Igual que ocurre con la mancha de las picotas, pasa con las mentiras.
𝐴 𝑣𝑒𝑐𝑒𝑠, 𝑙𝑎𝑠 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎𝑠 𝑚𝑎́𝑠 𝑐𝑟𝑢𝑒𝑙𝑒𝑠 𝑠𝑜𝑛 𝑑𝑖𝑐ℎ𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑠𝑖𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜. Así lo pensó Robert Louis Stevenson.
Hubo otro, bajito, gritón y con bigote de mosca que le dio el sentido último:
𝐿𝑎𝑠 𝑔𝑟𝑎𝑛𝑑𝑒𝑠 𝑚𝑎𝑠𝑎𝑠 𝑠𝑢𝑐𝑢𝑚𝑏𝑖𝑟𝑎́𝑛 𝑚𝑎́𝑠 𝑓𝑎́𝑐𝑖𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑔𝑟𝑎𝑛 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑎.
Se llamaba Adolf.
Viene a cuento de lo del Ministro. Ese que parece que va por libre y que cuando habla, sube el pan, la leche, e inflama las gónadas de la derecha.
Ojo, estamos hablando de sostenibilidad. Vais a escuchar esta palabra, TTR (tó Tol rato).
Pero claro, el camino hacia esa sostenibilidad, aún siendo muy cool (chuli, molón, que está de moda, que es atractivo), lleva al reconocimiento de errores y a tomar medidas que dolerán a muchos.
Va el Ministro, y lo dice. Van los de la mentira fácil, y vuelven a decirnos que se nos van a comer nuestro pan y defecarán en el morral donde lo llevamos. No hay argumentación, no hay discusión realista, ni con datos.
Todo lo por dicho el muchacho es un ataque contra todo y contra todos, pero resulta que "todos" saben que tiene razón.
Miente, que algo queda. Vencer, pero no convencer. Como con la mancha de las picotas, igual.
Otra, que también vamos a oír mucho y que empieza a estar teñida de sangre.
Kazajistán.
Venga, coge el mapa y búscalo.
𝗤𝘂𝗶𝗲𝗻 𝗻𝗼 𝘀𝗲 𝗿𝗶𝗻𝗱𝗮, 𝘀𝗲𝗿𝗮́ 𝗱𝗲𝘀𝘁𝗿𝘂𝗶𝗱𝗼, ha dicho, sin que se le mueva un músculo de la cara, el presidente de ese país.
Dicen que el aumento del precio del combustible ha sido el detonante de las manifestaciones.
Seguro que si esta situación nos la contaran en una serie de Netflix, estaríamos empapadísimos y la recomendaríamos vivamente.
Terroristas, llegada de militares rusos, 20.000 bandidos y la primera intervención de la CSTO. ¿No sabes que es? ¿Te suena la OTAN? Pues parecido pero formado por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán (¡coño!, ¿dónde esta?), Rusia y Tayikistán. Eso sí, todo movido por Rusia.
Mentiras, a sacos, vamos a escuchar sobre este tema.
Y más manchas de picotas.
Mentiras. Las que se pronuncian, bajando la mirada, buscando un beneficio propio o un daño ajeno. Los juramentos, sustitutivos de la verdad. Esas que intentan engañar (que engañan) a órganos vitales, el corazón, el alma. Donde el entendimiento y la razón se nublan. Esas, son peores que la mancha de las picotas, si.
𝐂𝐨𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐚 𝐞𝐬 𝐩𝐨𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧̃𝐞𝐬 𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧; 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐥𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐚 𝐭𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐞 𝐚 𝐭𝐢 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝 𝐢𝐧𝐝𝐢𝐬𝐜𝐮𝐭𝐢𝐛𝐥𝐞: 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞́𝐛𝐢𝐥. — Tom Wolfe —
No hay comentarios:
Publicar un comentario