Lunes.
Cencella.
¿Sabes qué es?
Un término meteorológico que define a la niebla engelante.
Hay palabras que me gustan, sobre todo en meteorología.
Arrebol. El rojo del atardecer.
Vórtice, turbonada, troposfera, terral, tifón, virga, veleta, tolvanera, torrecúmulo, cirrocúmulo, rayo, trueno, ciclogénesis... Y así, cientos.
Hay otras, y hablo en general, que me caen fatal.
Olvídalo, déjalo, lavadora, coraza, inefable, honra, orgullo, ignorancia...
No solo por su significado, sino porque cuando las pronuncio o las oigo, no me encajan, no me valen.
Y no es si son, o parecen, positivas o negativas; es que casi me duelen.
Algunas, las decimos cuando queremos decir lo contrario. No mola. Otras, en su definición, parece que el que las definió andaba sin tiempo o tampoco le gustaban.
Por ejemplo:
Inefable: Que no se puede explicar con palabras.
No me gusta. Me suena mal. Me suena a mentira, a vagancia, a pocas ganas para transmitir, para explicar.
¿Cómo que no se puede explicar con palabras?
¿Y cómo explicas tú las cosas?
Vale, vale, sí. Los mudos lo hacen con signos. ¿Hay una palabra para "Que no se puede explicar con signos"?
Y también tengo palabras pendientes. O sea, esas que en otros idiomas existen, pero en el nuestro no.
O igual existen y no las conozco.
Ejemplo de algunas que están muy de moda:
Ghosting, orbiting, breadcrumbing, negging, cushioning...
Ainssss.
Esas setas de anoche, no eran muy normales. Bufff.
Animo y suerte.
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