martes, 31 de agosto de 2021

Polvo cósmico



Hoy, el amanecer, ha sido espléndido. Sutil, lento hasta la exasperación en su inicio, pero rápido y fugaz en el estallido por encima del horizonte.
Escucho una canción que me recomendaron. Habla de decir adiós, de burlar la muerte y el tiempo. Mientras el sol empuja su brillo entre tonos rojizos, pienso en ese polvo cósmico con viento a favor.
Polvo eres y en polvo te convertirás.
No existen las horas, ni las estaciones, las cicatrices se borran y el viento nos lleva.
Ahí sigue, saliendo cada día. Rompiendo el horizonte y cegándonos con su luz.
Ese día, tampoco existirá, o no importará que exista.
Y nosotros, aquí, peleando con el destino en una batalla que solo el ganará.
Seguimos aferrados a la lucha, como si eso fuera lo único que nos da energía para no reconocer que somos polvo. Polvo mecido por las circunstancias, por "los otros", sin ser dueños de nada, perdiendo significado la palabra "eternidad".
Igual que una tormenta o un huracán devasta una ciudad, igual que la perdida de un ser querido, el engaño, la traición, el odio, la rabia, la venganza, nos anulan y nos hacen desaparecer. Igual que se mueven las hojas de los árboles, sin poderse controlar.
Dejarse llevar como ese polvo cósmico, al que no le importa nada, ni tan siquiera el precio de la luz. Solo busca mecerse, nada más.
𝗤𝘂𝗲 𝘀𝗲 𝗾𝘂𝗲𝗺𝗲 𝗲𝗻 𝘁𝘂𝘀 𝗰𝗼𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗹𝗼 𝗶𝗻𝘂́𝘁𝗶𝗹
𝗘𝗹 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗺𝗽𝗮𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝘁𝘂 𝗿𝗲𝗹𝗼𝗷
𝗖𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗱𝗲𝗷𝗲𝗻 𝗱𝗲 𝗲𝘅𝗶𝘀𝘁𝗶𝗿 𝗹𝗮𝘀 𝗵𝗼𝗿𝗮𝘀
𝗧𝘂́ 𝘆 𝘆𝗼 𝗿𝗼𝗺𝗽𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗹𝗮𝘀 𝗯𝗮𝗿𝗿𝗲𝗿𝗮𝘀
𝗖𝗼𝗻𝘃𝗲𝗿𝘁𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗰𝗲𝗻𝗶𝘇𝗮, 𝗿𝗲𝗰𝗼𝗿𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗲𝗹 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼
𝗘𝗻 𝗯𝘂𝘀𝗰𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝘀𝗶𝘁𝗶𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝘃𝗼𝗹𝘃𝗲𝗿 𝗷𝗮𝗺𝗮́𝘀
Vamos a volar.
Animo y suerte.
*Fragmento de 𝐏𝐨𝐥𝐯𝐨 𝐜𝐨́𝐬𝐦𝐢𝐜𝐨 - Coque Malla
¿𝐓𝐮 𝐥𝐞𝐞𝐬?
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lunes, 30 de agosto de 2021

Itaca, otra vez

 


Aun quedan un par de días de agosto, pero me da igual.
Desde que la memoria me alcanza, septiembre ha sido un mes mágico; y no solo por ser el punto de fin y comienzo de mis vueltas al sol, sino que también marca un decaimiento, un bajar hasta el fondo, para volver a resurgir.
No negaré que han existido momentos en los que me ha erizado la piel. Se que siempre trae sorpresas, cambios, saltos al vacío. Situaciones que me marcaran a partir de él.
Puede ser un cambio de trabajo, de residencia, una decisión importante, o el inicio de un proyecto. Seguramente, cualquiera de esas situaciones, llevaran meses en mi cabeza, pero es en septiembre cuando salen a la luz y hacen que los pasos vayan dándose.
Igual que con el inicio de año hay personas que quieren dejar de fumar, o volver al gimnasio y establecen sus "buenos" propósitos, para mi, septiembre, es el ¡vamos allá!.
Hace años, seguro que lo recordaréis, se hablaba de los biorritmos.
Empieza la caída, para ser consciente del ascenso. El camino se abre de nuevo.
𝑻𝒆𝒏 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒂 𝑰𝒕𝒂𝒄𝒂 𝒆𝒏 𝒕𝒖 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆.
𝑳𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒂𝒍𝒍𝒊́ 𝒆𝒔 𝒕𝒖 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐.
𝑴𝒂𝒔 𝒏𝒐 𝒂𝒑𝒓𝒆𝒔𝒖𝒓𝒆𝒔 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆.
𝑴𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒖𝒓𝒆 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒐𝒔 𝒂𝒏̃𝒐𝒔
𝒚 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒄𝒂𝒓, 𝒗𝒊𝒆𝒋𝒐 𝒚𝒂, 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒊𝒔𝒍𝒂,
𝒆𝒏𝒓𝒊𝒒𝒖𝒆𝒄𝒊𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐
𝒔𝒊𝒏 𝒂𝒈𝒖𝒂𝒏𝒕𝒂𝒓 𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝑰𝒕𝒂𝒄𝒂 𝒕𝒆 𝒆𝒏𝒓𝒊𝒒𝒖𝒆𝒛𝒄𝒂.
El amanecer me lo ha dicho al oído.
¡Vamos! ¡Itaca nos espera!.
Animo y suerte.
*Fragmento de 𝐈𝐭𝐚𝐜𝐚, 𝐩𝐨𝐞𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐂𝐨𝐧𝐬𝐭𝐚𝐧𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐂𝐚𝐯𝐚𝐟𝐢𝐬
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viernes, 27 de agosto de 2021

Perdonar y olvidar



Hoy, no hay antojo.
Joe (ese señor") quería irse de Afganistán el 31, pero después de los dos atentados de ayer, igual se alarga un poco la cosa.
La frase es para nota:
"A aquellos que han realizado este ataque y a todos los que desean dañar Estados Unidos: no perdonamos, no olvidamos, os daremos caza y os haremos pagar"
Más de 70 muertos y más de un centenar de heridos.
ISIS-K. Otro virus, como el #putovirus, con variantes.
Lamentablemente, no hay vacuna.
He salido a la terraza, era casi la hora. Hoy en Madrid amanecía a las 7:37.
Allá, al fondo, la bola brillante se pelea entre las nubes.
Ha vencido, ahí esta. Un combate corto, rápido. Solo unos segundos. Sin victimas.
"No vamos a perdonar ni olvidar".
Animo y suerte.
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jueves, 26 de agosto de 2021

Antojos


Me he vuelto a despertar con antojo.
Ayer fueron lentejas al curry, hoy quiero espaguetis... ¡con curry!. Incluso he estado tentado de hacer la masa yo mismo; pero las obligaciones matutinas hacen que la actividad en la cocina, se reduzca.
También es cierto que ha ayudado mucho el leer las noticias.
Ahí han aumentado los antojos.
La luz sigue subiendo, como si no hubiera un mañana. Antojo. Antojo de darles con la mano abierta (varias veces) a todas las compañías eléctricas.
Lo de los talibanes. Después de 20 años, seguirán con el cultivo de opio, las explotaciones mineras, y con un nivel de pobreza galopante, independientemente de toda esa burrada de millones en ayudas que dicen que han vuelto a buscar. Ahí, el antojo, ha crecido. Se me ha antojado darle con toda la mano (primero abierta, pero poco después ya me apetecía cerrada) a USA, a la ONU, a la OTAN, a Europa y al mundo mundial.
La vuelta al cole. Igual que la gata Flora. Si se la meten, grita. Y si se la sacan, llora. O sea, medidas más estrictas. Aumento del número de alumnos por clase y reducción de la distancia de seguridad. ¿Eing?. Si, hay que llevar mascarilla. A ver, ¿a quien le damos con la mano abierta?
Seguimos con el antojo.
Joe "ese señor" que en un principio parecía la antítesis de Donald (el pato no, el otro), poco a poco le están saliendo todas las plumas. Algunos, erróneamente, creen que representa a "la izquierda". Venga, más antojo. En USA hay "derecha" y "más a la derecha". ¡Zaasssss!. Con la mano abierta.
Ya no tengo claro, si seguir levantado o volverme a la cama hasta la hora de comer.
Coceré la pasta en una sopa de calabacín blanco y curry rojo (que tengo congelada). Esa sopa, con la cocción, se reducirá. Cuando casi esté a punto la pasta, añadiré queso como para una boda. Cortaré unos tomates secos y un poquito de albahaca fresca.
Hoy me salvan los antojos.
Animo y suerte
Foto:
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miércoles, 25 de agosto de 2021

Santa Paciencia (IV)



𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 (𝗜𝗩)

Se llamaba Rosamari. Era la niña más guapa de todo el patio de recreo. Llevaba el pelo recogido en un moñito que más parecía un amasijo de cabellos rubios rozando el desastre que un peinado real.
Yo la observaba corretear de un lado a otro. Ahora estaba en este grupo, ahora en aquel. Salía corriendo y mantenía la carrera hasta que, a trompicones, se detenía exhausta.
Se subía a un banco y organizaba su nube de amigas para un juego, o para cantar una canción. Reía, gritaba, hablaba sin parar.
Sonaba el timbre. Ella intentaba arreglar su pelo desastrado mientras se colocaba en la fila. Yo, unos cuantos sitios más atrás, miraba embobado aquellos cabellos que, rebeldes, escapaban a su control en la nuca y el cuello.
Las aventuras del barón de Münchausen me encantaban. Libraba batallas viajando a lomos de una bala de cañón. Estaba en la luna, o en el infierno. Bailaba en el estómago de una ballena, o salía de una ciénaga tirando de su propia coleta. Era mi héroe después de la siesta, mientras merendaba sentado en el balcón, o en un banco del jardín, enfrente de casa.
Leía, leía incansable todo lo que caía en mis manos. Los libros de psicología de una vecina de piernas larguísimas, tebeos, prospectos de medicamentos, etiquetas de productos de limpieza o como aquel fatídico día, "Los 12 cuentos maravillosos de Fabiola".
Me los leí de un tirón. Si hago memoria, creo que llamarlos "maravillosos" era excesivo. Probablemente fue debido a que su autora, Fabiola Fernanda María de las Victorias Antonia Adelaida de Mora y Aragón, se casó con el rey Balduino de Bélgica. Todo lo Real, entonces, era maravilloso.
Pero en mi lectura pasé por alto las primeras páginas. Hasta que de casualidad, la encontré.
Ella. Era ella. Una de las páginas contenía una reproducción a carboncillo de una niña, con ese moñito, con esos cabellos rebeldes en la nuca. Era ella.
Intenté reproducirla en una hoja de mi cuaderno con resultados desastrosos.
Pasé varios días intentándolo hasta que lo conseguí.
Aquella noche, me soñé con la casaca roja del Barón de Münchausen, en el patio del colegio, entregando a Rosamari mi obra de arte.
(Continuará)
*Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, o no.
𝗔𝗴𝗼𝘀𝘁𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭

martes, 24 de agosto de 2021

Santa Paciencia (III)


𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 (𝗜𝗜𝗜)

Los domingos eran días especiales. No solo por el día festivo en sí, sino porque confluían un montón de elementos no habituales.
El, en camiseta de tirantes, salpicaba en el lavabo como si fuera una piscina y le fuera la vida en ello. Cantaba, cantaba mucho. Y hacía algo que mantuvo hasta que se fue. Su afeitado. Lo hacía todos los días sin excepción, pero el resto de la semana no llegábamos a verlo. Todo ocurría antes de que saliera el sol y cantaba en voz bajita, dejando aroma a Varon Dandy por toda la casa.
Podía ser que ellas hubieran hecho rosquillas, churros, natillas o arroz con leche. El olor de fritanga, de naranja, de canela te hacía despertar a ese gran día con expectativas muy dulces.
Las rosquillas, en cantidad suficiente para invitar a todo el vecindario, se guardaban en un balde verde, cubierto con un pañuelo de ato, bajo la cama de la abuela Santiaga. Una forma de protegerlas del hurto, aunque lo que nos decían era que se conservaban mejor.
La leche venía de la vaquería y se había hervido en una olla abombada, grande, de porcelana esmaltada.
En un plato, la nata, espolvoreada de azúcar.
- Pásale esto a Josefina.
Una fuente honda de Pickman con la Cartuja pintada en azul, que había que llevar con las dos manos, llena a rebosar de rosquillas rebozadas en azúcar y canela.
A la vuelta, la pelea del tazón.
- Este es el mío
- No, ese, es mío
El de la disputa llevaba dos gatos. Uno de ellos, empujaba a otro que estaba subido a un triciclo.
Alguien, elevando la voz, daba por terminada la contienda.
Una cucharada de Eko, o de Cola-Cao y la leche bien caliente, tanto como para arrancar el velo del paladar.
Se escuchaba el típico abofeteo.
«Varon Dandy reúne todos los artículos de perfumería indispensables en el tocador del hombre moderno»
Ya podíamos empezar.
Después vendría lo de vestirse de domingo para ir a misa, recibir la propina y visitar el quiosco para comprar Hazañas Bélicas o un sobre sorpresa.
(Continuará)
*Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, o no.
𝗔𝗴𝗼𝘀𝘁𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭

sábado, 21 de agosto de 2021

Letras con sudor (XII)


𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬

A veces, al mirar las manos, los nudillos, esas pequeñas marcas que el tiempo dejó, puedes viajar.
Puedes estar en otro lugar, donde algo aferraron. Donde algo arañó y las hizo sangrar.
Entre los dedos, el olor de un pescado, de un perfume, de un hola y de un adiós. Una llaga, o esa dulce caricia.
Entornas los ojos, cruzas los dedos y poniendo las palmas hacia el sol del atardecer, tratas de ver a su través el hoy, a lo lejos.
Al tomar una copa de vino, fíjate como tus dedos la sujetan. Como se forman pliegues, tensiones. Ese tono distinto sobre la piel, con el reflejo de la luz. Las venas, la acción del sol.
A veces, las manos, te hacen volar.
𝗔𝗴𝗼𝘀𝘁𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭

𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 (𝗜𝗜)


𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 (𝗜𝗜)

Aquel día había órdenes estrictas ya desde primera hora de la mañana.
Teníamos visita. Un señor que trabajaba habitualmente con mi padre, vendría a resolver un problema que había con un enchufe o algo así. Era un tema de luz. De esos que con mi edad, era algo que rozaba la magia y que además le daba a aquel señor un tinte de Jabato o de Capitán Trueno. "Iba a tocar la luz".
Pero nada que ver con las órdenes recibidas.
- Ni se os ocurra estar encima del Sr. Castón, y muchísimo menos quedaros mirando sus orejas.
Mi madre fue clara. La amenaza de la zapatilla estaba ahí.
Yo no entendía absolutamente nada, pero acrecentó mi interés por la luz, por el Sr. Castón y por sus orejas.
Mi abuela, desde su sillón de mimbre, mejoró la orden mirando a mi hermano y moviendo amenazadoramente aquel cenicero de Zinzano que lanzaba con tanta puntería. Él, mi hermano, nunca entendió ni bien ni mal, eso de las órdenes.
Cuando el Sr. Castón llegó nos saludó muy cariñosamente.
Yo no sabía donde mirar, mi cabeza repetía:
¡No le mires las orejas! ¡No se las mires!
Acabé pareciendo poco amable, porque el único recurso fue mirarme la puntera de mis alpargatas.
Mi hermano, en cambio, se quedó obnubilado mirando aquellas orejas, boca abierta y giro alternativo de cabeza para ver aquellos pabellones auditivos sin perder un detalle.
El amable señor, no se fijó demasiado en el descaro de mi hermano y si lo hizo, seguramente estaría acostumbrado.
Mientras estaba agachado revisando el enchufe enfermo, pude ver aquellas orejas a cierta distancia, sin miedo a zapatillas o ceniceros voladores.
Eran unas orejas mordisqueadas, carcomidas en su borde. Tremenda visión, que acrecentó mi curiosidad, pero no me moví un milímetro.
¿Quién no pudo soportarlo? Adivina.
Mi hermano, se fue acercando para poder ver mejor aquel prodigio. Más cerca, más cerca, más cerca.
Desde la puerta, mi madre, mientras él casi llegaba a mirar dentro del conducto auditivo, repetía insistentemente:
- ¡Ven aquí!, ¡ven aquí!, ¡ven aquí!.
Hasta que llegó lo inevitable.
- Sr. Castón, ¿Por qué tiene las orejas así?
La hija del Sr. Castón, se sentaba conmigo en la acera a tomar el sol y a estudiar. Me dejaba sus libros para entretenerme. Tenía unas piernas larguísimas y estudiaba psicología. Yo, la estudiaba a ella. Sus orejas eran preciosas.
(Continuará)
𝗔𝗴𝗼𝘀𝘁𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭

viernes, 20 de agosto de 2021

𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮



𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮

Josefina y Sebastián ocupaban la vivienda del otro lado del rellano.
Un edificio de los denominados "Sindicales", cuarta planta, sin ascensor, ni calefacción. En aquellos tiempos, lo que se estilaba era la cocina económica, el brasero y si eras un avanzado, la nevera. Un armario que conseguía mantener algunos alimentos más o menos frescos a base de barras de hielo que un esforzado repartidor traía al hombro. Para el verano, botijo.
Una de tantas casas, ubicadas en barrios que recibían el nombre del dictador, o de alguna Virgen. Al final, el nombre más usado para denominar la barriada era "Corea". Donde los amigos americanos, en aquellos momentos, luchaban contra el comunismo.
Ya en los 60, aquella casa de enfrente, estaba abarrotada.
Pili, Jorgito, José, Carlos, Paquitina, Angelines, Niné y la pequeña, Eva, completaban la familia que la ocupaba.
Daba igual la hora, el olor en aquel rellano era característico. Un aroma dulzón, con toques de puchero al fuego y de pañales por cambiar. Cualquiera podría haberlo calificado de desagradable, pero en cuanto tu nariz se acostumbraba, volvía la normalidad.
(Continuará...)
𝗔𝗴𝗼𝘀𝘁𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭

jueves, 19 de agosto de 2021

La memoria de las sepias


Estos chicos del FB con esa opción de "Recuerdos", son unos toca pelotas, si.
Actividades que hacías y ya no haces.
Lugares en los que estuviste y no has vuelto.
Personas que aún recuerdas, lamentablemente. Otras, ya no están.
Recetas que hiciste y no has repetido.
Que si, que sí. Gran parte de eso, tiene solución. Pero vamos a ver, porque tiene que venir FB a remover, a meter el dedito en la llaga ¿eh?.
Suspiro.
Vale, tomo nota.
Lo de las actividades, se intentará, la edad no perdona y las hernias de disco menos.
Tengo que volver a esos sitios donde me encontré bien.
Olvidar, a quien ni merece la pena un segundo. Seguir recordando a aquellos que ya no están, pero que significaron mucho.
Lo de la cocina. Suspiro, otra vez. Si, si. Se me hace muy cuesta arriba lo de publicar las recetas. Pero cocinar, ¡vamos!, eso ni me lo toques.
Y siguiendo con los recuerdos, ¡el horóscopo!.
Veamos que me dice para la semana próxima:
𝐵𝑢𝑒𝑛 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑛𝑎𝑡𝑖𝑣𝑜𝑠 𝑦 𝑛𝑎𝑡𝑖𝑣𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑉𝑖𝑟𝑔𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎́𝑛 𝑝𝑒𝑛𝑠𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑖𝑟𝑠𝑒 𝑎 𝑣𝑖𝑣𝑖𝑟 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑙 𝑛𝑜𝑣𝑖𝑜, 𝑑𝑒𝑗𝑎𝑟 𝑒𝑙 𝑛𝑖𝑑𝑜 𝑝𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑜 𝑜 𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑎𝑟 𝑢𝑛𝑎 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑒𝑡𝑎𝑝𝑎 𝑒𝑛 𝑎𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑙𝑢𝑔𝑎𝑟 𝑎𝑙𝑒𝑗𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑖𝑑𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝑑𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜. 𝐿𝑜𝑠 𝑎𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 ℎ𝑜𝑦 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑒𝑔𝑒𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒𝑛 𝑏𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑙𝑡𝑎𝑑𝑜𝑠. 𝐸𝑠𝑜, 𝑠𝑖𝑛 𝑒𝑚𝑏𝑎𝑟𝑔𝑜, 𝑛𝑜 𝑠𝑖𝑔𝑛𝑖𝑓𝑖𝑐𝑎 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑜𝑦 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑔𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑎𝑟 𝑡𝑢 𝑣𝑖𝑑𝑎, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑠𝑖́ 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑜𝑚𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑎𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑦 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑑𝑒𝑚𝑎́𝑠 𝑝𝑖𝑒𝑛𝑠𝑒𝑠 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑚𝑖𝑛𝑜 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑖𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑒𝑙𝑙𝑜.
¡Anda! Eso, suena bien.
Por cierto, ¿sabías que la vejez no daña la memoria de las sepias?
Suspiro, otra vez. Venga, que tengo mucho que hacer.
Animo y suerte.
En la imagen de 2017:
𝑴𝒆𝒍𝒐́𝒏 𝒄𝒐𝒏 𝒋𝒂𝒎𝒐́𝒏, 𝒆𝒏 𝒔𝒐𝒑𝒂 𝒉𝒆𝒍𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒍𝒂𝒃𝒂𝒛𝒂, 𝒛𝒂𝒏𝒂𝒉𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒚 𝒋𝒂𝒎𝒐́𝒏.
𝑩𝒂𝒓𝒓𝒊𝒕𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒄𝒉𝒐𝒄𝒐𝒍𝒂𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒔𝒆𝒎𝒊𝒍𝒍𝒂𝒔 𝒚 𝒑𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒆.
𝑨𝒍𝒃𝒐́𝒏𝒅𝒊𝒈𝒂𝒔 𝒂𝒍 𝒄𝒖𝒓𝒓𝒚.
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martes, 17 de agosto de 2021

Desesperado e invencible


El termómetro ha decidido darse la vuelta y suicidarse. Dan ganas de empezar a preparar un prefermento o despertar la masa madre para volverla a la vida y hornear pan.
Solo queda abierto el portón del estudio. El horizonte rojizo, antes de amanecer, me ha acompañado en mi primer café.
Un agente inmobiliario me pide indicaciones sobre lo que busco. Creo que la propiedad por la que contacté con él, le ha hecho pensar que soy un loco extravagante.
"𝑃𝑜𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑢𝑚𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑜𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝑚𝑜𝑟𝑎𝑑𝑖𝑎 𝑠𝑒𝑚 𝑗𝑎𝑟𝑑𝑖𝑚, 𝑜𝑢 𝑐𝑜𝑚 𝑗𝑎𝑟𝑑𝑖𝑚 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛𝑎𝑠 𝑑𝑖𝑚𝑒𝑛𝑠𝑜̃𝑒𝑠 (𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝑂𝑙𝑖𝑣𝑒𝑖𝑟𝑖𝑛𝘩𝑎 𝑡𝑒𝑚 𝑞𝑢𝑎𝑠𝑒 𝟻.𝟶𝟶𝟶𝑚𝟸 𝑑𝑒 𝑡𝑒𝑟𝑟𝑒𝑛𝑜)?"
Que busco, me pregunta.
Leo noticias, opiniones más o menos informadas. Joe (ese señor), sigue hablando de amenaza terrorista. Chinos y Rusos mantienen las embajadas abiertas. Caos.
Una nueva generación condenada. ¿La misma que se condenó por la crisis económica? ¿La misma que quedará marcada por la pandemia?
𝗔𝗻𝗱𝗼 𝗽𝗲𝗿𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗲𝗻 𝗯𝘂𝘀𝗰𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿,
𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝘀𝗰𝗮𝗽𝗮𝗿 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝘃𝗶𝗱𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗮𝗻𝘀𝗮,
𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗲𝗹 𝗽𝗼𝗱𝗲𝗿 𝗻𝗼 𝘁𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗮 𝗿𝗼𝗯𝗮𝗿,
𝗲𝗹 𝗼𝗱𝗶𝗼, 𝗹𝗮 𝗹𝘂𝗰𝗵𝗮, 𝗲𝗹 𝗮𝗺𝗼𝗿, 𝗹𝗮 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗻𝘇𝗮…
Con un punto de precaución vuelvo a las últimas publicaciones de Franco «BIFO» Berardi. No es un tipo optimista, pero en ocasiones encuentro respuestas en él.
Como suponía. No, no es negro. Es negro muy oscuro.
Que busco, me pregunto.
¿Quedarse?
𝐍𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚𝐪𝐮𝐢́ 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚𝐬 𝐲 𝐞𝐬𝐨 𝐧𝐨𝐬 𝐡𝐚𝐜𝐞 𝐢𝐧𝐯𝐞𝐧𝐜𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬. 𝐹𝑟𝑎𝑛𝑐𝑜 «𝐵𝐼𝐹𝑂» 𝐵𝑒𝑟𝑎𝑟𝑑𝑖
Sigo buscando, no soy invencible.
Animo y suerte.
Estrofa: Busco algún lugar - Los chikos del maíz
Artículo: Desesperado e invencible - Franco «BIFO» Berardi
¿𝐓𝐮 𝐥𝐞𝐞𝐬?
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lunes, 16 de agosto de 2021

2182


Gran titular:
𝐔𝐧 𝐚𝐬𝐭𝐞𝐫𝐨𝐢𝐝𝐞 𝐩𝐨𝐝𝐫𝐢́𝐚 𝐜𝐡𝐨𝐜𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐥𝐚 𝐓𝐢𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝟐𝟏𝟖𝟐 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐚𝐛𝐥𝐞
O sea, podríamos cambiar el hecho al que se refiere el titular por cualquier otro.
𝗟𝗼𝘀 𝗺𝗼𝗻𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗱𝗿𝗶́𝗮𝗻 𝗱𝗼𝗺𝗶𝗻𝗮𝗿 𝗹𝗮 𝘁𝗶𝗲𝗿𝗿𝗮 𝗲𝗻 𝟮𝟭𝟴𝟮 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝘀 𝗺𝘂𝘆 𝗽𝗼𝗰𝗼 𝗽𝗿𝗼𝗯𝗮𝗯𝗹𝗲
𝗘𝗹 𝗰𝗼𝗻𝘀𝘂𝗺𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗹𝘂𝘇 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲𝗮 𝗴𝗿𝗮𝘁𝘂𝗶𝘁𝗼 𝗲𝗻 𝟮𝟭𝟴𝟮 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝘀 𝗺𝘂𝘆 𝗽𝗼𝗰𝗼 𝗽𝗿𝗼𝗯𝗮𝗯𝗹𝗲
𝗟𝗮 𝗟𝗶𝗴𝗮 𝗱𝗲 𝗳𝘂𝘁𝗯𝗼𝗹 𝗽𝗼𝗱𝗿𝗶́𝗮 𝗷𝘂𝗴𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗻 𝗿𝗼𝗯𝗼𝘁𝘀 𝗲𝗻 𝟮𝟭𝟴𝟮 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝘀 𝗺𝘂𝘆 𝗽𝗼𝗰𝗼 𝗽𝗿𝗼𝗯𝗮𝗯𝗹𝗲
Es decir, hechos sorprendentes o que dan "miedito", fijados en una fecha en la que "podría ser" que los gases de efecto invernadero, el permafrost o algún otro #putovirus, hubieran acabado con la especie humana. Y esto sin tener en cuenta que nosotros, la especie humana, ya tenemos clara la extinción. Estamos trabajando en ello, como dijo aquel.
Bueno, bien. Pues la noticia sigue:
𝘏𝘢𝘤𝘦 𝘶𝘯𝘢𝘴 𝘴𝘦𝘮𝘢𝘯𝘢𝘴, 𝘊𝘩𝘪𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘯𝘵𝘦𝘰́ 𝘭𝘢𝘯𝘻𝘢𝘳 𝟤𝟥 𝘤𝘰𝘩𝘦𝘵𝘦𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘷𝘪𝘢𝘳 𝘢𝘭 𝘢𝘴𝘵𝘦𝘳𝘰𝘪𝘥𝘦 𝘉𝘦𝘯𝘯𝘶, 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘴𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘢 𝘮𝘢́𝘴 𝘥𝘦 𝟥𝟤𝟢 𝘮𝘪𝘭𝘭𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘬𝘪𝘭𝘰́𝘮𝘦𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘛𝘪𝘦𝘳𝘳𝘢
¿Cómo lo ves?
Año 2182. El que piense estar, que se anote la fecha del 24 de septiembre. Será el día de máximo riesgo.
Los Talibanes ya están al mando.
Maria Teresa Campos ya no se acuerda si era de izquierdas.
Yo, ya no sé ni si soy de los míos.
𝗘𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗽𝗼𝗱𝗿𝗶́𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿 𝗲𝗻 𝟮𝟭𝟴𝟮 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗲𝘀 𝗺𝘂𝘆 𝗽𝗼𝗰𝗼 𝗽𝗿𝗼𝗯𝗮𝗯𝗹𝗲
Animo y suerte.
¿𝐓𝐮 𝐥𝐞𝐞𝐬?
𝟭𝟬𝟬 𝗰𝗮𝗳𝗲́𝘀 𝗺𝗮́𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝘂𝗻 𝗽𝘂𝘁𝗼𝘃𝗶𝗿𝘂𝘀
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domingo, 15 de agosto de 2021

Letras con sudor (XI)

 


𝗣𝗶𝗲𝗻𝘀𝗮𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗮𝘀𝗶𝗮𝗱𝗼

Durante la madrugada el aire se ha parado. Ha sido como si alguien manejara la máquina que lo producía y ha decidido darle al botón de parada.
He salido a la terraza. Muy pocos sonidos. Calor. A los pocos minutos, el aire volvía a "funcionar".
Estaba en la calle con el amanecer recién inaugurado.
Paso rápido pero controlado, la rodilla derecha se queja y me recuerda las caídas. Debo ir atento, el suelo de las aceras, amplias pero poco cuidadas, tiene desniveles y soy un maestro para tropezar en ellos.
Al pasar por el estadio he tenido la sensación de la madrugada. Nadie. ¿Estoy solo? Con los cascos puestos y la música sonando, el resto de sonidos eran casi imperceptibles.
Al fondo, he visto una pareja de mujeres que caminaban, como yo, hacia el sol.
Bordeando la autovía, descampados y alambradas que protegen nada. Altas hierbas ,matojos y algunos arboles. Entre ellos pueden verse las tiendas de campaña de quienes han sido empujados a vivir ahí, en la nada.
Voy bien de ritmo. Poco menos de 10 minutos por kilómetro.
Este paseo está más concurrido. Ciclistas multicolores, parejas de ancianos (¿Cuál es la definición de anciano?), jóvenes enfundados en mallas compresoras para marcar su trabajo de gimnasio o todo lo contrario.
Acelero el paso, voy en bajada. Si, pienso demasiado. ¿Y?
Tomo la rotonda y ya puedo ver la carretera nacional. A la izquierda.
Casa bajas de aquellas que se llamaban "Sindicales" con patio trasero.
Paso por la parada de Metro. Los primeros madrugadores adictos al desayuno en terraza se distribuyen a un lado, enfrente, dos tipos, uno de mediana edad (¿Qué es eso de mediana edad?) y otro algo más joven, los dos con el pelo muy corto, casi rapado. Lucen un moreno como los de Marbella, lástima que la discusión pastosa para determinar quien paga la siguiente litrona de cerveza, tire al traste mi ensoñación.
En un banco de la calle, una mujer conversa por teléfono como si su tono de voz ayudara a que el mensaje llegara antes o mejor a su interlocutor. Tal vez quien la escucha sea sordo.
Subo el volumen de la música. Viene la subida. Intento que los tímpanos vibren más fuerte y manden energía a mis gemelos. Como la señora, tal vez. Será que mis gemelos creo que son sordos.
Ha vuelto a ocurrir. Solo. No hay nadie. Ni personas, ni coches, ni pájaros.
Un joven sale de la boca de metro. Saca cara festiva. No, no estoy solo.
Otro, con camiseta sin mangas y bermudas, prepara su trinchera al lado del semáforo. Unas garrafas de agua, una barra de pan sobre el murete y una lata grande de cerveza. Limpia el armamento. Un cepillo con un mango largo, para asaltar los parabrisas de los vehículos que se detengan en el cruce.
Sigo, sigo, sigo. Pienso, pienso, pienso.
Mira, el Banco de España. ¿Y si le pregunto al Guardia de la entrada? ¿España es de los españoles?
Viene otra bajada. Algunos perros han sacado a pasear a sus dueños. Noto como el sudor me empapa la camiseta.
Un semáforo. Miro los mensajes. Contesto alguno. No puedo hablar, me falta aliento.
¡Anda! Hoy se acaban las fiestas. Y es el cumpleaños de B.
Le mando un mensaje con canción entrecortada. A mi edad y después de algunos kilómetros, no voy a cantarle como Marilyn.
Pienso, pienso y me enfrento a la subida.
De nuevo las calles vacía. Me detengo. Nada. Algún pájaro. ¿Te imaginas?
¿Qué haría?. Lo primero, asaltar el Mercadona.
No pudo evitar reírme y tararear entre dientes la canción que suena a todo trapo:
𝐘 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐛𝐮𝐫𝐥𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐝𝐞 𝐞𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐲 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞́𝐧 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨
𝐒𝐞𝐫 𝐢𝐝𝐢𝐨𝐭𝐚 𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐦𝐚𝐥 𝐬𝐢 𝐥𝐨 𝐯𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐨𝐩𝐭𝐢𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨
𝐏𝐨𝐜𝐨 𝐞𝐧𝐭𝐞𝐧𝐝𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐚 𝐞𝐱𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐚𝐠𝐨𝐭𝐚
𝐔𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐚́𝐬 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐥𝐢𝐠𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐢𝐞𝐧𝐬𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐢𝐝𝐢𝐨𝐭𝐚
¡Vamos, sube el ritmo. Que vas a paso de tortuga!
Ya veo el estadio de nuevo.
Por las escaleras. Son 120 peldaños, unos en bajada, otros, en subida. Los he hecho un par de veces.
Piensa, piensa, piensa, no dejes de hacerlo.
Me falta agua, debería haber cogido una botella. El calor ha aumentado y el sol me está ganando.
𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐬 𝐥𝐞𝐲 𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐝𝐚
𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧 𝐝𝐢́𝐚 𝐦𝐞 𝐝𝐢𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐩𝐨𝐞𝐭𝐚 𝐇𝐚𝐥𝐥𝐞𝐲:
"𝐒𝐢 𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐬𝐞 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐞𝐧
𝐐𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐮𝐧𝐚𝐧 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬.
𝐘 𝐚 𝐛𝐫𝐢𝐥𝐥𝐚𝐫
𝐐𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐧 𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐢́𝐥𝐚𝐛𝐚𝐬"
Estirar, hidratar. Ducha.
Un café. Crema de calabacín y atún empanado. De postre, sandía.
Que días aquellos ¿verdad?
𝑨𝒈𝒐𝒔𝒕𝒐, 𝟐𝟎𝟐𝟏
1ª estrofa. CAlle 13 - Los idiotas
2ª estrofa. Love of lesbian - El poeta Halley

sábado, 14 de agosto de 2021

Letras con sudor (X)

 


𝑬𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒏𝒛𝒂

Mientras el aire deja de ser abrasador y la calima nos da un respiro, vuelve a escucharse "Haití".
La tierra, tal vez incómoda, se ha vuelto a quejar. En el mismo lugar, con menos fuerza mortal que en 2010.
Los Talibanes siguen su avance hacia Kabul.
Los ministros se escriben entre ellos para quejarse, también. Unos, preocupados por la repatriación de niños/as especialmente vulnerables por los que no han movido un dedo. Si, escribo una carta para demostrar mi disconformidad. Los otros, aprovechando que los acuerdos pesqueros están en el aire.
Bajada de la luz por Real Decreto. En nada se oirán las voces de quien quiera ver ahí una nacionalización imposible.
Hemos vendido los saltos de agua. Hemos vendido las compañías eléctricas, a favor del ladrillo.
Unos aplaudían, otros golpeaban cazuelas. Vendemos el alma por una cerveza.
Recuerdo aquel 12 de octubre de 2020:
«Buenos días. ¿Hay esperanza?»
Sigo mirando en el fondo de aquella caja. Sigo sin encontrarla. Lástima.
Y Bebé canta:
𝖤𝗇 𝗏𝖾𝗋𝖽𝖺𝖽 𝗇𝗎𝗇𝖼𝖺 𝗍𝖾 𝖼𝗋𝖾𝗂́ 𝖼𝖺𝗉𝖺𝗓 𝖽𝖾 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗇𝖺𝗌 𝖼𝗈𝗌𝖺𝗌
𝖤𝗌𝗍𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗒𝗈 𝗍𝖺𝗇 𝖼𝖾𝗋𝖼𝖺, 𝗍𝖺𝗇, 𝗍𝖺𝗇 𝖼𝖾𝗋𝖼𝖺
𝖲𝗂𝖾𝗇𝗍𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗆𝖾 𝗁𝖺𝗌 𝗁𝖾𝖼𝗁𝗈 𝗍𝗋𝖺𝗆𝗉𝖺𝗌
𝖢𝗋𝖾𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗒𝖺 𝗇𝗈 𝖾𝗋𝖾𝗌 𝗅𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗒𝗈 𝖺𝗇𝖾𝗅𝗈
𝖢𝗋𝖾𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗒𝖺 𝗇𝗈 𝗍𝖾 𝖽𝖾𝗌𝖾𝗈 𝗇𝗂 𝖾𝗇 𝗆𝗂𝗌 𝗌𝗎𝖾𝗇̃𝗈𝗌
𝖭𝗂 𝗊𝗎𝖾 𝗆𝖾 𝗍𝗈𝗊𝗎𝖾𝗌 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗌𝗂 𝗌𝖾 𝗍𝖾 𝖿𝗎𝖾𝗋𝖺𝗇 𝗅𝖺𝗌 𝗍𝗋𝗂𝗉𝖺𝗌 𝖾𝗇 𝖾𝗅𝗅𝗈
𝖸𝖺 𝗇𝗈 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝖾𝗇 𝗂𝗋 𝖺 𝗏𝖾𝗋𝗍𝖾 𝗇𝗂 𝗆𝗂𝗌 𝖻𝖾𝗌𝗈𝗌
Qué desilusión.
* E⳽ᥴᥙᥱᥴᥱ - Bᥱᑲᥱ́
* Playa de Haití