Letras con sudor (I)

 

𝘾𝙤𝙧𝙧𝙚, 𝙘𝙤𝙧𝙧𝙚

El sudor se deja notar bajo la camisa.

Tiro del borde del cuello y lo agito.

Oigo voces en el patio. Calor saltando a la piscina.

Ella pasea descalza por la orilla dejando que la arena juegue entre sus dedos. Una ola barre y empuja. Vuelve al mar.

Una caricia, agua en caracoles hechos de espuma, van y vienen, buscando su piel.

El sol empieza a caer. Ese momento en que dudas entre sentarte y dejar que el tiempo pase, o correr, correr sin freno, para que todo siga, porque temes que si se para, todo acabará. La caricia, la espuma, el mar, el atardecer.

En agosto hace demasiado calor. Solo a la salida del sol y en su despedida puedo arriesgarme a mirar el horizonte. Los azules se contrastan o hacen pensar en un decorado atrayente con el mínimo detalle, como si a ese cielo le hubieran dado una ultima capa de color, con un pincel.

Un barco, pequeño, dudando entre dejar que el tiempo pase, o correr buscando el viento que hinche sus velas.

Hasta una isla de hormigón puede estar rodeada de mar, de silencio.

Bebo un sorbo de agua helada, y en nada, el sudor volverá.

Ahora, baila, gira, da saltos y su pelo parece un mar con fondo azul. Tiene los ojos cerrados. En el ultimo salto, en ese giro, se fue. Ya no está.

Una imagen, con las manos adelante, intentado parar lo inevitable. Un índice señalador. Giro la mirada, y ahí está, de nuevo el mar.

Tal vez deba elegir.

Y paso el amanecer, vamos con la despedida, deseando un día más, un día menos.

En agosto, hace demasiado calor.

Una isla de hormigón, con olas de asfalto y nubes que invitan a volar. No pares, corre, corre. Que no te atrape el recuerdo, que no te atrape la luna, que no te atrape el sol.

𝙅𝙪𝙡𝙞𝙤, 𝟮𝟬𝟮𝟭