Hoy, por casualidad, mis clases han sido ligeras.
A primera hora, el profesor ha llegado tarde y leer las noticias ha llenado mi tiempo. En la hora siguiente, la profesora no venía, pero, este señor mayor, no estaba enterado. Confieso que no estoy pendiente del grupo que utilizan los muchachuelos para transmitirse (incoherencias, para mi, en muchos casos) temas de interés para ellos. Disponía de más de hora y media para hacer "nada".
He caminado al borde de la playa hasta una de las terrazas cercana. Una infusión (no, no ha sido café), algo de comer. Mi insomnio y el sol con ese calor tibio, me ha hecho cerrar los ojos en más de una ocasión.
No estaba haciendo nada. No he pensado en el examen que tenía después. Incluso he tenido la sensación de estar en otro lugar. Ocean Drive, pero sin edificios Art Deco, sin cuerpos esculturales patinando. No sonaba a todo trapo la música latina , ni se tomaban cócteles tropicales.
Ancianos, más que yo, paseando a sus mascotas que saltaban y correteaban en la arena. Algún joven arrastrando los pies sin deseo de llegar a destino. Personas con atuendo deportivo y paso acelerado.
Un banco me ha permitido volver a mi ensoñación. Miraba el rompeolas. Alguien, en bañador, buscaba en el agua. Y he vuelto a sentir "nada". Esa forma de perder el tiempo, gustosa, casi rozando la adicción. Se mezclaba mi somnolencia, el sol, la quietud.
Estaba por encima del bien y del mal.
Quedaban pocos minutos para volver a la responsabilidad autoimpuesta.
La vida en 90 minutos. Ese estado de "nada", hasta que vuelves a la realidad y te viene aquella frase de "la vida es una mierda, al final te mueres".
No, no hablo de desesperación ni de apatía. Para nada falta de motivación (sonrío).
Pero, esa "nada", también se acabará.
Distintos hechos se han unido con esta reflexión.
La vida es maravillosa, pero se acabará. Cual sería mi vida sin haberte conocido, canta Víctor Manuel.
¿Qué deparará mañana, pasado o dentro de un mes?
¿Cuántos años, meses o días, quedan por vivir?
¿Qué te gustaría hacer, hasta el punto final?
Vender todo y viajar. Visitar países, paisajes y conocer personas, tal vez.
Componer errores o vengar causas perdidas hasta desfallecer. Buscar heridas aun abiertas y cerrarlas de una vez.
Si, mañana, mañana haré una lista si vuelve a amanecer.
Puede que mañana, solo piense en Ocean Drive y busque en un paseo ese estado de "nada", junto al mar. Sentirme como esos perros corriendo en la arena y mordisqueando la espuma de las olas que vienen y van.
¿Cuándo se nos olvidó perder el tiempo, mirando el mar?.
Tal vez, no haya que esperar a que llegue ese día y debamos salirlo a buscar. Cierra con cuidado la puerta y vámonos.
Son cinco minutos.
La vida es eterna en cinco minutos, Amanda
Animo y suerte.

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