viernes, 10 de noviembre de 2023

La balsa de piedra

 


Este es un país que no perdona, pero si olvida aquello que le hace quedar mal, o le enturbia el mensaje, la imagen.
Que lo lava todo con banderas, ensuciándolas.
Cada cual se apropia de los símbolos, como si fueran exclusivos.
Al final, símbolos.
José Saramago, en 1986, publica "La balsa de piedra"; en esta novela la península ibérica se separa de Europa y comienza a flotar por el océano a la deriva. Sus protagonistas, como la península, también viajan a la deriva en busca de una explicación a lo ocurrido y respuestas para sus propias cuestiones espirituales.
España se rompe, dicen.
¿Cuántas veces lo hemos oído?
Cuantas, de boca de aquellos que solo quieren una, grande y libre.
En 1979 se inició la construcción del Estado de las Autonomías.
Me pregunto, de forma retórica, cuantos de los que elevan la voz en la calle, en el Congreso de los Diputados, en el Senado, en la barra de un bar o en la cena de Nochebuena, se han leído la Constitución o los Estatutos de Autonomía, no de todas las autonomías, sino de la propia, de la suya.
La Ley de Partidos de 2002, o la Ley de financiación Autonómica, de 2009. Te gusten o no, se han aprobado por aquellos que hemos elegido.
Los padres de la Constitución decidieron (y no nos enteramos) que modificarla, cambiarla, iría directamente contra la línea de flotación de cualquier partido político en el Gobierno. (Artículo 167, 168 y 169)
Declaro abiertamente que hay un montón de cosas dentro de la Carta Magna (¡oh! que gran nombre) que no me gustan, al igual que en las Leyes que he nombrado anteriormente.
Si hay algo que no nos guste, cambiémoslo, siguiendo las reglas.
Y si son las reglas, las que no nos gustan, también podemos cambiarlas. Jodidamente, pero podemos. Sobre todo en las urnas.
No queremos aceptar nuestro pasado. No asumimos las decisiones tomadas, no aceptamos las reglas del juego, cuando nos incomodan o nos generan sentaduras en las ingles o entre las nalgas.
El concepto de España en la Edad Media, sigue y se mantiene hasta 1808 con aquellos caballeros reunidos en las Cortes de Cádiz de 1812.
No dejan de recordarnos los paralelismos de la historia. El 2 de mayo de 1808, el 18 de julio de 1936. Hasta que llegamos a los años 50 y empezamos a vislumbrar un pensamiento liberal.
Los héroes no eran Daoiz y Velarde. Sino aquellos que desarrollaron la primera constitución en 1812, alcanzando la soberanía nacional.
Otto von Bismarck, dijo:
“España es el país más fuerte del mundo. Los españoles llevan siglos intentando destruirlo y no lo han conseguido”
Pues eso.
Animo y suerte.

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