miércoles, 8 de noviembre de 2023

¿Dónde termina el mar?

 


Si, me ha vuelto a ocurrir.
Me he despertado en la madrugada y no ha hecho falta dar vueltas para intentar recuperar el sueño, sabía perfectamente que no lo conseguiría.
La cafetera nueva decide ponerme a prueba.
Como una amiga mal criada me canta, tarea tras tarea, todas las necesarias para su buen funcionamiento.
Añade agua, limpia el cajón de residuos, recuerda limpiar el depósito de la leche.
¿Tiene que ser ahora?
Café largo. Hay una primera molienda y el oscuro liquido sale intermitentemente. Segunda molienda y cortos chorritos que van llenando mi vaso.
Añado agua para convertirlo en "Americano +".
Ya instalado en mi mesa reviso mensajes. Leo algunas publicaciones. En una de ellas, una frase de Elvira Sastre.
𝗡𝗼 𝗺𝗲 𝘀𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗽𝗲𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮. 𝗘𝘀 𝘀𝗼́𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝘀𝗲́ 𝗱𝗼́𝗻𝗱𝗲 𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮 𝗲𝗹 𝗺𝗮𝗿 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗹𝗲𝘃𝗼 𝗱𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼 𝘆 𝗮 𝘃𝗲𝗰𝗲𝘀 𝗺𝗲 𝗮𝗵𝗼𝗴𝗼.
Si. Cierto. Esa sensación de oleaje por dentro, de ahogo sin ahogarte. Cansancio, hastío.
Como por simpatía, me voy a buscar a Juan José Millás.
Su columna, como siempre, me genera una amarga sonrisa.
En esta, compara su intento de hacer cardio con el esfuerzo de soportar o revivir las noticias del día.
𝗠𝗲 𝗳𝗮𝗹𝘁𝗮 𝗳𝗼𝗻𝗱𝗼 𝗼 𝗺𝗲 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗻𝘁𝗼, dice al terminar.
Empiezo a preocuparme. No se de que manera, porque no recuerdo haber hecho la búsqueda, estoy escuchando el monólogo habitual de Carles Francino (La Ventana).
𝗣𝗿𝗲𝗻𝗱𝗲𝗺 𝗺𝗮𝗹.
Así se dice en catalán cuando algo se complica, se lía.
Nos haremos daño.
De ahí, como un salto en el hiperespacio, paso a leer la tribuna de Mariola Urrea.
El Estado de derecho, que gran tema, ese gran desconocido.
Un mandamiento. No utilizaras el nombre del Estado de derecho en vano.
Y noto el oleaje.
Y me voy a Ucrania, salto a Palestina, a Israel.
Veo las calles de Madrid, con banderas de aguilucho y cerebros llenos de odio.
Recuerdo madrugadas, como esta, en las que no podía dormir y salía a la terraza.
Todo era silencio. De pronto, un grupo de furgones cargados de muerte en la gran pantalla, camino del Palacio de Hielo. Camino de una morgue improvisada.
𝗣𝗿𝗲𝗻𝗱𝗲𝗺 𝗺𝗮𝗹. Nos haremos daño.
Escucho las declaraciones de Luis Mateo Díez, premio Cervantes 2023:
𝗟𝗮 𝗲𝗱𝗮𝗱 𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿𝗮, 𝗹𝗮 𝘃𝗶𝗱𝗮 𝗲𝘀 𝗶𝗻𝗰𝗼́𝗺𝗼𝗱𝗮 𝘆 𝗹𝗮 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗰𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗻𝗼 𝗲𝘅𝗶𝘀𝘁𝗲.
Me falta fondo, me sobra espanto, para tanto mar que llevo dentro y a veces, como hoy, me ahogo.
¿A ti no te pasa?
Animo y suerte.

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