Foto cedida por Paco "The Dog" |
Lunes.
170 horas.
Ese tiempo tarda en consumirse una vela.
Aquello que nos produce desasosiego, temor.
Todo aquello que hace que tu sueño sea ligero.
Aquello que rompe tu futuro.
¿Imaginas?.
Una vela, 170 horas.
Fuego, fuego. Quémalo.
Que su propia cera, lo consuma.
Que ese fuego, lo ponga en su sitio.
El tiempo, transcurre inexorable. A veces tan rápido. Otras, las peores, tan lento.
Fuego. Un minuto, dos, tres. Poco a poco, desaparecerá.
Un fuego purificador.
Una vela encendida. Una vela de esperanza.
Es solo cuestión de tiempo.
Animo y suerte.
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