Martes.
En España hay cerca de 40.000 personas sin hogar.
El Ministerio de Defensa ha ofrecido instalaciones militares para alojar a los sin techo.
En Madrid, hoteles cedidos de forma altruista, pensiones, y el pabellón de ferias de IFEMA seran refugios durante esta crisis.
El resto de España se organiza, Polideportivos, albergues de peregrinos, baños portátiles, etc.
Podemos dudar de la información que se nos facilita, podemos creer que es todo mentira y que es una confabulación mundial para jodernos, para hundirnos en la miseria. Podemos pensar que se ha actuado mal, tarde, que no hemos sido previsores. Podemos llegar a decir de nuevo, que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Que no es mi/tu problema.
Pero, ¿de verdad crees que hace falta todo esto para joderte?
Mientras, las agendas se colapsan.
Tratamos de llenar el tiempo que habitualmente estamos fuera de casa, con actividades en muchos casos, nuevas.
Clases de baile, lavar manos, visitas virtuales a museos, lavar manos, volver a la lectura, poner guantes, salir a por pan, quitar guantes, echar la ropa a lavar, ducha, ponerse la ropa de estar por casa, desinfectar, reunión por Skype, reunión por Teams, reunión por Zoom, manualidades, cocinar, lavarse manos, poner guantes, ponerte ropa para salir, sacar a la perra a la calle, limpiar y desinfectar las almohadillas de las patas de la perra, quitar guantes, echar la ropa a lavar, poner la ropa de estar por casa, hacer ejercicio, más reuniones, hacer el curso de pizza de Daniel Jorda, fregona con agua y lejía (la perra se lo ha hecho en casa), disfrutar de una imagen que alguien te envía, decir "Te quiero", y aplaudir (mucho) (muchas veces).
Y en medio de todo esto, hablar con gente, con tu gente. Preguntar por su estado, decirles que te gustaría apapacharlos, que lo harás en cuanto se pueda.
Le das vueltas a esa reunión. Traeremos tuppers con comida, algo de beber, galletas, bizcochos, pan rico, y desde las 8 de la mañana, con café, chocolate y churros nos abrazaremos hasta el amanecer.
En la pantalla grande, conectaremos con los amigos del otro lado del charco, y ellos también estarán juntos, celebrando esa caricia del alma, que tanta falta nos hace.
Y tal vez instauremos el día mundial del alma, el día mundial de la caricia. Y tal vez, nada vuelva a ser igual.
Llueve en Madrid. Isi, no ha podido aguantar más.
Voy con la fregona.
Nada volverá a ser igual. Tenemos que mejorar, en algo. Seguro que lo hacemos.
Cuidaros mucho, por favor.
Animo y suerte.
Pdta.: Mi messenguer esta abierto... ;) y mi correo, también.
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