martes, 23 de marzo de 2021

Cartas que nunca enviaré (XX)



Hola.
Ya no podré decírtelo, aunque quiera.
Seguro que te ha dado rabia. A mi, me la hubiera dado.
Es lo que siento ahora mismo. Rabia e impotencia.
Tanto por hacer, por caminar, por sentir.
¿Recuerdas el termómetro para el horno que te recomendé? ¿Lo compraste?
No lo podía creer. Te habías ido.
¿Y todos nuestros planes?
Estaba previsto ir al pueblo, a cocinar, a charlar. Llevaríamos amigos y nos tomaríamos ese gin-tonic con la luna.
Y también, haríamos roscón, y fabada y nos reiríamos del #putovirus.
Nos llevaríamos a Ximo, para que hiciera arroz. A Angela, y tomaríamos su vermut. Seguro que Mercedes, Iñaki y Kenia, se pondrían el delantal con nosotros.
José nos hablaría de sus proyectos y Carmen seguro que nos contaba algo para hacernos reír.
¿Y todos nuestros planes?
No es justo. No lo es.
Es injusto para ti, para tu gente.
Y también es injusto para nosotros. Te has ido.
Me escuecen los ojos.
Isi, viene de cuando en cuando y apoya el hocico en la mesa. La acaricio y ella sabe, que algo pasa.
Hubieras hecho buenas migas con ella, seguro.
"...se nos fue para con su luna, la noche pasada", me dijeron.
No, no podía ser verdad.
¿Sabes que?
Iré. Iré donde la tierra te acoja.
Para desearte buen viaje. Para recordarte.
Con los tuyos. Con todo el que quiera despedir a bona xente, a xente bona, como tu.
Te echaremos de menos.

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