Domingo.
Hace unos días noté que estaba a punto de explosionar.
Como cuando vas a tirar la basura, y te das cuenta de que te has dejado dos latas fuera.
Intentas abrir la bolsa, pero el nudo te puede.
Ese plástico extraño que cuando le haces cinco nudos, se suelta. Pero ese día, uno, solo un nudo, hace que la vida se te escape por los ojos; intentando deshacerlo para tirar dos putas latas.
Te sientes inútil, torpe, desesperado. O sea, una mierda.
Ya, ya. Podría haber esperado a tirarlas mañana, o después.
Pero no. Hay cosas que debes hacer sí o sí.
¡Ah! Que a ti no te ha pasado. Ya.
Pues a mí, sí.
Tal vez no ha sido el mejor ejemplo. ¿Lo has pillado?
No me sentía bien. La pandemia, los políticos, los ciudadanos (buff), las mentiras, quería abrir mi bolsa, quería meter dentro todas las jodidas latas vacías, toda la mierda. Y ese nudo, ese maldito nudo, no se soltaba.
Al día siguiente, se decretó luto oficial.
No había ya aplausos, no había sonidos de cazuelas. Solo gente que buscaba una terraza para soltar sus nudos.
Diez días de color negro. El luto.
Guardias cesados, guardias que dimiten. ¿Y si el Duque de Ahumada no hubiera nacido?
¿Y si desmilitarizáramos la Guardia Civil? ¿Golpe de estado? Ya viví uno.
Nissan, cerró. Hablan de 140.000 millones. Hablan de más de 40.000 muertos. Hablan, hablan y hablan.
Donald (el pato no, el otro) se peleó con "el pajarito". Pato contra pájaro. Mirlo, ¿sabes algo de esto? Rompió con la OMS, y le estalló "su" racismo.
Margarita dice que no hay insubordinación. Ya, ya. Guardia Civil, Inteligencia Militar. Dale una vuelta.
Al final de mayo, EEUU se incendió. En blanco y negro. El nudo, cada vez más apretado.
Isi, dejó de ser una cachorrita. Las tropas vuelven de Irak y Afganistán. Aún estaban ahí. La fase 3 será de las autonomías. Hablan del 21 de junio para el final del estado de alarma. Hablan. Guardia Civil. Los soldados vuelven. Mmmmm. ¿Elucubramos?
Ingreso mínimo. ¿Por qué negarse a él? ¿Quién lo hace?
EEUU, seguía en blanco y negro o mejor, en negro.
Se empiezan a destapar las vergüenzas de las residencias de ancianos. Y Christo, murió.
Hablan, hablan de viajes en la tercera fase.
Mis dedos se agarrotan intentando soltar el nudo. La piel demasiado sensible, las uñas no encuentran que arañar.
Empiezan a resurgir empleos. Donald (el pato no, el otro) promete "mano dura".
Los chicos de la derecha siguen dedicándose a lo "importante". La última prórroga (hablan), aprobada. Los ERTE hasta otoño. La Guardia Civil, también a lo "importante". Un informe, otro, otro, y de fondo suena aquella canción infantil:
Por el mar corren las liebres
Por el mar corren las liebres
Por el monte las sardinas, tralará
Por el monte las sardinas, tralará
Por el monte las sardinas
Y el nudo sigue ahí. Busco un cuchillo en el cajón.
“Fallecerán de forma indigna”, hablan, dicen. El BCE prepara 600.000 millones más, hablan, dicen.
Y el luto acabó. No hay aplausos, no hay cazuelas. Y el circulo de odio, se estrecha cada vez más. Como ese puto nudo de plástico que no consigo soltar.
Y todo por dos latas vacías. Exilio, exilio, ¿es el eco?
Animo y suerte.
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