jueves, 13 de junio de 2024

Panenka



Bruce esta en Madrid. No coincidimos. Ni tan siquiera sabía que tenía actuaciones, aquí.
Mientras, al otro lado del charco, el de la motosierra consigue llevar adelante su ley, aunque descafeinada.
En el parlamento italiano, se lían a manotazos.
Desde hace 12 años el numero de desplazados por conflictos bélicos, aumenta. En mayo de 2024, ya eran 120 millones de personas.
Afroditi Latinopoulou, se llama. La nueva extrema derecha griega se viste de seda. Una frase para titular.
Segundo café.
Sigo dándole vueltas a problemas de gestión, de relación, que no llego a resolver.
Estoy tentado a preguntarle a mi secretaria IA, por si me da otro punto de vista con el que trabajar.
Se que hay más posibilidades de marcar gol, en este penalti, si el lanzamiento es al centro (hay estudios de razonable credibilidad que dicen esto).
El público, ni tan siquiera está mirando. Los unos, comen grasientos bocadillos y trasiegan litros de cerveza. Otros, miran el fondo de la red, sin saber muy bien el motivo del penalti. Y algunos con la mirada en el futuro, no están para estas cosas.
La visión es limitada. Los "opinadores" aumentan, pero la decisión no es suya, ni mía.
Paseo arriba y abajo. Miro por la ventana. A mi espalda, las chicas con su algarabía. Salen de viaje, una actuación que se toman como unas vacaciones.
Tercer café.
Moverse entre la World Happiness Foundation (WHF) y la cuenta de resultados.
Y veo a la gente acelerar el paso al escuchar la llegada de los vagones de metro.
En cinco minutos, vendrá otro tren. En esos cinco minutos, la vida es eterna. En cinco minutos, Amanda.
Y, Panenka, golpea el balón. La decisión está tomada.
Animo y suerte

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