martes, 31 de enero de 2023

La felicidad y el placer de las alcachofas



El viento, como es habitual en la zona, sopla como si su única función fuera la de barrerlo todo.
Café, unas páginas de lectura y arranco el día.
Alguien habla de felicidad, esa quimera, y de placer.
En el equilibrio está la virtud.
Hace tiempo que deje de pensar en felicidad, para sustituirla por satisfacción.
Hace tiempo entendí el placer, su sublimación y su viaje a la adicción.
El edificio se mueve.
Siempre se ha movido en días con viento. Un ligero vaivén, casi imperceptible, pero que mirando el mueble de la televisión ,fijamente, sobrecoge un poco.
Reunión a primera hora, después, papeleo en el Ayuntamiento.
Da igual a la hora que me despierte, hay tanto que hacer, ver, leer, escuchar, pensar.
A veces le echo la culpa a mi manía enfermiza de pensar las cosas. Una vuelta, otra, otra más. Buscando, no se, si el equilibrio o un saliente donde agarrarme para no caer en el miedo.
¿No os pasa que de un tiempo a esta parte las noticias son todas “acojonantes”?
Quiero decir, que destilan inseguridad, miedo, incluso pánico.
Y para colmo, año de elecciones de todos los sabores.
Señores, se ha abierto la tienda de helados. De menta, de chocolate, de vainilla y caramelo o de mentira necesaria.
La economía, va mal. ¿Para quienes?
La cesta de la compra, los combustibles, la sanidad, las huelgas, la guerra, el si es si, el no es no, otra mujer muerta, otro niño asesinado.
La bajada del IVA, se compensa con subida de precios.
En Níjar se desaloja a 500 inmigrantes. Trabajadores sin papeles.
Futbolistas, directores de cine… Y alguien hablaba de felicidad, de placer.
El caldo de jamón del otro día me salió como para ponerme una mercería.
Sigo dándole vueltas a la crema de alcachofas.
Ves, ya no llego.
Ducha, otro café.
Me iré en coche y me acercaré hasta el torreón para ver ese inicio del amanecer.
Y cuando vea salir el sol dudaré, de nuevo. Felicidad, placer.
Alcachofas, si. La flor de un cardo.
Cuídate mucho.
Animo y suerte.

jueves, 26 de enero de 2023

Sillas vacías

 


Después de un paseo de poco más de 900 metros, subo la persiana metálica.
Un par de personas, sacando a pasear a sus mascotas. Dos o tres coches. Viento, frío.
Leo unas páginas que hablan de poemas, de ausencias, de inviernos, de recuerdos; mientras el reloj avanza hacia la primera reunión del día.
Amanece demasiado tarde, para esperar al sol. Cosas que hacer, sin tiempo para la espera.
Cuando la temperatura mejore, retomaré las caminatas. Gimnasio. Bajar peso, mucho. Mar a primera hora.
Calendarios que no saben de ilustres, ni de tanques, ni de elecciones, ni de plagas.
Me uno al deseo de mi buen amigo JM. "Quiero problemas modernos"
Quiero ir al cine. Pantalla grande. Babylon, El Menú. Me han hablado bien de ellas.
Tal vez, esta parada deba ser prolongada, más de lo previsto. Habrá que empezar con el papeleo. Domicilio, empadronamiento, médicos, dirección de envío, de facturación.
Seguir siendo viajero y extranjero, en otro lugar. Ya no hay raices. Dudo de que las hubiera en algún momento.
Y el viento sopla fuera, y yo, miro la silla vacía.
𝑳𝒂 𝒑𝒐𝒆𝒔𝒊́𝒂 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒗𝒐𝒛 𝒅𝒆𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒔𝒂𝒃𝒆
𝒗𝒊𝒗𝒐 𝒚 𝒎𝒐𝒓𝒕𝒂𝒍, 𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒄𝒆 𝑩𝒍𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝑶𝒕𝒆𝒓𝒐,
𝒀 𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒊𝒐́𝒏, 𝒔𝒆𝒏̃𝒐𝒓𝒆𝒔, 𝒆𝒍 𝒑𝒐𝒆𝒎𝒂
𝒏𝒐 𝒏𝒂𝒄𝒆 𝒅𝒆𝒍 𝒆𝒔𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒐 𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒓 𝒔𝒐𝒍𝒐,
𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓𝒍𝒆 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒏𝒅𝒐
𝒂 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒊𝒍𝒍𝒂 𝒗𝒂𝒄𝒊́𝒂.
Animo y suerte
Fragmento: Martes y letras - Luís García Montero

miércoles, 18 de enero de 2023

Minotauros, cebras o cíclopes



Me he levantado con ganas de ver el mar.
Lamentablemente estaba demasiado oscuro y hacía frío. Mi tos y mis mocos, desaconsejaban el camino a pie, pero a la altura del cruce he decidido girar, cruzando las vías en desuso, he llegado hasta el torreón.
Viento. Tos, mocos y vallas. Un montón de vallas.
El torreón, se cae. Mejor dicho, la pared que da al mar tras el torreón, se cae.
No había casi colores. He andado unos cuantos metros más allá de la zona de seguridad y el azul era tan intenso que se hacía negro. Al fondo, muy al fondo, un arranque de luz.
Me quedan 15 minutos.
Reunión a primera hora, hasta las diez. Después inmobiliaria. Seguimos buscando una casa, la casa. Está decidido. Nos quedamos una temporada. Ya veremos como de larga.
Informe sobre relaciones entre elementos de configuración.
Correo, tos, correo, mocos.
Preparar la reunión de la tarde. Comida.
Y poco a poco, los colores se despertaran.
Los azules serán más azules. O tal vez llueva, y haya otro arcoíris. O puede ser que crucen la calle minotauros, cebras o cíclopes.
Un nuevo día, lleno de luz.
Animo y suerte. ¡Vamos!

martes, 17 de enero de 2023

Huevos fritos con trufa y arcoíris



Intento retomar la costumbres que considero buenas.
Ver amanecer y asombrarme, todo en uno. Rojos, azules, columnas de lluvia al fondo, en el horizonte. Los cambios de luz me emboban.
Leer algo tomando el primer café.
Estos días, me he movido entre "Cocina o Barbarie" de María Nicolau (Maria Nicolau) y la Poesía completa (1980-2017) de Luis García Montero (Luis Garcia Montero).
Cocinar.
Si no hay viajes de varios días, intento cocinar y dejar comida preparada, para la semana o para un apuro.
Hice al vapor acelga y brócoli amarillo. Asé pimientos rojos y preparé fresas con cardamomo.
Todo envasado al vacío. Los pimientos, con su punto de ajito y jugo del asado. Las fresas con una cucharada de azúcar glas.
Tenía los restos de un caldo de puchero e hice croquetas como para una boda.
La cocina es diminuta, pero suficiente. Aunque algunas operaciones tengo que llevármelas, dando un paseo, hasta la "oficina" (entre nosotros, A13cuadrado)
Vuelvo a tener buenas sensaciones.
Llevo ya varias semanas, pensando en la masa madre. De centeno, de harina blanca, haciendo que sea la fruta la que añada el azúcar necesario, o simplemente, dándole tiempo y que los refrescos den vida a ese polvo blanco.
Me falta el ejercicio.
La temperatura, poco agradable para salir (y vago que estoy), los resfriados que en estos meses no me dejan... Pero en nada, retomamos los 10 km. y alguna otra actividad de conlleve sudoración y perdida de algún kilo, generación de endorfinas y satisfacción.
Me dicen que ha llovido. No me he enterado.
Mientras eso ocurría, María Nicolau, mostraba su lado más salvaje, al estilo de Dexter Morgan, descuartizando un jabalí y me creaba contradicciones entre caza, alimentación y barbarie.
Luis, me lleva a Madrid en Agosto.
𝗘𝗹 𝗺𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗮𝗴𝗼𝘀𝘁𝗼 𝗲𝗺𝗽𝘂𝗻̃𝗮
𝘀𝘂 𝗹𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝗻𝗮 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝘀𝘁𝗮 𝘆 𝘀𝘂 𝗱𝗶𝘀𝘁𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮,
𝗶𝗴𝘂𝗮𝗹 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝗻 𝗽𝗮𝘀𝗲𝗮𝗻𝘁𝗲.
𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗱, 𝗰𝗮𝗹𝗹𝗲 𝘃𝗮𝗰𝗶́𝗮,
𝗮𝗻𝗲́𝗰𝗱𝗼𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝘃𝗶𝗱𝗿𝗶𝗼𝘀 𝘆 𝗹𝗲𝘁𝗿𝗲𝗿𝗼𝘀,
𝗱𝗲 𝗿𝗲𝗹𝗼𝗷𝗲𝘀 𝗼𝗰𝘂𝗹𝘁𝗼𝘀.
Salgo a la calle. Las baldosas están mojadas. Camino hasta la esquina.
A mi derecha el mar, el inmenso mar. A la izquierda, un arcoíris.
Aristóteles, Seneca el joven, Ibn al-Haytham, Shen Kuo, hasta Descartes y Newton dedicaron su tiempo a estudiar este fenómeno.
¿Y un huevo frito? Aceite bien caliente, puntillas a saco. Y unas láminas de trufa...
¿Te imaginas? Otra buena costumbre, hacer huevos fritos con trufa y comerlos mirando un arcoíris.
Seguro que hoy es un gran día. Puede ser que vea, hasta, un unicornio.
Escribir, escribir, escribir...
Animo y suerte.

sábado, 14 de enero de 2023

Culis Monumentalibus

 


Han sido unas Navidades agotadoras. Viajes y más viajes intentando mantener algo que, poco a poco, se escapa entre los dedos.
Lo de "vuelve a casa por Navidad" ha sido un cúmulo de idas y venidas, para poder generar "casa". Estar juntos unos días, encajando libranzas, horarios de trenes, compromisos de trabajo, sin agobios; solo por el echo de abrazarnos un poquito más o más fuerte.
Se escapa entre los dedos porque, la vida, la vida de cada uno se va construyendo, se modifica a cada paso. Por necesidad o por casualidad. Por un plan o porque como se suele decir, la vida, es eso que pasa mientras estamos ocupados en otra cosa.
Comienza un nuevo año ilusionante. Quiero que sea ilusionante.
Ayer, Demoscopia llamaba a mi teléfono para hacer una encuesta sobre "política".
- ¿𝗖𝗼́𝗺𝗼 𝗱𝗲𝗳𝗶𝗻𝗶𝗿𝗶́𝗮 𝘀𝘂 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗮́𝗻𝗶𝗺𝗼?
Entre las opciones de respuesta, no estaba la que yo quería dar.
Satisfecho, contesté.
Otra de las preguntas:
- ¿𝗧𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼?
No. ¿Miedo, a que o a quien?
Después de algunas preguntas directas, como la valoración de algunos actores de la política o a quien votaría usted en la próximas elección, aparecieron las preguntas de limpieza mental:
- ¿𝗘𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗮𝗱𝗲𝗻𝗮 𝘃𝗶𝗼 𝘂𝘀𝘁𝗲𝗱 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗮𝗺𝗽𝗮𝗻𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗳𝗶𝗻 𝗱𝗲 𝗮𝗻̃𝗼?
¡Dios! No me acordaba. Pregunté a mi alrededor y acepté lo que me dijeron. Solo recordaba que me costó encontrar uvas en conserva, que no conseguí figuritas de mazapán para Blanki (que le encantan) y que me hubiera gustado empezar el año, en la arena de la playa con una copa de cava y golpeando la botella con una cuchara a modo de campana, pero hacía demasiado fresquito.
La última pregunta fue fantástica:
- ¿𝗘𝘀 𝘂𝗻 𝗜𝗽𝗵𝗼𝗻𝗲 𝗲𝗹 𝘁𝗲𝗹𝗲́𝗳𝗼𝗻𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗲𝗹 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝘀𝘁𝗲𝗱 𝗺𝗲 𝗵𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗲𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼?
Por un lado me hizo gracia la pregunta, y por otro dudé en decirle una marca inventada, pero, solo valía el sí o el no.
Ni Demoscopia evitará que este año sea ilusionante.
Tengo mis proyectos, mis planes y a ellos añado los de quien me rodea, me quiere y me estima. Su esfuerzo, el mío, para intentar hacer lo que quiero hacer, lo que quieren hacer.
Seguramente, algunos habrá que posponerlos para priorizar otros. Sin prisa, pero sin pausa. Habrá ansiedad de la buena. Prisa, ganas.
Ítaca, me mira sonriente. Sabe que pienso en ella cada día, y que la veo en cualquier lugar.
Y mientras este cuerpo (no tengo otro) aguante, seguiremos a base de café y paracetamol.
Ni la vacuna de la gripe (ya tengo una edad), ni la cuarta dosis de vacuna COVID, han conseguido que evite encadenar varios resfriados desde noviembre, hasta hoy mismo.
Dormir con el culo al aire, es lo que tiene.
Animo y suerte.
Imagen: Culis Monumentalibus - Eduardo Úrculo

domingo, 1 de enero de 2023

Derrapando



Llevo ya unas horas escribiendo mis propósitos para este nuevo año.
𝑃𝑖𝑛𝑜𝑐𝘩𝑜, 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑃𝑖𝑛𝑜𝑐𝘩𝑜. 𝑇𝑢𝑠 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑜́𝑠𝑖𝑡𝑜𝑠, 𝑠𝑜𝑛 𝑠𝑖𝑚𝑝𝑙𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜𝑠, me digo.
Volver a cocinar, volver a hacer deporte, volver a hacer pan, volver a leer, a escribir, volver a escuchar música... Volver.
El ordenador me informa que aunque su batería esta al 100%, debo sustituirla. Si lo desconecto del enchufe, hace como un pequeño gemido y se apaga.
Así terminé el año. Cargado de energía, pero derrapando en todas las curvas. Notando un cansancio brutal. Deseando dejarlo todo, pero sabiendo que no puedo hacerlo, porque me gusta y he decidido que mi vida se resume en moverme "𝐚 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐥𝐚𝐬" (se avecina nuevo tatuaje).
Como dice un buen amigo:
¿Cómo estas?
Yo: ¡Hasta arriba!
O sea, ¡en tu salsa!
La salida de Madrid, la mudanza. Reorganizar Espacio A13 y crear un nuevo Espacio A13 "al cuadrado". Las chicas, iniciando nuevas actividades. Tu a Londres, yo a California.
Viajes, al norte, al sur, arriba, abajo; y tengo pendiente volver a Portugal.
Ha habido cosas que he tenido que aparcar. ¿Renunciar a ellas? No, ni hablar.
He puesto un recopilatorio de música navideña, un caldo brutal, con carne, huesos y verduras tostados al horno y un buen chorretón de vino Godello, para hacer una sopa reconfortante con tapioca y fideos.
Las patatas cocidas, chafadas con ajos y grasa del confit de pato, me esperan para la hora de la comida. Un golpe de grill con los muslos de Donald, el pato, descansando sobre las patatas crujientes.
He cambiado el postre. Unas fresas con cardamomo y vainilla, envasadas al vacío.
Habrá turrones, barquillos rellenos y cava, naranja confitada con chocolate; y si, entrantes que tal vez hagan que no comamos nada más.
Me invadirá la melancolía por los que no están. Por los que no volverán y por los que ya casi no recuerdo por propio deseo.
Pensaré en la buena gente que pelea por un año más, o por un mes. Pensaré en los que se sintieron felices y en los que se embargan de tristeza, sin fuerza para mirar un amanecer, porque las cosas no van bien.
Hoy, me escribo una carta a mi mismo, despidiendo un año y recibiendo al nuevo
Ni tan mal ¿no?
Habrá más libros, de cocina, de cartas, de Ítaca, de Santa Paciencia, de recuerdos, de palabras bonitas. De cafés buscando el mar.
Habrá noches de insomnio, y amaneceres derrapando.
Tienes/tengo 365 días por delante para seguir haciendo lo que quieres hacer.
Ayer, escribí:
𝐓𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐥𝐨 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫, 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐚𝐧̃𝐨.
𝐏𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐜𝐨𝐬.
𝐕𝐢𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐟𝐚𝐧𝐭𝐚́𝐬𝐭𝐢𝐜𝐨𝐬.
𝐀𝐦𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐥𝐥𝐞𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐚𝐧𝐬𝐢𝐚 𝐲 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐟𝐞𝐥𝐢́𝐳.
Pues eso. Amén.
Voy a cambiar la batería, para seguir derrapando, y tu que lo veas.
Animo y suerte.