lunes, 17 de septiembre de 2018

Caminos


Lunes.
A veces hay caminos difíciles de andar.
Caminos, que no marcamos nosotros.
Es la vida. Esa, que decide por ti, constantemente.
Esa que pasa, mientras estamos en otra cosa.
De pronto, un recodo y aparece la novedad.
Un nuevo trabajo, los resultados de una decisión, un viaje, o simplemente, una noticia.
Seguir, seguir, es lo que nos han enseñado y no dejan de repetir.
Siempre adelante.
Y lo haces, claro que lo haces.
Notas como poco a poco los hombros duelen, las piernas se tensan y el sudor aparece.
Maldito camino.
Es la vida.
¿Y tu mochila?. ¿De que la has llenado?
¿Querías esto realmente?
¿Cuanto pesa tu vida?
Animo y suerte.

¿Cuánto pesan sus vidas?
Imaginen por un segundo que están llevando una mochila. Quiero que sientan las correas en sus hombros. ¿Las sienten? Ahora quiero que la llenen con todas las cosas que tienen en su vida. Comiencen con las cosas pequeñas, las cosas de los estantes y cajones, chucherías, sus colecciones. Sientan el peso mientras van agregando.
Luego comienzan a agregar cosas más grandes: Ropa, electrodomésticos, lámparas, ropa blanca, su televisor. Ahora la mochila se debe estar poniendo muy pesada. Y van por más. Su sofá, cama, mesa. Métanlas todas allí dentro. Su auto, métanlo. Su hogar, ya sea un monoambiente o una casa de dos dormitorios. Quiero que metan todo eso en la mochila. Ahora intenten caminar. Es un poco difícil, ¿cierto? 
Esto es lo que nos hacemos en una rutina diaria. Nos ponemos tanto peso que ni siquiera podemos movernos. Y no se equivoquen, moverse es vivir. Ahora, prenderé fuego la mochila. ¿Qué quieren sacar de allí? ¿Fotos? Fotos de personas que no recuerdan. Beban un poco de té de ginkgo y que las fotos se quemen. De hecho, dejen que todo se queme e imaginen despertándose mañana con nada. Es un poco excitante, ¿cierto?
-Up in the air-

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