domingo, 2 de marzo de 2025

Somos malos, Malasombra



Llovizna.
He buscado en el armario una de esas chaquetas de estar por casa que hace tiempo que no me pongo.
Toda mi ropa de invierno la uso muy poco. Debería eliminarla, regalarla, donarla.
Me pasa como con los pensamientos, con los recuerdos.
Esos cajones que guardan cosas, mezcladas, sin relación, hasta que las encuentras por pura casualidad.
Unas te sorprenden y te alegran. Otras, te dan un pellizco en las tripas.
Como dice Kase.O:
𝑸𝒖𝒊𝒆́𝒏 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒉𝒂 𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏 𝒄𝒆𝒓𝒅𝒐 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒏𝒂 𝒗𝒆𝒛
𝑸𝒖𝒊𝒆́𝒏 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒉𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒖𝒕𝒂 𝒎𝒊𝒆𝒓𝒅𝒂
𝑸𝒖𝒊𝒆́𝒏 𝒏𝒐 𝒉𝒂 𝒔𝒊𝒅𝒐 𝒗𝒊́𝒄𝒕𝒊𝒎𝒂, 𝒒𝒖𝒊𝒆́𝒏 𝒏𝒐 𝒉𝒂 𝒔𝒊𝒅𝒐 𝒋𝒖𝒆𝒛
𝑸𝒖𝒊𝒆́𝒏 𝒏𝒐 𝒉𝒂 𝒕𝒊𝒓𝒂𝒅𝒐 𝒍𝒂 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒊𝒆𝒅𝒓𝒂, 𝒂𝒉
El alfeizar de la ventana va llenándose de manchas oscuras con las gotas de lluvia.
Hace tiempo aprendí que, los recibos, las facturas, la inmensa mayoría de documentos relacionados con mi vida, debía guardarlos al menos un quinquenio.
Antes (cuando, antes, son 30, 40 años atrás) eran cajas llenas de papeles.
Cuando compraste la lavadora, la primera hipoteca, el crédito del coche, la cartilla militar, el libro de familia, los títulos que reconocían tu esfuerzo o tu suerte.
Te provocan una sonrisa al verlos. ¿Tanto tiempo ha pasado?
Y siguiendo el hilo, algunos de esos documentos, fotos o momentos, se convierten en esa pequeña astilla que no sabes como se clavó en un dedo y, toques lo que toques, se hace notar.
Te empeñas en quitarla. Parece que se ha ido, pero vuelve una y otra vez.
Las lágrimas, llegado el momento, enjuagan, no arrastran.
Me engaño, nos engañamos.
Negativos. Diapositivas. Papel fotográfico. Cajones, armarios, estanterías en el alma.
El hipocampo infinito.
¿Existe realmente el olvido?
Hoy, quiero olvidar.
Mañana, un olor, una imagen, una canción, un lugar, arrancarán del subconsciente aquello que creí olvidado.
Una sonrisa tierna, un pellizco en las tripas o esa espina, de los hermanos Malasombra, que solo sabe pinchar.
El almendro ha empezado a florecer. En unas semanas, la primavera volverá.
Animo y suerte.

sábado, 1 de marzo de 2025

Distintos, pero iguales



Desde hace varias semanas espero, sin suerte, el amanecer soleado.
Ni el físico ni el mental, se confirman.
Nublado, esté donde esté, y aunque mi cabeza no respira ansiedad, noto que tras la puerta me está esperando, agazapada, silenciosa.
No te aburriré con todas las ideas apocalípticas y distópicas que estos días están ocupando mi tiempo de reflexión.
Me he levantado agotado. Soñé o, mejor dicho, he analizado durante toda la noche el puzle.
El nuevo país, Europea, va tomando forma.
Paris, como capital, aglutina los centros de poder de defensa, economía y política exterior.
Mientras, se confirma que las políticas de inmigración ilegal en los Estados (cada día menos Unidos) americanos, tiene sesgos culturales y racistas. Es la excusa para el control fronterizo.
Ellos, hablan de negocios, no de caridad. Su política exterior se basa en "quien da más", no en valores democráticos ni en la estabilidad global.
Familia, religión y patriotismo. A la vez, se recortan derechos de las minorías. Se incluyen valores religiosos en leyes civiles y se defiende la familia tradicional (tres matrimonios y escándalos sexuales).
EEUU, se fragmenta cada vez más. Ideología, derechos sociales y economía llevan a plantear "Mi Estado First". Hay señales de crisis interna, desobediencia a la administración federal. Estados "Trumpistas" y "los otros".
Estados ricos, pueden sentirse perjudicados y negarse a financiar políticas federales.
Segundo café. Necesito despejarme.
Poco más de 2 millones de votos inclinaron la balanza a favor de Donald (el pato no, el otro).
¿Guerra interna o secesión blanda?
Curioso. Cuantos paralelismo. No somos tan distintos, ¿verdad?
Animo y suerte.

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