Sábado
Veo como el sol se refleja en la fachada del edificio de enfrente.
Es como si alguien hubiera abierto una puerta y la luz entrara de golpe.
No es una luz cálida, es más bien, fría, mortecina.
Contrasta con el azul del cielo, que marca el horizonte de los tejados.
Los ventanales,como ojos negros sin cortinas. No llega a verse el interior.
Ladrillos rojos, chimeneas convertidas en dedos, que intentan tocar el cielo.
Y así podríamos seguir, con la mirada perdida y dejando de las neuronas se deslicen por un aceite mental.
Y me da a mi.... que en 58 días, las neuronas me van a patinar... bufffff.
¡Ala, venga!, ¡arriba, que es sábado!. Que no te enteras de ná.
Animo y suerte.
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