Jueves
Cuando alguien dice que me suele leer con su café mañanero, no puedo evitar un punto de rubor.
Es mi terapia.
Algo que llevo dentro y debo sacar.
Son solo unos minutos.
Escribo del tirón, entre desayunos, bocatas para el insti y una lectura más que rápida de las noticias.
No es un ejercicio literario.
Es una necesidad.
De reojo, mirando el reloj.
- Que vaya bien, Mara.
Blanki, ¿ya estas?. No te olvides el bocata ni la mandarina.
Ducha y a la calle.
¡Vamos!. El día empieza.
Animo y suerte.
Pdta.: Gracias, Jesús
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