Escucho, Sexo, violencia y llantas. Mientras Alcaraz se mide contra Sinner, Rosalía, duda entre amar el mundo y amar a Dios.
Solo 2:20 es el tiempo de la duda. Una voz que construye un himno, para finalmente, amar primero al mundo y después a Dios.
Ese Dios que parece haberse olvidado de todo y todos.
Lux. Unilever es su propietaria, como de cientos de otras marcas.
Luz, pero también abreviatura de lujo.
Era un jabón en escamas, para lavar ropa. Con el paso del tiempo se convirtió en un articulo de baño, y a partir de 1930, actrices y modelos de Hollywood lo promocionaron.
Desde Shirley Temple a Catherine Zeta-Jones, pasando por Marilyn Monroe o Valeria Mazza.
Solo un hombre. Paul Newman, en 1996 se bajaba las gafas al mejor estilo Martini, para contemplar a una bella señorita de ojos azules y belleza elegantísima mientras se cruzaba con ella en unas cintas transportadoras, en un aeropuerto de cartón piedra. Lux, ella era Lux.
Luz, lujo, jabón.
Imagino a esa señorita, protagonista del anuncio, con traje de chaqueta blanco impoluto, girarse y dirigiéndose a Paul, cantar otra canción de Rosalía:
Detrás de ti voy
Yo que siempre espero que vengan a mí
No me gusta hacer intervención divina
Pero a mi baby hoy lo voy a stalkear
Pa' poderle enamorar
¿Quién era aquella mujer?
¿Rosalía hará un anuncio de Lux?
¿Y Alcaraz?
Me fui a dormir. Alcaraz perdió y tanto a Paul como a la señorita del anuncio, ya todo les da igual.
He contestado preguntas de crema pastelera, de vainas de vainilla y de masa choux.
He visto a un caballero mentir, no una vez, sino cien.
Escucho La perla. Otra de las canciones de Rosalía que parece escrita para alguien especial, un terrorista emocional.
No me das pena, quien queda contigo se drena
Siempre se autoinvita, si puede vive en casa ajena
Red flag andante, tremendo desastre
Dirá que no fue él, que fue su doppelgänger
Siempre se autoinvita, si puede vive en casa ajena
Red flag andante, tremendo desastre
Dirá que no fue él, que fue su doppelgänger
Se dejó el móvil en la mochila.
La perla, lencería de lujo. Lux, era un jabón.
Ahora, un trabajo sobre el cambio climático.
Nada es lo que parece. Y los sueños, sueños, son. ¿Verdad, Rita?
Animo y suerte.
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