Bueno, bien, ¿y?
Esa maldita incertidumbre ¿verdad?.
En los titulares se evita la palabra guerra. Conflicto, invasión, batalla, ataque, agresión.
Igual resulta que no es una guerra, como las otras 65 que dicen están activas a día de hoy.
Muchas de esas guerras se remontan en el tiempo y se han convertido en quistes purulentos que de vez en cuando, sea por matanzas o por explosiones de ansia de libertad o de fanatismo, manchan las paredes de nuestra conciencia.
Igual resulta que, esto, va de lo de siempre.
Leo a Suso Núñez. Un gran tipo (eso lo primero) y conocedor, al detalle, de estos conflictos así como de las acciones humanitarias que también los rodean.
Os recomiendo su lectura. Os pondrá los pelos como escarpias ya que lo que cuenta, lo hace de forma desapasionada, cruda y realista.
La brújula estratégica, que se dará a conocer en marzo, nos mostrará cual es el papel de la Unión Europa y cuál es "su nivel de ambición para terminar de aprender el lenguaje del poder".
Mientras, seguimos escribiendo "No a la guerra", como si alguien nos escuchara y sabiendo que solo es una tirita o un bálsamo para nuestra sensible piel.
La guerra, es uno de esos transformadores que nos hace dejar de pensar en "quien soy" para llevarnos al "que puedo hacer".
Todo ocurre muy lejos, hasta que la pandemia se globaliza y nos encontramos con un foco de infección en el pasillo de nuestra casa.
Unos luchan por sus ideas, otros, por conseguir que sus ideas sean las únicas. Algunos, en nombre de sus dioses. El poder, el dinero, o disponer de un acceso directo a Crimea, desata el conflicto y la guerra.
Dicen que es la más antigua de las relaciones internacionales. Al principio de los tiempos ya había enfrentamientos de grupos humanos armados. Conflictos entre cazadores nómadas y recolectores sedentarios, que desarrollaban el concepto de propiedad. Pago de tributos, ideologías, religiones con resultado de sometimiento, destruyendo al enemigo y llegando al genocidio.
Dicen, también, que esta forma de actuar esta relacionada con el concepto etológico de territorialidad. Nuestro comportamiento en nuestro medio natural.
Que pena ¿no?. Descubrir que somos así, que podemos eliminar todo eso que creemos que influye y la causa raíz, somos nosotros.
"Esto", no mejora y llevamos desde el neolítico.
Muchas cosas han cambiado desde la sociedad tribal a la civilizada. Aunque hay algo que se mantiene, la guerra.
Y seguimos llamándonos civilizados.
Animo y suerte.