Sábado.
La vida, a veces, es desalmada. Y parece que se ceba con quien menos lo merece.
En muy pocas ocasiones, equilibra.
Es en esos momentos, es cuando los sentimientos encontrados, aparecen.
No es moralmente ético, alegrarse de las desgracias de otros.
Sabemos que no debemos hacerlo. No está bien.
A veces, la vida es sabia.
A veces, la vida, devuelve ese golpe, que nunca debimos recibir.
Hoy, mi ética, se quedó en el armario.
Hoy, estoy más allá, del bien y del mal.
Nietzsche y tu, sabéis de que hablo.
Animo y suerte.
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