sábado, 15 de junio de 2024

Vida lenta



Aun no ha amanecido.
Contesto un mensaje que me llega de lejos. Solo 17.000 km de distancia.
Envío otro, interesándome por temas de trabajo.
Hablamos del concierto de Bruce, del que me pierdo de Antony and the Johnsons en el Botánico, de las vacaciones escolares, que aquí ya quedan lejos. Hablamos de fines de semana llenos de cosas buenas. Amigos, charlas relajadas.
Pienso eso de "madrileños piernas largas". La revolución es ir despacio.
En cuanto tienen el bono transporte... les crecen las alas y vuelan, digo yo.
Ucrania, ya no está en portada. Gaza, tampoco.
El futbol, gana terreno y en unas semanas, las olimpiadas.
La revolución del descanso.
¿Te imaginas?
Nada que puedas considerar importante. Ni un mensaje, ni una llamada. Procrastinación en modo ON.
He quedado a comer con un buen amigo.
Aunque cada vez me gusta menos, iré en metro. Haré el acto revolucionario de salir con tiempo, de bajar despacio las escaleras, incluso de "molestar" un poco a los que van con prisa sin saber muy bien porque.
Seguiré sin aceptar el asiento que alguna persona amable y educada me ofrezca (pocas) para cederlo a todos esos "cansados crónicos" que se abalanzan sobre ellos.
No estoy cansado o no lo estoy tanto como otros.
Mi revolución del descanso es no parar.
"Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente"
En un rato, charlaré con mis amigos del otro lado del mundo. Mis 9:30 son sus 19:30.
Buenas noticias del trabajo.
Abro la ventana. Los equipos de aire acondicionado de las oficinas y las naves industriales del edificio, generan monotonía.
Vida lenta, para que dure más.
Un cactus, puede crecer entre 1 y 3 cm cada año.
Amanece. Busco la página en la que me quedé.
Seguimos.
Animo y suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario