Fuera hace viento (el aire en movimiento). Me he caído de la cama muy temprano y después de un par de cafés ya tengo la lista de tareas que conforme pase la mañana crecerá, seguro.
Me da cierto respeto leer las noticias. Ayer, entre mocos y tos, la indignación me podía.
Estamos muy mal, pero mucho.
Ya no entro en lo "mundial" que tendríamos para cortarnos las venas unas cuantas veces, ni en lo nacional, que es de locos, sino en lo diario, en esas noticias que sueltan los informativos como de tapadillo pero cuando centras la atención, alucinas.
Frases que contienen lo mas inmundo del ser humano y son compradas por muchos, tantos que hacen mayoría. Frases que podrían ser proclamas y son antorchas. No para dar luz, sino para incendiar los mínimos lazos que aun nos unen. El nacional populismo. Encumbramos al que más grita, al que más odio escupe.
Un bebe iba a ser vendido en Málaga. Hace unas semanas, una niña de 14 años. Todo se vende y todo se compra. Niños, órganos, voluntades.
Me da congoja ver al ex Molt Honorable President, que perdió la presidencia y la honorabilidad por la pasta, casi balbuceando.
El maestro, violador de alumnas, detenido en Cuba. Dimite el Fiscal General, ante una justicia politizada y ciega, faltaría más.
De los chicos del Congreso de Diputados ¿Qué decir?. ¿Cuántos metros tenía el reservado? ¿Se cambió el suéter?.
La comparecencia de la Vicepresidenta, chulería, falta de educación y muy poco respeto. Si lleva así las Consejerías a su cargo (Bienestar Social, Igualdad y Vivienda), pobres valencianos.
Leo una entrevista. Violencia de género, juzgados, turno de oficio. Aun queda alguien que da nombre y valor a la justicia.
Humanizar, dice el artículo. En una sociedad deshumanizada.
El turno de oficio, la Jueza de Catarroja. Me preocupa. Legislativo, ejecutivo y judicial. No, no lo han roto ellos. Lo hemos roto, un poco, todos.
¿Te suena el Kintsugi? . Es un arte japonés en el que se unen las piezas de un objeto roto con resina (tradicionalmente, laca urushi) mezclada con polvo de oro, plata o platino.
Los japoneses son así. En lugar de ocultar las grietas, esta técnica las resalta para hacer la pieza reparada más bella y única, resaltando su historia y su capacidad de resiliencia.
Envidio a los japoneses en algunas cosas.
El código ético de los samuráis, el bushidō. Su forma de morir con honor.
Si viviéramos en Japón, las calles deberían estar llenas de vísceras. Pero no, esto, no es Japón.
Animo y suerte.

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