jueves, 27 de abril de 2017

Síndrome de Gustavo Adolfo


Jueves.
Pues que queréis que os diga.
En Vitoria, lanzan a un contenedor a un hombre que acosaba a una clienta de un bar.
En Murcia, un joven, empapela la ciudad intentando encontrar a la chica que le robo el corazón, en un tranvía.

¿Acoso?, ¿romanticismo?.

A mi, me recuerda a la infancia.
Aquellos recreos, en los que la angustia, con un nudo en el estómago al que no le dábamos explicación, nos hacía entrar en un amor callado y profundo, hacia aquella niña de moñito en la coronilla y ojos tristes.
Día, tras día, casi llegando a la obsesión.
De pronto, desapareció. La niña no volvió.
Cambio de colegio, de ciudad. Cuanto vacío.
¿Que fue de ella?

Prefiero darle un voto al romanticismo.
Vaya día tonto que llevo. Tengo que afeitarme esta perilla.

En la periferia brillante
De una galaxia mediana
En medio de un mar oscuro
Donde flota nuestro diminuto mundo
Nuestro diminuto mundo

Tu que vienes a rondarme. Maria Arnal i Marcel Bagés─

Animo y suerte.

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