Domingo.
“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”
Eso dijo el "emérito" después de irse a cazar a Botsuana.
También pidió disculpas aquel actor, de familia de actores, cuando llamó estúpido al tipo este que dicen tiene cara de apéndice sexual masculino.
Pedir disculpas, no es arrepentirse ¿verdad?
Pedir disculpas es solicitar el perdón. Otros, dicen que es un "teatrillo", y que tanto el que solicita el perdón como el que lo concede, deben compartir valores más elevados que ellos mismos. Y por ellos, se vuelve al acuerdo.
Cada día más, vociferamos para opinar. Ese cúmulo de sonidos, de griterío, genera otro también estrepitoso de ofensa, de desacuerdo. Y así llegamos a una sociedad "ofendida".
Quien solicita el perdón, se humilla.
Quien lo concede, crece. ¿Seguro?
Pero ¿hay algo de real en todo esto, o es pura magia? Una mágica goma de borrar.
Pedir disculpas, no es arrepentirse ¿o sí?
Y si me arrepiento de algo que hice, o dije o pensé ¿me puedo pedir disculpas a mí mismo?
¿Conseguiré mi perdón?
¿Y tú?
«Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada»
-Giovanni Boccaccio-
Animo y suerte.
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