jueves, 13 de enero de 2022

Gorriones


Habitualmente, al recoger la mesa, después de la comida o la cena, sacudo el mantel en el espacio de la terraza más cercano al ventanal de mi zona de trabajo.
A primera hora, los gorrioncillos que traen loca a Isi, se acercan a picotear el desayuno.
Sin ningún tipo de timidez, siempre y cuando el ventanal esté cerrado, van dando saltitos mientras buscan.
Hoy, una pareja de ellos, se han quedado mirándome. No son como Mirlo, que en cuanto aparece tenemos conexión. Estos, daba la sensación de que tenían alguna pregunta, tipo ¿para cuando algo más sabroso que las migas? o ¿algo de beber?, pero no acababa de entenderlos.
Ha llegado un momento que he pensado que pretendían grabar algún TickTock. Movimientos de cabeza y saltitos acompasados, sin una música realmente audible.
El sol ya se refleja en la fachada de enfrente. He ido a por un trozo de pan y un pequeño cuenco con agua a la cocina, pero los gorriones TiTokers, a mi vuelta, ya se habían ido.
Leo las noticias, escucho música y preparo otro café.
La mesa sigue sin ordenar y me da que hoy tampoco le toca.
Varias reuniones telefónicas y retomar planes que andaban adormecidos entre el espumillón y los turrones.
Pascal Bruckner, dice:
𝑳𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒊𝒏𝒄𝒆𝒓𝒕𝒊𝒅𝒖𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒖𝒓𝒂 𝒚 𝒒𝒖𝒆, 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒅𝒖𝒓𝒆, 𝒏𝒐𝒔 𝒈𝒂𝒓𝒂𝒏𝒕𝒊𝒛𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒗𝒐𝒔.
Bendita incertidumbre. Seguimos.
Animo y suerte.

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