Lunes.
Tengo un amigo (Mirlo, creo que se llama), que le encanta predicar.
Se sube a lo alto de la pérgola, en la esquina más cercana a la fachada, y desgrana miles de ideas.
A veces pienso que se cree ante Pericles, en el Senado Ateniense.
Se gira, da un saltito, y pasea por la travesera. Mira casi con desprecio a los automóviles, muy digno, altivo.
Vuelve a levantar la voz, como si contestara a algún tipo de imprecación.
Levanta la cabeza, con el pico mirando al cielo. Un nuevo salto, y sigue con sus teorías.
Lo miro sin hacer ruido. Si me oye, me mira y se lanza al vacío para ir a posarse sobre una antena de televisión al otro lado de la calle.
Al rato, vuelve.
Habla de naturaleza, de economía, de ese color que el cielo tiene hoy.
Habla de recuerdos, de sonrisas de ojos, de cuando abandonó el nido. De su primer vuelo.
De que el tiempo está loco y ya no sabe cuando es primavera.
Cuenta al mundo sus planes, lo entiendan o no.
Tengo un amigo (Mirlo, creo que se llama), que me cuenta cosas, mientra amanece.
Tengo un amigo (Mirlo, creo que se llama), que me habla.
(Los cereales que tomé anoche, debían llevar algo, seguro)
Animo y suerte.
#100cafesy2000paracetamoles
#lavidaenunataza
#100cafesalamanecer
#contraTupobreza
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