Y comienza el día, y la semana.
Día ventoso. Típico de la zona y de estas fechas.
A media mañana, se parará y seguramente puede convertirse en un día de playa hasta la hora de comer.
Reviso la agenda y, mientras le doy vueltas a como encajar la profesional con la personal, mi cabeza se disocia y se a otro sitio.
Los cuatro árboles de la entrada, viéndolos desde aquí, están inclinados a la izquierda. Es el viento.
Un mensaje en un grupo, felicitando el cumpleaños de un buen amigo.
Otro, envía un chiste:
𝑼𝒏 𝒕𝒊́𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒆 𝒆𝒍 𝒍𝒖𝒏𝒆𝒔 𝒚 𝒅𝒊𝒄𝒆:
"𝑪𝒐𝒏̃𝒐, 𝒔𝒊 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒛𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒔𝒆𝒎𝒂𝒏𝒂"
Me río, me río con ganas.
Es que ya es mala baba, ¿no?. Lo de morirse un lunes, digo.
Vuelvo a la agenda. Anoto, cambio, muevo.
Otra vez mi cabeza, que se va.
Ayer hice un pargo rojo para cenar. Rico, rico. Hoy no tengo tiempo de preparar comida.
Carne, de segundo carne.
La palmera de la izquierda tiene una gran hoja que casi ocupa todo el camino de entrada. Juraría que estaba atada.
Recuerdo a alguien su propuesta, que quedó en enviar esta misma semana.
Reunión de seguimiento. Y a partir ahí, sin parar hasta el mediodía.
¿Tenemos fecha de la puerta del garaje?
Esta tarde, aunque sea a ultima hora, tengo que hacer kilómetros.
¿Me da tiempo a leer las noticias?
Lo de Telefónica y Vodafone España, ¿es sintomático?.
Venta de electricidad a cero euros.
Opiniones. Opiniones. Son como los culos, cada cual tiene el suyo.
Un café más.
Empieza el día. No duele nada distinto a lo que dolía ayer.
Si, me jodería morirme en lunes.
¿Cómo estas?
¡Fenomenal!
¿Y tu?
Animo y suerte
*Por cierto... los libros siguen a la venta
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