sábado, 26 de octubre de 2013

Esto con Gila, no pasaba

Confirmado, nos espían.
Lo saben todo.
Lo escuchan todo, lo leen todo.
Hasta cuando le pegas un apretón a esa espinilla en el ascensor y dejas la marca en el espejo.


No, no pongas cara de ¡ostras!, ¿yo no he sido!. Te han visto.

Cuando te levantas de la cama y rascas hasta los lugares más recónditos de tu cuerpo. Te ven.

Hasta cuando en el atasco abres la ventanilla del coche y dejas caer (involuntariamente, claro) el papel del caramelo. 

O cuando te hurgas en la nariz como si te fuera la vida en ello y el encontrar petroleo ahí, fuera tu misión vital. Te ven, te ven.






Y que decir de tus llamadas. ¡Ja!. Las tienen ordenadas por horas, por temática, incluso por tono de voz.
Tus mensajes, también. Guardados en la T, de Tonterías; pero allí están.





Francia y Alemania  le dicen al aliado que igual era bueno espiar menos.
El aliado, que dice que está en su derecho de proteger a sus ciudadanos y que por eso... te espía.
¿A tí?... 
Y tu sin saberlo, eres un tipo peligroso... si. 
Esa mirada matutina en el espejo, esa barba de tres días. Malo, malo, malo.
¿Y no será una enfermedad?

Las adicciones, son malas. 
Datos, datos, datos y más datos.
Tras el 11 de Septiembre, se promulgó la Ley Patriótica, para preservar la vida y la libertad.
Allows.... allows... allows... Permite, deja, permite, deja...
Que sí, que pueden hacer lo que les de la gana... allí.... y claro, aquí.
A partir de ahora, ya sabes, salúdalos, pórtate bien con ellos... y controla por el rabillo del ojo...
Están ahí, todo el rato.










Señores de la NSA (por si me están leyendo; que seguro que sí)
:
Muy buenos días. :)
Señor Obama (me da igual si me lee o no), váyase usted al péo.
Menos mirar en mi móvil y más Snowden, ¡coño!.
Esto, con Gila, no pasaba.
Animo y suerte.

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