lunes, 31 de enero de 2022

Tontos



Apropiarse de los triunfos ajenos es habitual, cuando el sentido de pertenencia al grupo, o la afinidad prevalecen y así, esa victoria, llegamos a considerarla como nuestra.
Ha ganado "mi" equipo, por lo tanto "he ganado", "hemos ganado".
Esto, nos sirve para el deporte, para la política o para cualquier otra actividad.
El juego limpio (fair play) utilizado mucho en la competición deportiva, también puede aplicarse al resto de actividad, aun más, debería ser la norma en la vida en sociedad.
Comportamiento leal, sincero y correcto hacia los contrincantes; y respetuoso con las normas.
Las normas. Esos elementos que si nos favorecen, son maravillosas; pero si, al contrario, nos perjudican, están mal creadas o no valen.
Es curioso ver como estos comportamientos, los buenos, son más habituales entre los competidores que en sus seguidores.
La ganadora del 𝑩𝒆𝒏𝒊𝒅𝒐𝒓𝒎 𝑭𝒆𝒔𝒕, recibió el apoyo de sus contrincantes y todo el odio de algunos seguidores de otros competidores participantes.
Desde su color de piel, hasta su lugar de nacimiento. Aunque, estos últimos, abogaban por la participación de sus preferidos, representando a otros países cercanos.
Otros, ponían como elemento negativo la letra de su canción; sin ni tan siquiera haber valorado el contenido de la de su favorito. O el tanto por ciento de palabras en otro idioma, como motivo de invalidación.
Panderos y bailarines llenaron el escenario. Y lo malo era la lengua, que también es nuestra.
𝐸𝑠𝑡𝑎 𝑛𝑜𝑖𝑡𝑒 ℎ𝑎𝑖 𝑓𝑜𝑙𝑖𝑎𝑑𝑎
𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑐𝑎𝑛𝑡𝑎𝑟 𝑣𝑒𝑛̃𝑜 𝑒𝑢 𝑐𝑜𝑎 𝑝𝑎𝑛𝑑𝑒𝑖𝑟𝑒𝑡𝑎 𝑛𝑎 𝑚𝑎𝑛
𝐴𝑡𝑢𝑟𝑢𝑥𝑎 𝑐𝑎𝑛𝑑𝑎 𝑚𝑖𝑛, 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑐𝑜𝑖𝑡𝑒𝑛 𝑏𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟
Una teta, parecía motivo de excomunión.
𝖭𝗈 𝗌𝖾́ 𝗉𝗈𝗋 𝗊𝗎𝖾́ 𝖽𝖺𝗇 𝗍𝖺𝗇𝗍𝗈 𝗆𝗂𝖾𝖽𝗈 𝗇𝗎𝖾𝗌𝗍𝗋𝖺𝗌 𝗍𝖾𝗍𝖺𝗌
𝖲𝗂𝗇 𝖾𝗅𝗅𝖺𝗌 𝗇𝗈 𝗁𝖺𝖻𝗋𝗂́𝖺 𝗁𝗎𝗆𝖺𝗇𝗂𝖽𝖺𝖽 𝗇𝗂 𝗁𝖺𝖻𝗋𝗂́𝖺 𝖻𝖾𝗅𝗅𝖾𝗓𝖺
No somos más tontos, porque no entrenamos.
Me lo pasé francamente bien. Disfruté del espectáculo y de las distintas opciones.
Argumenté sobre mis preferencias. Incluso, generé dos grupos. Unos de que si, otros, de que no.
Claro que existía mi favorita y también entendía que tal vez no fuera la más adecuada para un festival como el de Eurovisión (tengo también mi propia valoración sobre él).
Si te presentas a un concurso de ver quien come más salchichas en el menor tiempo; no te servirán pasteles; ni valorarán lo alto o bajo que eres.
Hoy, leía este titular:
"𝑳𝒂 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒂 𝒊𝒛𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒅𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒇𝒖𝒏𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂 𝒆𝒏 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒏̃𝒂", refiriéndose a la habilidad de un tenista. Resulta que es diestro, pero prefiere utilizar la izquierda porque así "vence" y convence. Los chicos de la "derecha", igual deberían hacer lo mismo. Tal vez nos fuera mejor a todos.
Reconozco que intenté bailar la canción ganadora y si, efectivamente casi rompí cadera y por poco el corazón.
𝐘𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐭𝐨𝐲 𝐫𝐞𝐚𝐝𝐲
𝐏𝐚 𝐫𝐨𝐦𝐩𝐞𝐫 𝐜𝐚𝐝𝐞𝐫𝐚, 𝐫𝐨𝐦𝐩𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬
Hay que disfrutar más y odiar menos.
Tontos, muy tontos.
Animo y suerte.

domingo, 30 de enero de 2022

Que buenos ratos pasábamos

 


En la terraza hay un olivo.
Siempre he pensado que, cualquier día, saldrá de su maceta y se irá, harto de ver siempre el mismo paisaje, para echar raíces en otro lugar más amplio y sin las limitaciones de su macetón.
Ha dado frutos, muchas veces. Los he visto, pero igual que aparecen, desaparecen y en el suelo aparecen esqueletos de oliva que los mirlos y otros pájaros se han comido.
Isi, cuando está en casa, disfruta de una visión privilegiada de todos los visitantes voladores. Dicen que eso, la relaja. No sé, no creo. Si pudiera, dejaría salir su instinto cazador e intentaría que perdieran plumas o algo más, seguro.
El otro día, un gorrión y un mirlo de pico amarillo intenso se permitieron varios paseos, picoteando huesos y migas.
Tras eso, deje en un pequeño cuenco unos granos de maíz tostado.
Me olvidé del tema pero cuando lo recordé el cuenco estaba vacío.
Hoy, una vez he vuelto a la vida con el amanecer, he rellenado el comedero improvisado y he conseguido ver fugazmente a mis vecinos tomando su desayuno.
Disimulan recorriendo el poyete que da a la fachada. De ahí, saltan al brazo del banco de madera y una vez tienen el objetivo al alcance de su pico, se lanzan a comer, controlándome de vez en cuando.
Tengo ganas de que Mirlo vuelva. Nuestras conversaciones, silenciosas, creo que nos hacen bien.
Blanki, me dice que estoy mayor. Ella emplea otro termino. Se lo disculpo. Sangre de mi sangre.
- ¿Les pones de comer a los pájaros, XXXXXXXX?
Cree que eso, solo lo hacen los señores "mayores".
Lástima que no conozca aquella cantinela que, seguro, muchos recuerdan del final de "Hombre blanco" de Ilegales, o más rural, en boca de La Charanga del tío Honorio en "Ay, cordera".
Joooooer. Va a resultar que Blanki tiene razón.
Salgo de nuevo a la terraza. Relleno el cuenco, esta vez, con pipas de girasol.
Añoro a Mirlo.
Cualquier día, el olivo, sale corriendo. Y yo, también.
Animo y suerte.

sábado, 29 de enero de 2022

Puentes, bancos y templetes

Puente colgante de Jánovas - Huesca


Dice la Real Academia de la Húmeda:
𝙋𝙪𝙚𝙣𝙩𝙚
Del lat. pons, pontis.
1. Construcción de piedra, ladrillo, madera, hierro, hormigón, etc., que se construye y forma sobre los ríos, fosos y otros sitios, para poder pasarlos.
Siguen otras diecisiete acepciones más.
Me gustan los puentes y los significados que nos pueden dar. Unen, acercan, salvan, acortan, vinculan.
En Lisboa, 25 de Abril y Vasco de Gama. Majestuosos, inmensos, sobrevuelan el Tajo.
Oporto, tiene seis, por encima del Duero.
San Petersburgo, Nueva York, Paris. El de Gálata, el del Bósforo, Sultán Mehmet en Turquía.
Ronda, Zaragoza, Jánovas, Lérida. Puentes romanos y medievales. Segovia, Cuenca, tantos y tantos.
Andando, en coche, en tren. Ir a otro sitio, al otro lado. Poder contemplar lo que dejas atrás.
Me transmiten despedidas, llegadas, hola y adiós. Lo nuevo, lo viejo, pasado y futuro. El aquí, el allá y el más allá.
Haz el ejercicio. Intenta recordar todos los puentes que has cruzado. Cuales, en una única dirección, y cuales en las dos. ¿Dónde ibas? ¿Adónde volvías?
Alrededor de ellos, crecieron ciudades y reinos. Unieron y unen culturas, eliminan fronteras.
Hoy, pienso en puentes. En puentes y en bancos.
Bancos de los de sentarte, con respaldo o sin él.
Siempre me han despertado la sensación de espera. De estar ahí, para que la espera sea más amable. Son el refugio del amor, hasta que, él o ella, llegan. Hoteles, pensiones del cansancio. Fortalezas de la soledad.
Laboratorios de planes, de risas y de suspiros.
Aquel banco del parque, donde siempre se congelaba tu amor de juventud. Aquel otro, donde nos juntábamos a comer pipas como si no hubiera un mañana. Ese, donde pasas horas leyendo, o simplemente dejando que la vista vague de caminantes a árboles y de árboles a cielos.
Donde tus rodillas te agradecen que pares, y tu artritis busca, arrastrando los pies.
Puentes que la vida atraviesa, bancos, donde la vida espera a alguien que atraviesa el puente.
¿Y los templetes? ¿Qué me decís de los templetes?
Si, de lo mío, sigo fatal.
Animo y suerte.

viernes, 28 de enero de 2022

Justicia divina



Si, soy de lágrima fácil. O mejor, mis lacrimales son los semáforos de mi sentimiento justiciero y de tanta injusticia que veo y leo, al final, lloro a cada rato. Llevaría muy mal lo de la sombra de ojos (con lo que me gustaba hace años).
Debería dejar de leer, o de ver.., para no sentir.
De vez en cuando, se cruza en mi alcance visual algún video del reality del Juez Frank Caprio (te recomiendo que, alguna vez, lo veas).
Imparte justicia en Providence, Rhode Island, en juicios televisados. Tiene 85 años y bastante sentido común. No digo que, a veces, no se les vaya la mano en exprimir la situación, pero el buen Juez imparte justicia salomónica y suele saber diferenciar entre el error y la infracción.
Ayer, juzgaba a un anciano de 96 años que había sido llevado ante la corte por conducir "rápido" en una zona escolar.
Aquel anciano explicaba, lo mejor que podía, que con su edad no conducía rápido. Solo conducía cuando era imprescindible. Llevaba a su hijo de 63 años, minusválido y con cáncer, a realizar unas analíticas de sangre cada dos semanas.
"Usted es un buen hombre". A partir de ahí el caso quedo desestimado.
Dos minutos después, leo la noticia de una persona de 84 años, muerta por hipotermia en París, hace unas semanas.
Nueve horas en una acera, a consecuencia de una caída, sin que nadie le prestara ayuda.
Salió a pasear y tropezó.
Otro hombre, un sin hogar, alertó a los bomberos a las 6:30 de la mañana.
René Robert, así se llamaba el fallecido. Era un reconocido fotógrafo de flamenco y flamencos, publicidad, moda. Únicamente por eso, sabemos quien era.
Asesinado por la indiferencia.
Me he emocionado con el Juez Caprio, he llorado con René.
¿Cómo hemos llegado a esto?
He recordado otro tropezón, con el mismo funesto resultado.
Ni la justicia divina sirve para los tropezones.
¿Me deja usted un rato su sillón, Sr. Juez?
Animo y suerte

jueves, 27 de enero de 2022

Imbécil

 


Confieso que tengo momentos difíciles.
De esos que te dan ganas de sacarle los colores a alguien por su ignorancia, por su atrevimiento al regalar su opinión sin datos, y sin criterio. Demostrando que las neuronas las tiene cerca del esfínter anal.
Escribo un par de líneas, borro y vuelvo a teclear. Vuelvo a borrar.
Busco las palabras adecuadas para que quien lo lea, no lo tome como un ataque, sino como un intento de protección, de evitarle la vergüenza que seguramente alguien con menos tacto y educación que yo, le hará pasar.
Entiendo que no todo el mundo tiene porque sentir el deseo de entender. Hay acciones que no entendemos, que no coinciden con nuestra forma de reaccionar.
Situaciones en las que unos, se agachan, otros se levantan. Pero aun en ese caso, seguro que hay un motivo para cada una de las acciones.
No hay muchas personas que para entender una decisión del Gobierno (sea del color que sea), lee el diario de sesiones del Consejo de Ministros. O busca antecedentes u obligaciones contraídas, con anterioridad, por otros Gobiernos que tal vez den luz.
Para que.
Es mejor lanzar la piedra, y rodearla de calificativos cuanto más gruesos, mejor.
Me empeño en diferenciar los ignorantes de los imbéciles. Es un trabajo imposible.
Animo y suerte.

miércoles, 26 de enero de 2022

Relaxing cup



Llegamos a bromear con un ataque zombi o una invasión alienígena. Incluso, hubo noticias de que un meteorito alcanzaría el planeta.
Hablamos de guerra con una relajación pasmosa. Ellos, hablan de guerra, mientras piensan sanciones y despliegan soldaditos recién sacados de un sobre sorpresa.
Está claro que la imagen se repite. Demasiados "yos" y ningún nosotros.
Unión Europea lo llaman. Es raro que este trozo de tierra sobre el que vivimos o sobrevivimos, según el día de la semana, no lo llamemos "Unión Española".
Para la prensa americana, Jon "ese señor", habla con los líderes Europeos.
¿Tu sabes quienes son los líderes europeos?
𝗘𝘂𝗿𝗼𝗽𝗲𝗮𝗻 𝗖𝗼𝗺𝗺𝗶𝘀𝘀𝗶𝗼𝗻 𝗣𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁 𝗨𝗿𝘀𝘂𝗹𝗮 𝘃𝗼𝗻 𝗱𝗲𝗿 𝗟𝗲𝘆𝗲𝗻, 𝗘𝘂𝗿𝗼𝗽𝗲𝗮𝗻 𝗖𝗼𝘂𝗻𝗰𝗶𝗹 𝗣𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁 𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗲𝘀 𝗠𝗶𝗰𝗵𝗲𝗹, 𝗣𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁 𝗘𝗺𝗺𝗮𝗻𝘂𝗲𝗹 𝗠𝗮𝗰𝗿𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝗙𝗿𝗮𝗻𝗰𝗲, 𝗖𝗵𝗮𝗻𝗰𝗲𝗹𝗹𝗼𝗿 𝗢𝗹𝗮𝗳 𝗦𝗰𝗵𝗼𝗹𝘇 𝗼𝗳 𝗚𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝘆, 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲 𝗠𝗶𝗻𝗶𝘀𝘁𝗲𝗿 𝗠𝗮𝗿𝗶𝗼 𝗗𝗿𝗮𝗴𝗵𝗶 𝗼𝗳 𝗜𝘁𝗮𝗹𝘆, 𝗣𝗿𝗲𝘀𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁 𝗔𝗻𝗱𝗿𝘇𝗲𝗷 𝗗𝘂𝗱𝗮 𝗼𝗳 𝗣𝗼𝗹𝗮𝗻𝗱, 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲 𝗠𝗶𝗻𝗶𝘀𝘁𝗲𝗿 𝗕𝗼𝗿𝗶𝘀 𝗝𝗼𝗵𝗻𝘀𝗼𝗻 𝗼𝗳 𝘁𝗵𝗲 𝗨𝗻𝗶𝘁𝗲𝗱 𝗞𝗶𝗻𝗴𝗱𝗼𝗺 𝗮𝗻𝗱 𝗡𝗔𝗧𝗢 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗮𝗿𝘆-𝗚𝗲𝗻𝗲𝗿𝗮𝗹 𝗝𝗲𝗻𝘀 𝗦𝘁𝗼𝗹𝘁𝗲𝗻𝗯𝗲𝗿𝗴.
Líderes.
Y no, no entro en la estupidez de querer ser líder o formar parte de ese grupo, para poner los pies encima de una mesa y cambiar mi acento creyendo que cambio el mundo.
El continente europeo solo existe en los atlas. Y, si lo pienso, tampoco existe ninguno de los otros continentes.
Seguimos buscando la "unión" pero desde ese respeto de las diferencias. Respeto que en muchos casos se convierte en tensión, por el color de la piel, por las creencias, porque me da la gana, por envidia, por miedo, por ignorancia mental o simplemente por mantener algo histórico que nadie recuerda su inicio.
La tensión geopolítica, es uno de los temas que a todos los estudiosos de nuestra sociedad preocupa y que afectará a lo que llamamos "recuperación".
EEUU-China, chungo. Lo de Ucrania, genera otra, EEUU-Rusia y por extensión a todos los países de la Unión Europea (Unión).
Argelia-Marruecos. China-India. Egipto-Etiopía.
Taiwán, Corea, el Mar de la China Meridional, la península de Corea, la apertura de rutas árticas, son otros puntos que pueden abrirse a la oscuridad.
La alianza AUKUS. Un acuerdo de seguridad entre EEUU, Australia y Reino Unido que se une al QUAD (Dialogo de Seguridad Cuadrilateral) en el que entran India y Japón.
Si quieres, sigo.
China expande su ambición en Africa y América Latina. Inversiones y compra de deuda, más el anuncio de donación de 2.000 millones de vacunas. La computación cuántica, su inversión en defensa y armas hipersónicas.
En Junio, la OTAN se reúne en Madrid.
Nada, no te preocupes. Seguro que hablan de libertad, de cervezas y de «𝗥𝗲𝗹𝗮𝘅𝗶𝗻𝗴 𝗰𝘂𝗽 𝗼𝗳 𝗰𝗮𝗳𝗲́ 𝗰𝗼𝗻 𝗹𝗲𝗰𝗵𝗲».
Al final, te echaremos de menos Anita. Nos reíamos más.
Animo y suerte.

sábado, 22 de enero de 2022

Te echaré de menos

 



Pensaba que no. Pero va a ser que sí.
Creo que te echaré de menos. Son muchos años, muchos recuerdos vividos.
Gente entrando y saliendo.
Has ido cambiando, envejeciendo conmigo, con nosotros.
La tarima del pasillo da fe de todo ese tiempo.
Cuantos pies descalzos, cuantas risas. Lágrimas, también algún portazo de incomprensión, de rebeldía, de rabia, de miedo.
Las chicas dicen que les da pena. Yo, callo, porque la vida me urge, porque necesito un paso más. Noto esa urgencia del que sabe que el camino que queda es más corto que el ya recorrido. Un nuevo reto, tal vez, para sentirse más vivo. Un nuevo engaño para seguir viviendo.
Si, te echaré de menos.
Abrir cajones que llevan años sin ver la luz, para airear la vida, para no perder el recuerdo y recolocarlo en una caja de cartón. .
Y aquí quedaran las paredes, los techos pidiendo una mano de pintura. El trozo de suelo, lleno de picotazos, de cuando las llaves se cuelgan mal, o esos arañazos por arrastrar las sillas en la mesa grande.
El marco de la puerta, donde dábamos fe de como crecíais, recibirá una mano de pintura y podrá leer otros números, otros sueños, otros futuros.
En las paredes quedaran algunas escarpias, agujeros de soportes, estantes, lámparas que serán casquillos y bombillas desnudas.
Una casa vivida, dijo alguien.
Me gustaría que les des muchas tardes de película y palomitas. Domingos de no hacer nada, o de montar barbacoas. Gente durmiendo en la terraza cubierta, fiestas con música y risas. Barullo, cocinar muchos y para muchos. Un café al amanecer, cientos de ellos.
Y sobre todo, quiero que les des cariño, que los acompañes, que los protejas. Que seas su mejor abrazo, que seas punto de retorno.
No quiero que el día de la despedida, por prisa o por angustia, se me olvide decirte esto: Gracias.
Animo y suerte.
#100cafes
#100cafesmasconunputovirus
#100cafesy2000paracetamoles
#lavidaenunataza
#caminoaitaca 

jueves, 20 de enero de 2022

Mar océana



Y, ayer, los objetivos cumplidos.
Organiza un poco más la mesa (no acabaré nunca).
Preparar el nuevo plan de trabajo.
La compra de verduras y hortalizas.
Dejé la acelga cocinada al vapor (muy poquito), envasada y congelada.
Compré unos pimientos verdes preciosos para hacer rellenos de ensalada de arroz.
Las manitas de cerdo, cocidas, deshuesadas y la salsa lista. Al congelador.
Un sofrito de setas, para preparar sopa o para acompañamientos.
Hice también albóndigas. Guisantes, zanahoria y caldo de pollo. Un poco de ¡chup chup!. Les pongo un poco de canela y sustituyo parte del pan rallado por unas galletas machacadas.
Trigueros y alcachofas, cocinados a 80º 45 min. Perfectos.
Llegó la carne y el pescado. Ordenar, empaquetar, congelar.
Unos mejillones bouchot, al vapor. Un trocito de limón, lonchas de jengibre y un chorretón de vino. Copa de txakolí.
Los buenos propósitos me están empezado a atacar. Retomar el ejercicio (hace frío). Perder peso (mi artritis lo agradecerá), leer más.
Y los planes se reactivan.
¿Tengo lima? ¿Compré aguacates?
Hoy, tartar de atún.
Tengo que ir al centro. Hay una tienda en la Plaza de la Luna que tienen cositas que quiero comprar. Miso, ¡miso rojo!. Fideos de arroz, udon, cosas "chinorris".
Cierro los ojos y veo el mar. La mar océana.
Se me borra el plan de trabajo, el congelador y el tartar de atún.
Vaya arranque de mañana ¿no?
Un nuevo día, lleno de oportunidades. Incluso, la oportunidad de no hacer absolutamente nada.
¡Venga!
Animo y suerte.
Receta Tartar de atún:

miércoles, 19 de enero de 2022

Bollos y empanadillas

 


La mesa tiene un aspecto algo mejor.
Aun queda por hacer, guardar, ordenar.
Iré a comprar. La nevera, estos días atrás, había que cerrarla a la fuerza; hoy puedo ver alguno de estos arbustos del desierto, rodando por los estantes, con música de western.
Verdura, hortalizas, fruta.
Ítaca, tendrá que esperar un poco. El #putovirus no parece muy colaborador.
Necesito el mar. Amanecer o atardecer, mirándolo.
Hay que preparar un nuevo plan de trabajo, seguimos pagando facturas.
Un buen amigo me habla de sus apetencias.
Ir andando a la librería, comprar en su pastelería preferida empanadillas para la merienda y bollos para el desayuno. Ir a la plaza, cada día.
Parece tonto, apunta.
No, no lo es. Buscamos la rutina, el plan que nos de seguridad, estabilidad.
Ese "cada día", marca la diferencia entre el antojo y la necesidad.
No soy de sueños, soy de planes. Posibles o imposibles. Luego ya, la vida, se mostrará en su caos.
Tengo que grabar los textos. Reunir lo escrito en un determinado día, a lo largo de estos años.
No reviso lo que escribo. A veces encuentro frases, con palabras repetidas, que no "suenan" bien. Así lo pensé, así lo saque.
Escribo del tirón, como si hablara contigo en el sofá o sentados en un banco del parque.
Todo es del tirón, todo.
Pienso en las empanadillas, en los bollos. En viajar a Valencia, volver al desierto, ver atardecer en el océano.
Mirar el mar, desayunando bollos y merendando empanadillas.
Un buen plan.
Animo y suerte.
Imagen: La Dulce Alianza - Almería.

martes, 18 de enero de 2022

Cartas que nunca enviaré XXV



Hola. Espero que al recibo de la presente, te encuentres bien y que el tiempo no te haya desgastado demasiado.
Espero que hayas reído y llorado. Y que las cantidades de lo uno y de lo otro, no te generen queja.
Es una de esas madrugadas tontas, donde una vez en la cama, cansado de moverte, decides echar pie a tierra y llegar hasta el tabernario del microondas para hacerte una infusión.
No se, pensé en tí como podía haber pensado en aquella muchacha con la que me cruzaba casi todos los días en el parking, cerca de Gran Vía. Ella, contestaba con un tímido "buenos días", a veces con un susurro, con un tono especialmente bajo.
Yo, al día siguiente, ejecutaba mi saludo buscando su mismo tono del día anterior. Se ponía como la grana, bajaba la cabeza, sonreía y contestaba al saludo mientras tomaba las escaleras a toda prisa.
Solo nos encontrábamos en ese momento. Jamás hubo una conversación, tan solo un saludo enérgico y una contestación susurrante. Un parking de susurros.
Cuando dejé de trabajar en la zona, no volví a verla jamás.
Podía haber pensado en las estupideces que escuché en las noticias, o en esos jueces que han convertido en Dioses de puro barro. Podía también pensar en el trabajo, en esas preocupaciones del primer mundo, o echarle la culpa a la incertidumbre.
No, simplemente, pensé en ti.
Podría haber pensado en él. En los largos paseos a lo largo de la valla del parque. En aquellas bolsita de almendras saladas que compraba, y las comíamos en silencio, mientras caminábamos. Podría haber pensado en el tacto de su mano.
Podía haber pensado en aquella niña, de preciosos tirabuzones, que se reía de mi por el color de mis calcetines.
Si, pensé en ti, como podría haber pensado en aquel amigo efímero que murió sin despedida, pero sigue estando aquí.
Podría haber pensado, en las nubes, en el mar, en que algo tengo que hacer con el día de mañana. Alguien me dijo que debía ser un hombre de provecho y podría pensar que lo tengo pendiente.
Podría haber pensado en otras personas, en lugares, en colores, en días y en noches.
Pero, pensé en ti. Y aquí estoy, escribiendo una carta que no enviaré, a una persona que, tal vez no existió, como la chica del parking.