miércoles, 4 de noviembre de 2020

Mirando dentro. María



Hace unos años, día como hoy, llovía. Sigue con la frente pegada al cristal. Las gotas golpetean con ritmo lento en el alféizar. Las luces de la carretera lanzan destellos que rompen la oscuridad y la velocidad de los coches levanta arcos de sombra cargados de agua. No ha sido el mejor día de su vida. Ha sido uno más.

¿Como estás?, le preguntó Carmen a la salida del trabajo.
Bien, fenomenal, contestó ella, intentando sonreír y enviar amabilidad con la mirada.
No podía quejarse.

Las luces tomaron fuerza. Al fondo un edificio, las ventanas abiertas y pájaros, muchos pájaros.
Había dejado de llover y como si el cielo hubiera cargado baterías todo era luz.
Se calzó las zapatillas y salió a la calle.
Aceleró el paso, hasta casi el punto del trote.
Comenzó a correr, un, dos, un, dos, respirar. Se abría un camino bordeado de matorrales y frondosos árboles. Respirar, respirar.
A los pocos minutos ya estaba manteniendo el ritmo y notaba como las gotas de sudor recorrían el surco de su espalda.
Subió un repecho, paso un puente, ni un solo coche, nadie paseaba. Nadie en su carrera.
¿Como estas?
Bien, bien, bien.
Un, dos, un, dos. Respirar. Subió el ritmo y se pasó la muñeca por la frente.
La camiseta empapada, los pantalones se pegaban a sus piernas.
El cielo se apagó. Coches con ojos iluminados, estelas de agua. Se quedó parada en medio de la calle bajo el aguacero, empapada. ¿Como estas?
Y si llueve saldremos a la lluvia
a vaciar el semillero de sonrisas y esperar cosechas
En la silla de parar las prisas
Tanto correr, tanto asentir, tanto quemarse
El viento te traerá nuevos encuentros
Amores nuevos y una vida dulce
Más plena cuanto menos soberbia
Si arrecia el viento norte abajo velas
Calzarse botas y enarbolar hachas
Sobre las superficie nos salvamos
Desde lo más profundo respirando
Un hombre, con un gran paraguas, se quedó mirando a aquella mujer que bajo la lluvia sonreía. El pelo pegado a la cara, labios amables y ojos llenos de luz.
¿La acompaño a algún sitio?
Siempre le había sentado bien salir a la lluvia, para mirar dentro, muy dentro.

*Fragmento de "Saldremos a la lluvia" de Manolo García.

No hay comentarios:

Publicar un comentario