lunes, 27 de enero de 2025

Playmóbil

 


Y de pronto, sin darte cuenta, empiezas a manejar con cierta soltura términos como "trocanteritis" o "sacroilíaca". Que, oye, no es fácil la pronunciación hasta que la has oído varias veces o mejor aún, hasta que te da el fin de semana de mantita de calor, naproxeno en vena y subir las escaleras como un Playmóbil.
Y sobre lo del Playmóbil. Un niño, Sebastián, de 11 años y su madre embarazada, llevaban viviendo en la T4 del aeropuerto de Madrid desde noviembre del año pasado. Su entretenimiento: los Playmóbil. Ya les han asignado un techo, por lo menos para tres meses.
En la misma noticia, en resaltado: "más de 200 personas duermen a diario en la terminal".
Un "vecindario cosmopolita", sin hogar, que forma parte de las más de 30.000 personas en la misma situación en este país.
Sin vivienda, sin salud, sin trabajo. ¿Eres capaz de imaginarlo?
Vale. Pues ahora piensa en los Palestinos que vuelven al norte de Gaza, un año después de ser desplazados por las bombas.
Dicen que han pasado un infierno y van, hacia otro. Hacia la nada.
Mientras, Donald (el pato no, el otro) quiere "limpiar" Gaza enviando a 1,5 millones de habitantes a Egipto y Jordania.
Los 47.000 muertos, quedaran en la memoria, mientras caminan hacia su tierra destruida.
Europa, la vieja Europa, busca su sitio. ¿Cuál es su propósito?
Creo que le pasa lo mismo que a mi, o a mi lo mismo que a ella.
La trocanteritis, le afecta y se mueve como un mal Playmóbil.
Ha caído un chaparrón mientras escribía estas líneas. Tal vez, el cielo me ha leído. ¿No?
Animo y suerte.

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