Siempre he oído decir, e incluso he dicho alguna vez, que los niños pueden llegar a ser muy crueles con sus burlas.
Ana, corazón, te pudo la soberbia. Te pudo, el poder.
Hoy, todos, como niños, se burlan de ti. Y la crueldad no cesa.
Llegaste hasta ahí, por casualidad. Ningún mérito propio. Claro, me sale decir que los méritos fueron los de Jóse. Si, con acento en la o. Pero, es que tampoco le veo méritos a él.
Como una mala película de sábado por la tarde; Alcaldesa, por sorpresa.
Tal vez, si hubieras trabajado desde la humildad. Intentando aprender o incluso, reconociendo tus carencias.
Ahora te ponen a parir por tu desconocimiento del ingles. Pobre. Pero si Mariano tampoco lo controla, ni José Luis lo controlaba..., piensas.
Pero que bien lo hablaba tu Jóse. Si, si... hasta con acento de Texas.
Tu peinado, tus meteduras de pata, tus frases de ignorancia supina.
Lo decía Iñaki. ¿Por qué reprochamos lo que toleramos?
No se te ve esa melena aleonada, desde tu triunfal noche de estrella de las redes sociales.
Yo esperaba que Mariló, este pasado lunes en su comparecencia habitual ante los medios, dijera algo sobre el tema. Nada, ni palabra. Aun más, la comparecencia existía; pero después de la derrota, desapareció.
Mariló ayer no hablo, ni su sustituto Floriano, tampoco.
En algún sitio he leído:
Definición de "miedo", según la RAE: dícese de la eliminación de las ruedas de prensa de los lunes en el PP.
¿Donde estas Anita?Dejaste a la Delegación a su suerte al verte derrotada. Ni tan siquiera volver en el el mismo avión.
Acaso ¿les echas la culpa a ellos?.
Que malos son todos. Que horror, se han puesto a buscar en las hemerotecas tus "gambazos".
Ven, Anita, ven.
Di algo al menos, sal a dar una vuelta, aireate, da la cara.
Llama a Espe, toma un café con ella. Seguro que sabe darte ánimos.Por cierto, no le digas nada de que lo de Eurovegas igual se va también al traste.
Mariló, escondida y chivandose de su jefe. Tu, con depre postOlímpica, y Espe que tampoco se le ve el pelo...
Y que bonita estaba la Puerta de Alcalá el otro día, ¿que no?
Que pena, señor, que pena.
Animo y suerte.
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