miércoles, 17 de julio de 2024

Oh Sol bemol



Calor, calor, calor.
Manuel (Mega[fisio] del Mundo Mundial, o sea M4) me recibe en su consulta con ganas de saber la "historia".
Desde el trote cochinero con caída y croqueta, hasta los momentos de recuperación de la dignidad, llegando a como el frenar en bicicleta puede generar tanto dolor.
Mientras relato la historia (aunque ya ha leído parte) él se dedica a buscar una aguja, algodón y desinfectante.
Toma el pulgar de mi mano derecha y como si fuera un catedrático en aula magna, describe lo que va a hacer.
Bla, bla, bla bla bla, en la articulación, y entonces, bla, bla, bla.
Dejo de oírlo. Noto el leve pinchazo y, de pronto, todo el pulgar (no lo quiero ni mirar) acumula las guerras, el hambre, el odio y todos los males de la tierra.
¡Ouchhh! ¡Joder!
Ese punto mágico es el "opuesto" a mi tobillo.
La aguja queda ahí, como si dispusiera de conexión a la red eléctrica. El, manipula el tobillo, estira, retuerce, y cruje.
Si, conforme nos hacemos mayores, nos volvemos galletitas. Cada vez estamos más crujientes, me dice, con carita de niño bueno que nunca ha clavado una aguja.
Y continúa:
En cambio, las galletas al envejecer, dejan de crujir.
¡Ala! te lo llevas puesto.
Mientras me quita la infernal aguja, pasamos a la "tiritoterapia".
Yo planteo que deberían ser de muñequitos, o de colorines, para hacerlo más divertido.
Hablamos de la felicidad y la satisfacción, del ansia y de la pasión, de ir en bici, de jugar al pádel, al pimpón. De montar en bici, del paddle surf y de que se va a meter en hipotecas.
Yo, en venganza a su aguja de bienvenida, le hablo de impuestos, del valor catastral, del valor de referencia y se le cambia el gesto. Pero le dura, nada.
- Da unos saltitos. ¡Venga!. Pero en la camilla, no.
Yo, bromeo por si pudiera parecerme a la niña del exorcista, dando saltos.
"Tu madre es una guarra"
Salto. Troto cochineramente en el sitio.
Si, mejor. Mucho mejor.
Crema chinorri y "pegatinoterapia" hasta el domingo.
Entran mensajes. Cambio de hora en reuniones. Aceptar, aceptar, no aceptar.
Más mensajes, mientras voy a la farmacia.
La avenida de los ociosos, a reventar. Veraneantes y guiris desayunando.
Sol abrasador.
Y me viene a la cabeza aquella maravillosa canción de 𝗟𝗲𝘀 𝗟𝘂𝘁𝗵𝗶𝗲𝗿𝘀, 𝙻𝚊 𝚋𝚘𝚜𝚜𝚊 𝚗𝚘𝚜𝚝𝚛𝚊.
𝐨𝐡 𝐬𝐨𝐥 𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐞 𝐚𝐫𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞,
𝐨𝐡 𝐬𝐨𝐥 𝐜𝐨𝐳𝐢𝐧𝐡𝐞𝐢𝐫𝐨 𝐝𝐚 𝐠𝐞𝐧𝐭𝐞,
𝐨𝐡 𝐬𝐨𝐥 𝐭𝐚𝐧 𝐟𝐢𝐫𝐦𝐞 𝐞 𝐛𝐫𝐮𝐧̃𝐢𝐝𝐨,
𝐨𝐡 𝐬𝐨𝐥 𝐝𝐞 𝐟𝐨𝐠𝐨 𝐞𝐧𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨
𝐪𝐮𝐞 𝐪𝐮𝐞𝐢𝐦𝐚 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐨 𝐚𝐩𝐞𝐥𝐡𝐢𝐝𝐨,
𝐨𝐡 𝐬𝐨𝐥, 𝐨𝐡 𝐬𝐨𝐥 𝐬𝐨𝐬𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨,
𝐨𝐡 𝐬𝐨𝐥,
𝐨𝐡 𝐬𝐨𝐥 𝐛𝐞𝐦𝐨𝐥.
Vamos con un día más.
Animo y suerte.

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