𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗣𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮
Josefina y Sebastián ocupaban la vivienda del otro lado del rellano.
Un edificio de los denominados "Sindicales", cuarta planta, sin ascensor, ni calefacción. En aquellos tiempos, lo que se estilaba era la cocina económica, el brasero y si eras un avanzado, la nevera. Un armario que conseguía mantener algunos alimentos más o menos frescos a base de barras de hielo que un esforzado repartidor traía al hombro. Para el verano, botijo.
Una de tantas casas, ubicadas en barrios que recibían el nombre del dictador, o de alguna Virgen. Al final, el nombre más usado para denominar la barriada era "Corea". Donde los amigos americanos, en aquellos momentos, luchaban contra el comunismo.
Ya en los 60, aquella casa de enfrente, estaba abarrotada.
Pili, Jorgito, José, Carlos, Paquitina, Angelines, Niné y la pequeña, Eva, completaban la familia que la ocupaba.
Daba igual la hora, el olor en aquel rellano era característico. Un aroma dulzón, con toques de puchero al fuego y de pañales por cambiar. Cualquiera podría haberlo calificado de desagradable, pero en cuanto tu nariz se acostumbraba, volvía la normalidad.
(Continuará...)
𝗔𝗴𝗼𝘀𝘁𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭
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