Han sido unas Navidades agotadoras. Viajes y más viajes intentando mantener algo que, poco a poco, se escapa entre los dedos.
Lo de "vuelve a casa por Navidad" ha sido un cúmulo de idas y venidas, para poder generar "casa". Estar juntos unos días, encajando libranzas, horarios de trenes, compromisos de trabajo, sin agobios; solo por el echo de abrazarnos un poquito más o más fuerte.
Comienza un nuevo año ilusionante. Quiero que sea ilusionante.
Ayer, Demoscopia llamaba a mi teléfono para hacer una encuesta sobre "política".
- ¿𝗖𝗼́𝗺𝗼 𝗱𝗲𝗳𝗶𝗻𝗶𝗿𝗶́𝗮 𝘀𝘂 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗮́𝗻𝗶𝗺𝗼?
Entre las opciones de respuesta, no estaba la que yo quería dar.
Satisfecho, contesté.
Otra de las preguntas:
- ¿𝗧𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼?
No. ¿Miedo, a que o a quien?
Después de algunas preguntas directas, como la valoración de algunos actores de la política o a quien votaría usted en la próximas elección, aparecieron las preguntas de limpieza mental:
- ¿𝗘𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗮𝗱𝗲𝗻𝗮 𝘃𝗶𝗼 𝘂𝘀𝘁𝗲𝗱 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗮𝗺𝗽𝗮𝗻𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗳𝗶𝗻 𝗱𝗲 𝗮𝗻̃𝗼?
¡Dios! No me acordaba. Pregunté a mi alrededor y acepté lo que me dijeron. Solo recordaba que me costó encontrar uvas en conserva, que no conseguí figuritas de mazapán para Blanki (que le encantan) y que me hubiera gustado empezar el año, en la arena de la playa con una copa de cava y golpeando la botella con una cuchara a modo de campana, pero hacía demasiado fresquito.
La última pregunta fue fantástica:
- ¿𝗘𝘀 𝘂𝗻 𝗜𝗽𝗵𝗼𝗻𝗲 𝗲𝗹 𝘁𝗲𝗹𝗲́𝗳𝗼𝗻𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗲𝗹 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝘀𝘁𝗲𝗱 𝗺𝗲 𝗵𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗲𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼?
Por un lado me hizo gracia la pregunta, y por otro dudé en decirle una marca inventada, pero, solo valía el sí o el no.
Ni Demoscopia evitará que este año sea ilusionante.
Tengo mis proyectos, mis planes y a ellos añado los de quien me rodea, me quiere y me estima. Su esfuerzo, el mío, para intentar hacer lo que quiero hacer, lo que quieren hacer.
Seguramente, algunos habrá que posponerlos para priorizar otros. Sin prisa, pero sin pausa. Habrá ansiedad de la buena. Prisa, ganas.
Ítaca, me mira sonriente. Sabe que pienso en ella cada día, y que la veo en cualquier lugar.
Y mientras este cuerpo (no tengo otro) aguante, seguiremos a base de café y paracetamol.
Ni la vacuna de la gripe (ya tengo una edad), ni la cuarta dosis de vacuna COVID, han conseguido que evite encadenar varios resfriados desde noviembre, hasta hoy mismo.
Dormir con el culo al aire, es lo que tiene.
Animo y suerte.
Imagen: Culis Monumentalibus - Eduardo Úrculo
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