Uno de los actores de la película 𝐏𝐚𝐫𝐩𝐚𝐝𝐞𝐚 𝐝𝐨𝐬 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 (Blink Twice), dice:
𝑵𝒐 𝒆𝒙𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒆𝒍 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐́𝒏, 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒆𝒍 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒐.
No voy a destriparos la película.
𝒀𝒐 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂𝒔 𝒏𝒊 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒆𝒔, 𝒆𝒍 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒐 𝒆𝒔 𝒍𝒂 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒂 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂 𝒚 𝒆𝒍 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐́𝒏, dijo Borges.
La mayor venganza contra alguien malvado y perverso, es el olvido. No existió, no fue. No hizo nada que impactara en tu vida.
Quien solicita el perdón, o quien repite una y otra vez el mantra, perdón, perdón. Excusándose por su errores, por los actos cometidos, lo que realmente solicita es el olvido.
Otra película. 𝐄𝐥 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬. Basada en el libro del mismo título.
Héctor Abad Faciolince cuenta la historia y personalidad de su padre. Lo mataron a balazos, en la calle y a plena luz del día y en el bolsillo de su chaqueta, encontraron un soneto que tras largas investigaciones podría ser, también, de Borges:
𝖸𝖺 𝗌𝗈𝗆𝗈𝗌 𝖾𝗅 𝗈𝗅𝗏𝗂𝖽𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝖾𝗋𝖾𝗆𝗈𝗌.
𝖤𝗅 𝗉𝗈𝗅𝗏𝗈 𝖾𝗅𝖾𝗆𝖾𝗇𝗍𝖺𝗅 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈𝗌 𝗂𝗀𝗇𝗈𝗋𝖺
𝗒 𝗊𝗎𝖾 𝖿𝗎𝖾 𝖾𝗅 𝗋𝗈𝗃𝗈 𝖠𝖽𝖺́𝗇 𝗒 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌 𝖺𝗁𝗈𝗋𝖺
𝗍𝗈𝖽𝗈𝗌 𝗅𝗈𝗌 𝗁𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾𝗌, 𝗒 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗏𝖾𝗋𝖾𝗆𝗈𝗌.
𝖸𝖺 𝗌𝗈𝗆𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝗅𝖺 𝗍𝗎𝗆𝖻𝖺 𝗅𝖺𝗌 𝖽𝗈𝗌 𝖿𝖾𝖼𝗁𝖺𝗌
𝖽𝖾𝗅 𝗉𝗋𝗂𝗇𝖼𝗂𝗉𝗂𝗈 𝗒 𝖾𝗅 𝗍𝖾́𝗋𝗆𝗂𝗇𝗈. 𝖫𝖺 𝖼𝖺𝗃𝖺,
𝗅𝖺 𝗈𝖻𝗌𝖼𝖾𝗇𝖺 𝖼𝗈𝗋𝗋𝗎𝗉𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝗒 𝗅𝖺 𝗆𝗈𝗋𝗍𝖺𝗃𝖺,
𝗅𝗈𝗌 𝗋𝗂𝗍𝗈𝗌 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗆𝗎𝖾𝗋𝗍𝖾, 𝗒 𝗅𝖺𝗌 𝖾𝗇𝖽𝖾𝖼𝗁𝖺𝗌.
El olvido sanador.
Aunque a veces, lo que realmente sana es recordar.
Para evitar, para protegerse de la repetición, de la misma piedra en la que tropezaste.
Olvido protector, memoria.
𝑬𝒍 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂́ 𝒍𝒍𝒆𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒂, dice Mario Benedetti.
Tal vez sea la única solución cuando la fuerza del tiempo nos carcoma y la venganza, la ira y el odio nos puedan.
¿Y si todos olvidamos?
¿Y si nadie recuerda lo que se hizo mal?
𝑼𝒏 𝒅𝒊́𝒂, 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒆𝒍𝒆𝒇𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒔𝒆 𝒓𝒆𝒖𝒏𝒊𝒓𝒂́𝒏 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒓.
𝑻𝒐𝒅𝒐𝒔, 𝒎𝒆𝒏𝒐𝒔 𝒖𝒏𝒐. Rafael Courtoisie.
Un elefante o un conejo rojo, da igual. No quiero olvidar.
Animo y suerte.
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