Jueves.
Me molesta mucho llegar tarde.
En cambio, si alguien se retrasa, utilizo todas esas coletillas de "5 minutos de cortesía", o más incluso, para disculpar su impuntualidad.
Me molesta equivocarme, me molesta decir algo que pueda herir y controlo cada vez peor mi paciencia ante la estupidez.
Pido disculpas de corazón. Incluso demasiado. Más de una vez, sin tener ninguna obligación de hacerlo.
Me gusta ayudar. No llevo tan bien, que me ayuden.
No espero recompensa. Las cosas me salen de dentro, para bien o para mal.
Soy leal a lo que creo y a quien creo.
Tengo caracter. A veces hablo con un tono de voz muy elevado, para algunos.
Defiendo lo que creo y a quien creo. Nadie me debe nada.
Siempre, nunca, ojalá, también, nada, todo, si, no, gracias; son palabras que en muchas ocasiones pronuncio con la mirada, porque con el corazón duelen demasiado.
Di mis palabras y me dieron otras. Cajones y armarios de memoria, llenos de ellas.
Ya no bailo pesadillas. Hace tiempo que deje de luchar sueños.
Isi me mira y entiende mi mirada. Solo quiere salir de aquí.
Animo y suerte.
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