sábado, 24 de febrero de 2024

¿Cuánto pesa tu vida?



Mientras la cafetera gorgotea sobre la placa de cocina, leo los testimonios de los afectados por el incendio de Valencia.
La congoja va ganando poco a poco al morbo natural de saber quien son, de saber que pasó.
Una persona, de las afectadas, hacía dos o tres días que acababa de llegar a España. Otra, casualmente, no estaba allí.
Una señora, habla sobre las perdidas materiales y minimiza todo. Está viva, le dio tiempo a salir.
Las llamas se lo han llevado todo. ¿Todo?
Me doy cuenta de que estoy en una planta 11. Y como si el miedo me llenara los pulmones, me falta el aire. Corro las cortinas, abro la puerta de la terraza e intento desplegar mis alas.
No, no tengo alas.
Observo las fachadas de los edificios y me hago las mismas preguntas que acabo de leer sobre el poliuretano, sobre las láminas de aluminio, sobre las llamas.
Me viene a la cabeza aquel monólogo de George Clooney en 𝗨𝗽 𝗶𝗻 𝘁𝗵𝗲 𝗮𝗶𝗿, en donde preguntaba a su auditorio:
¿Cuánto pesa tu vida?
Esa mochila con la que cargamos todos los días. Las pequeñas cosas, los libros, el reloj de pulsera, las fotos. Cosas un poco más grandes. El coche, la casa, el apartamento en la montaña, el frigorífico.
Todo eso, pesa.
George, para hacernos descansar, nos invita a quemarlo.
Vuelvo a las imágenes del incendio.
En unos minutos, Antonio no puede demostrar que se llama Antonio. Incluso, podría decir que es Juan, o Felipe, con la misma certeza.
No tiene ropa que ponerse, ni tarjeta de crédito, ni la escritura de su vivienda que guardaba en el cajón de abajo de la mesilla de noche.
Esa mochila de las cosas materiales, se ha convertido en cenizas. Antonio (dice que se llama Antonio), con la mirada perdida, sentado en el borde de la acera, en pijama, ya no sabe si es Antonio.
George, habla de otra mochila. La de las personas. Tus amigos, tus vecinos, tu familia, tu pareja, tus hijos, tus padres. ¿Te imaginas? Todos dentro de una mochila. Pesan ¿verdad?
Estoy en una planta 11 y, como me suele ocurrir, me he quedado colgado mirando el mar.
¿Cuánto pesa tu vida?
Creo que es hora de estar a ras de suelo.
Animo y suerte.

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