La mala hierba

Domingo.
La gente. Sin cara, sin nombre.
Observar, escuchar.
Ayer, lo hice. Y aprendí.
Aprendí que un poco de arroz, ayuda.
Aprendí, que hablar, contar, escuchar, oír, ayuda.
Ayer, vi a la gente reunirse contra esa mala hierba llamada cáncer.
Unos lo están sintiendo en su cuerpo, otros en los de un familiar o un amigo. La gente, en su mirada, llevaba la rabia, la pena, la esperanza. Ayer, aprendí.
Quería estar, quería formar parte de la gente que sin pedir nada a cambio, ayuda, quiere ayudar. Compartiendo un arroz, una copa de vino.
Y hablamos de cáncer. De una jodida enfermedad que cambia la vida de quien lo padece y de quienes lo rodean.
Hablamos de la lucha contra la enfermedad. De los sueños rotos. De los sueños por cumplir. De la vida.
No debería ser tan difícil, tan doloroso, tan duro.
Llegamos al café. Llegamos a gente buena, que solo quiere vivir. Pasear, respirar, sonreír y si, también llorar.
La gente que sufriendo esa mala hierba, no deja de tener la esperanza de que mañana, sea algo mejor. No deja de luchar.
Maldita mala hierba.
Sigue peleando. Hay esperanza.
Animo y suerte.
Pdta.: Gracias, Ivancito Palomo y Ramon Llop Fernandez.
El PEZ Gastrotiendas Al Peso
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