Visto lo visto, esta semana tendrá que pedir cita con el psicoterapeuta.
Su traje de Rey Mago, oscilaba entre el de un torero entrado en años y la decoración del típico roscón petado de frutas confitadas.
Mientras, en la televisión, Melchor comenzaba su parlamento para todos los niños del mundo mundial (Madrid), nosotros nos poníamos ciegos de chocolate y de roscón sin colorinchis.
Hablaron todos los reyes, incluso subieron a un niño que interpretó a un Alcalde y dijo cosas.
Las redes "ardían" (no será verdad) manifestando cambios de paradigma. Melchor, perdía likes y seguidores a velocidad insospechada, mientras Gaspar se alzaba como trending topic.
Y la ultraderecha, sin decir nada.
Hasta hubo concejales haciendo guiños libidinosos sobre su porte y belleza.
Algunos, comentaban el "blanqueamiento" de Baltasar (que dicen que no era negro) pero también pedían su número privado, o lo invitaban a quedarse en casa para descansar.
Melchor, ya entrado en la senectud y pasado de jubilación, mantenía el tipo e impostaba la voz para parecer más grave, más sereno, más Rey. Solo le faltó decir en algún momento lo de "Lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir".
Gaspar, lanzaba miradas de saberse observado y las cámaras buscaban su mejor perfil entre oscuras ensoñaciones de todo tipo, de muchos de los televidentes.
Baltasar, parecía abrumado, con poco que decir y situado en el medio tono, no solo del color de su piel.
Hoy, ya sabemos quienes estaban bajo los trajes de Gaspar y Baltasar.
Levantaron pasiones y deseos, pero al quitarse el disfraz, volvieron a ser cantantes, actores, simples mortales.
Melchor, sigue siendo una incógnita.
Tal vez, hubo que recurrir a suplentes por PCR positiva.
Melchor hizo la magia, los otros, los suplentes solo pose e ilusión.
Espero una pronta recuperación de Gaspar y Baltasar, los de verdad.
Y para Melchor, un fuerte abrazo y una maravillosa jubilación.
Animo y suerte.
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