domingo, 8 de septiembre de 2013

Espíritu Olímpico



Alejandro Blanco me recordó a Napoleón.
Jamás seremos vencidos, dijo. Habré perdido una batalla, pero no la Guerra, dijo Napoleón.
¿Decepcionado?. Si, lo estoy.
No es que tuviera una confianza ciega en que Madrid 2020 llegara a conseguirse, pero mis valoraciones de las candidaturas estaban muy lejos de esta decisión.

Es normal, no me mueven los mismos intereses que a los integrantes del COI.

Tampoco entendí, la defensa que nuestra Delegación hizo. No, no eran esas mis ilusiones ni hubiera sido mi defensa.
Las redes sociales y los medios de comunicación, lloran, se enrabietan o se ríen de la situación.

Unos hablan de tongo. Otros, en el editorial afirman que "Madrid lo hizo todo bien".
Decepción, derrota, palo, sin sentido....

Y claro, como no, también existen notas de humor como la que leí anoche:

Madrid 2020, se celebrará en Tokyo.

Francisco Umbral dijo hace tiempo: El deporte es una estilización de la guerra.



Mientras el Olimpo, ya queda lejos; la guerra, esa otra guerra, la de verdad; cada vez parece más cerca.

Obama, busca apoyo de puerta en puerta.
Putin, avisa de que seguirá enviando armas a Siria.

España, suscribe manifiestos, pero por Ley (Ley Orgánica de Defensa Nacional de 2005) no podrá participar en un ataque decidido unilateralmente.




Las Fuerzas Armadas españolas solo podrán actuar fuera de nuestras fronteras cuando las acciones “que se realicen sean por petición expresa del Gobierno en cuyo territorio se desarrollen o estén autorizadas en resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU o acordadas, en su caso, por organizaciones internacionales de las que España forme parte, particularmente la UE o la OTAN en el marco de sus competencias”.


¿Donde esta el espíritu Olímpico?

Hace unas horas, los Juegos Olímpicos, unían, elevaban los valores del ser humano. El Barón Pierre de Coubertin, tengo dudas de que pronunciara de nuevo aquella frase:
“Olimpia y las olimpiadas son símbolos de una civilización entera, superior a países, héroes militares o religiones ancestrales”
Muchas ciudades, derribaban sus murallas, para que los atletas invictos con su corona de olivo, pudieran entrar a la ciudad por esa "nueva" puerta.
Una ciudad que cuenta con héroes tan nobles victoriosos, no necesita murallas para defenderse de sus enemigos. (Fundación Sophia)
La carta Olímpica, dice:

El objetivo del Olimpismo es poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana. Para ello, el Movimiento Olímpico lleva a cabo, solo o en cooperación con otros organismos y dentro de sus posibilidades, acciones a favor de la paz.
Seis millones de Sirios, han huido de sus hogares por la guerra.
¡Viva el espíritu Olímpico!
Citius, altius, fortius. Amén.


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