝑑𝑜 𝑔𝑢𝑒𝑟𝑟𝑒𝑟𝑜, 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑠𝑢𝑝𝑒𝑟𝘩𝑒𝑟𝑜𝑒, 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑑𝑒𝑟𝑒𝑐𝘩𝑜 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑡𝑟𝑒𝑔𝑢𝑎.
𝐸𝑙 𝑐𝑎𝑛𝑠𝑎𝑛𝑐𝑖𝑜, 𝑒𝑠 𝑚𝑢𝑐𝘩𝑜. 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑜 𝑝𝑜𝑑𝑟𝑎́ 𝑐𝑜𝑛 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠.
𝐿𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑒𝑔𝑢𝑖𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠.
Y vuelvo a este domingo ventoso.
Crema de calabaza "a presión", donuts de chocolate, alitas Ras el Anout, sopa de tomate, panecillos de masa morena ...
Y la puta realidad, no se aleja.
Una tregua, por favor.
Animo y suerte.
Imagen: Tregua de Navidad. I Guerra Mundial. 1914

sábado, 11 de enero de 2025

Tadeo



Suele ocurrirme con el inicio de año.
Puede ser que me pasen factura los días navideños. El ajetreo, las comidas, las cenas, la familia, los amigos. Las ausencias.
Me siento como si el motor hubiera gripado y necesitara reiniciar todo. Los propósitos, las ganas, los objetivos.
He vuelto a las largas caminatas, aunque mi espalda me diga que no, peleo con ella, hasta llegar al punto del Paracetamol.
Hoy, me ha salvado la campana. O quiero pensar que el viento es molesto, frio y hace que esa actividad sea desapacible.
Todos estos días pasados me han generado muchos bloqueos.
Una tarde de compras, en la que la duda de si darle un billete más o menos grande a un muchacho en la calle, me hizo sentirme mal cuando ya me decidí. El muchacho, ya no estaba.
Ver y oír hablar de la estrella de Belén. De esos Reyes Magos que ni son Reyes, ni producen ningún efecto mágico excepto en nuestra memoria.
Una ciudad ubicada en el centro de Cisjordania, de Palestina, donde las únicas estrellas en el cielo, son el resplandor de los cohetes y las bombas.
He pasado unos días "colocado" con la droga de los regalos, las luces y la alegría. Los polvorones y el turrón.
Cocinando, para no pensar en más. Pero no he sido capaz de articular. Me he dejado llevar.
Han vuelto a la memoria, aquellos "miserables". La nieve que lo cubrió todo, hasta nuestra vergüenza.
Si, nada volverá a ser igual. Doy fe.
Pienso en aquello de Jean-Paul Sartre:
«El mundo podría existir muy bien sin la literatura, e incluso mejor sin el hombre»
Me cuido. Cada día más.
Un buen amigo, en nuestro cruce de buenos deseos me decía:
"Año lleno de aprendizaje. Ahora tengo claras muchas preguntas. ¿Dónde?, ¿con quién?, ¿cómo?"
Algo es algo. Tiene claras las preguntas. Toca buscar respuestas.
Aunque siempre ocurre que cuando tienes la respuesta, la pregunta ha cambiado.
Sartre, Sartre, otra vez.
«Voy a sobrevivir a mí mismo. Comer, dormir, dormir, comer. Existir lentamente, en voz baja, como estos árboles, como un charco de agua, al igual que el banco rojo en el tranvía.»
Sonrío, recordando a un perro que se llama Tadeo y es de Bilbao.
Y de nuevo, mi alma está en paz.
¿Y la tuya?
Animo y suerte.

jueves, 2 de enero de 2025

Carbonara feliz


Tendré que hacer una reseña en algunas de las recetas que hago.
Así, seguramente, evitaré repetirme y que amigos y familiares no me miren por el rabillo del ojo cuando les ponga el plato delante.
No, no lo hacen. Pero a mi me lo parece. Y además, como empiezo a ser el pez olvidadizo de Nemo, pues más.
Hay platos que son, en estas fechas, casi fijos. Otros, son a petición popular y los que se repiten son los solicitantes.
Los huevos fritos con trufa. Por mucho que alguno diga que está harto de trufa, pues vale, pues bien. No comas.
Este año, añadí, la mantequilla con ralladura abundante. Y ha triunfado. Incluso en el modo vegano. Unas tostadas y dejar deslizar esa pastita.
También hubo, escabeche de setas. Le añades unas yemas curadas y adentro.
Mmmmm. Sepia a la mallorquina. Con sobrasada, pasas y piñones.
Confirmo que no sirve cualquier sobrasada, pero creo que dio el pego.
Crema de galeras, si. Cuando la nécora esta cara (siempre), puedes recurrir a ese horrendo animal con delicioso sabor. Controlando la cantidad de coñac y de sal.
A la parte vegana, una crema de calabacín que para que deje de ser aburrida, le pusimos un poquito de miso rojo.
También hicimos tartar de atún. Con aguacate y tomate. Una salsa muy umami, pero ligerita. Hubo un trampantojo con un sabor fantástico para la zona vegana.
Patatas rellenas, salmón marinado, guisantes con espinacas, lentejas al curry, pastel de huevo y tarta de queso con aroma de tomillo, brochetas de carne finísima y previos, con paté de corzo, encurtidos y salazones.
Claro está que hubo asado, cardos con bacalao y tortilla en trampa. Estos, son fijos.
Tomatitos y cebollas confitadas
Turrones, polvorones como para una boda, dulces y aprovechando la chimenea, cositas a la brasa.
Familiares, amigos. Todo bien.
Y en nada, el roscón.
Por cierto, al que no le guste que no lea. O que no coma, o que se vaya a hacer puñetas.
Que de eso, de tontos y botarates seguimos teniendo muchos.
Y me regalaron pasta fantástica, rebozuelos y huevos de gallinitas de esas de casa.
Y en nada, estaré mezclándolo todo, en una carbonara memorable.
Pues eso, que feliz 2025, y sobre todo, gracias a quien ha estado cerca. Con eso es suficiente.
Animo y suerte.
Marimer, gracias!!!

lunes, 30 de diciembre de 2024

Repetimos



Hoy, podría escribir sobre como vive ISI el estrés constante persiguiendo palomas, o sobre los plurales de determinadas palabras que recoge el Diccionario Panhispánico de dudas.
Podría hablar del menú para la noche de fin de año, o del consomé del día de Año Nuevo.
O recordaros lo de "Noches de desenfreno, mañanas de ibuprofeno".
Podría deciros que sigo con la misma lista de propósitos que en 2020. Solo lleva una palabra:
𝐈𝐧𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫𝐥𝐨
Pero prefiero copiar lo que ya escribí tal día como hoy, aquel maravilloso y poco valorado año 2016. Ocho años después, seguimos parecido.

𝟑𝟎 𝒅𝒆 𝒅𝒊𝒄𝒊𝒆𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒅𝒆 𝟐𝟎𝟏𝟔
𝑽𝒊𝒆𝒓𝒏𝒆𝒔.
𝑷𝒐𝒍𝒂𝒓𝒊𝒛𝒂𝒅𝒐𝒔. 𝑨𝒔𝒊́ 𝒗𝒊𝒗𝒊𝒎𝒐𝒔, 𝒄𝒂𝒔𝒊 𝒔𝒊𝒏 𝒅𝒂𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂, 𝒐 𝒔𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒂 𝒎𝒂𝒏𝒆𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒗𝒊𝒗𝒊𝒓.
𝑺𝒊 𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒍𝒂𝒓𝒊𝒛𝒂𝒅𝒐, 𝒏𝒐 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒏𝒂𝒅𝒊𝒆. 𝑵𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊𝒐́𝒏, 𝒐 𝒕𝒖 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊𝒐́𝒏 𝒏𝒐 𝒗𝒂𝒍𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂.
𝑬𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒊𝒛𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒅𝒂𝒔 𝒐 𝒅𝒆 𝒅𝒆𝒓𝒆𝒄𝒉𝒂𝒔.
𝑬𝒓𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑴𝒂𝒅𝒓𝒊𝒅, 𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝑩𝒂𝒓𝒄̧𝒂.
𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒓𝒏𝒆 𝒐 𝒆𝒍 𝒑𝒆𝒔𝒄𝒂𝒅𝒐.
𝑵𝒐, 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒔.
𝑵𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝑷𝒐𝒅𝒆𝒎𝒐𝒔 𝑵𝑶, 𝒚 𝑷𝑺𝑶𝑬, 𝒕𝒂𝒎𝒑𝒐𝒄𝒐.
𝑵𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒕𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒂 𝑴𝒂𝒓𝒊𝒂𝒏𝒐 𝒚 𝒂 𝑨𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕.
𝑺𝒊 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒆𝒏𝒇𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒑𝒐𝒍𝒂𝒓𝒊𝒛𝒂𝒅𝒐, 𝒑𝒓𝒆𝒇𝒆𝒓𝒊𝒓𝒂́ 𝒂 𝑺𝒖𝒔𝒂𝒏𝒂 (𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒆 𝒄𝒂𝒊𝒈𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒂𝒕𝒂𝒅𝒂) 𝒒𝒖𝒆 𝒂 𝑷𝒂𝒃𝒍𝒐.
𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝑴𝒂𝒅𝒓𝒊𝒅, 𝒋𝒖𝒆𝒈𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝑩𝒂𝒓𝒄̧𝒂. 𝑳𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑨𝒕𝒍𝒆𝒕𝒊, 𝒗𝒂𝒏 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝑩𝒂𝒓𝒄̧𝒂.... 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒏 𝒂𝒏𝒕𝒊𝑴𝒂𝒅𝒓𝒊𝒅.
𝑶 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒎𝒊𝒈𝒐, 𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂 𝒎𝒊.
𝑵𝒐. 𝑰𝒎𝒑𝒐𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆. 𝑷𝒐𝒔𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏𝒂𝒕𝒆. 𝑬𝒓𝒆𝒔 𝒖𝒏 𝒅𝒆𝒎𝒂𝒈𝒐𝒈𝒐.
𝑺𝒖 𝒑𝒐𝒍𝒐, 𝒅𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒃𝒊𝒕𝒂𝒏 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒔. 𝑫𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒔𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏 𝒄𝒐́𝒎𝒐𝒅𝒐𝒔, 𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒆𝒔 𝒓𝒐𝒃𝒆𝒏, 𝒍𝒆𝒔 𝒕𝒊𝒎𝒆𝒏.
𝑯𝒂𝒚 𝒒𝒖𝒆 "𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓", 𝒆𝒏 𝒂𝒍𝒈𝒖́𝒏 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓.
¿𝒀 𝒔𝒊 𝒏𝒐 𝒆𝒙𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒆 "𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓"?
𝑫𝒆́𝒋𝒂𝒎𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒐 𝒄𝒓𝒆𝒆, ¿𝒏𝒐?. 𝑻𝒂𝒍 𝒗𝒆𝒛 𝒔𝒆𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒎𝒂́𝒔.
𝑻𝒂𝒍 𝒗𝒆𝒛, 𝒑𝒐𝒅𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒑𝒐𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒊𝒍 𝒔𝒂𝒃𝒐𝒓𝒆𝒔.

Y por último, bobos hay y habrá en todas partes.
Animo y suerte.

#100cafesbuscandoelmar
#100cafesmasconunputovirus
#100cafesy2000paracetamoles

domingo, 29 de diciembre de 2024

Santa Paciencia (XI)



Seguro que la abuela, sentada en uno de los sillones de mimbre del comedor, estaría limpiando borrajas para hacerlas con alcachofas o con judías pintas, o todo junto.
Y seguro, también, que varios barreños con cardo rizado, al fresco, descansarían en la pequeña galería que daba a la selva amazónica del patio trasero para la ensalada habitual. O era escarola o cardo. Con mucho ajo picado, vinagre y aceite.
Si, puede que hubiera bacalao, pero no lo recuerdo.
No había calefacción, y el brasero eléctrico no dejaba de funcionar. La cocina económica ayudaba, pero poco.
Ya teníamos frigorífico y habíamos abandonado "el armario del hielo".
Durante estos días, estaba prohibido salir a la galería. 𝑃𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑎𝑐𝑒 𝑓𝑟𝑖́𝑜, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑖𝑟𝑎𝑟𝑎́𝑠 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑟𝑑𝑜, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑎ℎ𝑖́ o simplemente, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜.
Pero, el motivo real de no poder salir, era 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝗺𝗮𝗿𝗶𝗼.
Había un armario donde se guardaban "trastos" o todo aquello que mis padres o la abuela decidían que debía estar fuera de nuestro alcance.
Esto mismo, ocurría con el armario de la abuela.
Eran lugares con acceso controlado y debías disponer de autorización para "entrar" en ellos.
Muchas veces, imaginábamos que eran entradas a otros mundos, como bastantes años después descubrimos con Narnia.
Tras las blusas, faldas y abrigos de la abuela, habría un resorte que nos permitiría pasar a otro mundo a otra dimensión y podríamos jugar hasta cansarnos con todos aquellos juguetes que ella "amablemente" nos guardaba por si los "rompíamos".
Lo mismo ocurría con el situado en el balcón. Pero, en estas fechas, la tensión crecía.
La llave de canutillo que habitualmente estaba introducida en la cerradura, desaparecía. La puerta de este armario se abría hacia el interior de la vivienda y por lo tanto, aunque alguien saliera a buscar algo, era imposible ver su interior.
Curiosamente, la mañana del día de Reyes la llave volvía a estar introducida en su lugar habitual, pero ya no prestábamos atención.
Era el momento de comer mandarinas, cigarros de chocolate y jugar. Jugar con prisa, con el fuerte Comanche y la moto teledirigida. Oler el cuero nuevo de la cartera para el cole o devorar los libros de cuentos.
Hasta que la abuela, harta de nosotros decidía "recoger" todas aquellas drogas en su Narnia particular.
Yo creo que, a veces, se encerraba en su habitación, sacaba todos nuestros juguetes y volvía a sentirse una niña corriendo aventuras con los Pevensie y haciéndole un moño a Aslan. Seguro.

viernes, 27 de diciembre de 2024

Fabada



"¿Puedo mojar los langostinos que sobraron ayer en mi tazón de Cola Cao?"
No tengo muy claro si la frase era así exactamente, pero creo haber captado el sentido.
Hoy es un día de fabada. De ponerte de comer hasta las trancas, porque no has comido bastante estos días pasados.
O puede que, mejor, hacer croquetas o canelones, con todas las sobras de comidas, cenas, almuerzos que reposan ordenadas en túper de todos los tamaños en la nevera.
Esas croquetas que mezclan berberecho con chorizo pamplonés. Esos canelones, llenos de cordero lechal, espárragos trigueros y langosta o centollo.
¡Venga! ¡Que aún nos cabe un poquito más!
Mira a ver si podemos preparar un pastel de polvorones, vino del Somontano, Paté de campagne, aceitunas y anchoas, para el postre.
Y una vez hartos de tragar y beber, nos tiramos en el sofá a babear por la comisura de los labios. Algún eructo, hipo o ventosidad, nos recordará la levedad del ser y alguien pedirá turrón o algo de merienda.
Pienso en París, en el muro de los te amo (Le mur des je t'aime), en como será el árbol de las Galerías La Fayette.
Huevos, callos, setas y trufas.
Pienso en otras Navidades. En las que pasaron, en las que vendrán.
Y sobre todo, en los que no están, estando.
Tiene pinta de que hará un día magnífico, incluso soleado.
Me voy a la calle, que los langostinos con Cola Cao, no me entran.
Suena Peregrino, de Carlos Ares.
Animo y suerte.