Llegaste un día como hoy, hace ya 20 años. Te pusieron en mis brazos y pasamos unos minutos solos. Ya no hacia frío, lucía el sol, incluso diría que los almendros y los cerezos, intentaron florecer en tu honor.
Alocada, inquieta, testaruda, alimentándose de mimos y de caricias. Un torbellino que es capaz de convertirse en huracán.
Ayer, cuando buscabas mi abrazo, te recordaba diminuta, dormida y agotada de correr y jugar.
Ayer, me hubiera gustado volver a aquellos días, para poder protegerte del frío, para consolar tu llanto, o correr y jugar por el pasillo, entre risas, cantando una canción de Navidad.
Hoy cantas tus propias canciones, andas tu camino, el que quieres andar.
Hoy, eres dueña de tu destino.
Siempre a tu lado, mi princesa de invierno.
Te quiero, Blanki. Te queremos, hasta el infinito y vuelta.
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