Suelo ser calmado en mis planteamientos y huyo de la radicalidad o el talibanismo, que en otro tiempo me caracterizaba.
Sea por mi edad y que el paso del tiempo, hace que cada vez haya menos cosas importantes y soy más selectivo en que invierto mi tiempo; sea por todo lo anterior, añadiéndole la coletilla de "me la sopla".
Siempre he dicho que leer, es sano y aporta libertad, además de conocimiento y criterio.
Llevo una temporada larga (será año y medio, como poco), en
que mi vida es caótica, pero maravillosa. Tengo, tal vez, una decena de libros empezados, actividades relacionadas con el ejercicio físico, bajo el hueco de la escalera aceptando polvo y olvido, cambios de domicilio, como si fuera diplomático de carrera y un desarraigo al que colabora el alto seto que rodea la casa.
Escribo, cocino, cuando puedo. Las noticias que escucho, de unos y otros, y las reacciones de "la gente", me llevan a respirar profundo y ha forzarme el sentimiento de junco, mecido por el viento y lejano a ser un junco de hormigón.
Falta lectura, falta conocimiento, falta algo de calma, y mucho de criterio y sentido común.
Comprensión lectora. Otro término que, mientras escribo, me viene a la cabeza. Puede ser que alguien lea, pero que no comprenda lo leído. ¿De que le ha servido leer?
Si esta persona tiene interés en el tema objeto de su lectura, tal vez busque más información, o a alguien que disponga de conocimientos y pueda "educarlo" explicándole el significado de lo leído.
Otra cosa es que el lector que nos ocupa, entienda perfectamente lo escrito, pero que decida beneficiarse de la ignorancia/vagancia de otros y transmita lo leído, cambiándolo, retorciéndolo para su propio beneficio.
Claro, los ignorantes/vagos o viceversa, vivirán con una información retocada, cambiada, incierta por no decir que estarán en una realidad paralela. O sea, engañados.
¿A que viene todo esto?
Estoy pensando en un partido político. "U", podría llamarse. "U" de Utopía.
Su programa electoral, como primer punto, plantearía una Ley (como todas) de obligado cumplimiento para los ciudadanos que sería participar y titularse en un curso de Conocimiento de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Es decir, conocer la Constitución, los estatutos del territorio en el que residan y todas aquellas leyes que impacten sobre la convivencia.
El segundo, cambiar la Ley electoral. El tercero, la Ley que rige la gestión de los partidos políticos y por ultimo, modificar la Constitución adaptándola a las nuevas libertades y riesgos de la humanidad.
Ya. Para entender el programa, hay que leerlo. Y además, leer la Constitución, la Ley Electoral, la Ley de partidos...
O sea.
En algún apartado de ese programa, se establecería que todo aquel que se integre en un partido político, debe aprobar el examen con nota y hasta que no lo haga, no podrá ostentar un cargo público.
Si, si. También habría cambios en cuanto a temas penales. Todo aquel político que mienta, o desconozca alguno de los puntos del temario del que se ha examinado, deberá llevar en todos los actos públicos una nariz de Pinocho y una orejas de asno (burro).
Hay que leer más. Para ser más libres. Hay que leer, para tener criterio.
Claro, los que no leen, pensarán:
«Se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio»
Pues no, no fue eso lo que volvió loco a Don Quijote (lo dicen psiquiatras afamados), sino encontrar sentido a lo que leía.
Tal vez, sea eso lo que me esté pasando. No encuentro sentido a lo que leo.
Animo y suerte.