sábado, 9 de abril de 2022

Alguna aventura está por venir



Hoy se me hace difícil poner en palabras todo lo que sentí ayer.
Participé como "lector" en la exposición 𝑵𝒂𝒕𝒖𝒓𝒆 𝒊𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑰𝒏𝒕𝒆𝒓𝒏𝒆𝒕 (Cuttoo.es).
Elegí un texto. Sabía que no podría controlar la emoción y que seguramente me sería muy complicado hacerlo. Ella, decidió que fuera el primero en "𝓵𝓮𝓮𝓻 𝓮𝓷 𝓿𝓸𝔃 𝓪𝓵𝓽𝓪 𝓮𝓷 𝓵𝓪 𝓹𝓾𝓮𝓻𝓽𝓪 𝓭𝓮 𝓼𝓾 𝓬𝓪𝓼𝓪".
Hizo, descalza y sentada en el suelo, una pequeña introducción a lo que a continuación ocurriría. Yo le había dicho el texto elegido, pero, sus amigos que participarían a continuación, le guardaban algunas sorpresas.
Con sus palabras, con su forma de mostrarse ante un público atento y entregado, noté el nudo en la garganta y supe que aquello se llenaría de lágrimas.
Vulnerable, emocionado, las palabras salían lentamente. Parpadeando para que las lágrimas me dejaran poder seguir y ver la línea siguiente.
"𝖠 𝗆𝗂́, 𝗅𝖺 𝗏𝗂𝖽𝖺, 𝗆𝖾 𝗉𝖺𝗋𝖾𝖼𝖾 𝗎𝗇 𝗌𝗎𝗌𝗉𝗂𝗋𝗈. 𝖤𝗅 𝗍𝗂𝖾𝗆𝗉𝗈 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾, 𝖼𝗈𝗋𝗋𝖾 𝖽𝖾𝗆𝖺𝗌𝗂𝖺𝖽𝗈 𝗋𝖺́𝗉𝗂𝖽𝗈. 𝖬𝖾 𝖺𝖿𝖾𝗋𝗋𝗈, 𝖺𝗉𝗋𝗂𝖾𝗍𝗈 𝗅𝗈𝗌 𝗉𝗎𝗇̃𝗈𝗌 𝗂𝗇𝗍𝖾𝗇𝗍𝖺𝗇𝖽𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝖾𝗌𝖼𝖺𝗉𝖾, 𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗌𝖾 𝗏𝖺."
Creo que, en esta frase, necesité varias pausas que me parecieron interminables y pensé que sería incapaz de terminarla.
Levanté la cabeza y la busque con la mirada, pidiendo ayuda.
Allí estaban ellas. Las que me soportan, las que me cuidan, las que me enfadan y me preocupan, las que me llenan de orgullo, las que buscan un abrazo o se rebelan y lloran de rabia o de impotencia.
Éramos unos náufragos en el mismo mar de lágrimas.
"𝐸𝑠𝑒 𝑣𝑒́𝑟𝑡𝑖𝑔𝑜, 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑎𝑟 𝑒𝑛 𝑢𝑛 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜. 𝐸𝑠𝑒 𝑚𝑖𝑒𝑑𝑜. 𝐴𝑦𝑒𝑟, 𝑎𝑝𝑟𝑒𝑛𝑑𝑖́. 𝐷𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜. 𝐴𝑦𝑒𝑟, 𝑔𝑎𝑛𝑒́."
Ayer gane.
Entre los aplausos, me abracé a ella. Salvado, estaba salvado. Ella me cuidaba. Dejé que las lágrimas salieran sin preocuparme de más. Todo estaba bien.
El pan y la sal de Ros, ese café con galletas de Irene mientras Lucas leía de perdidas y amores, intentando olvidar. Gaspar quería fumar un "piti" pero, nervioso y emocionado, dejó que fuera Lucas quien lo liara.
Allí, apoyado en una columna, descalzo, sorbiendo mis mocos y limpiando mis lágrimas, vi amigues ofreciéndose el pan y la sal, tomando un café, fumando un "piti", leyendo en voz alta en la puerta de tu casa.
Gracias Mara Sannia. Gracias por contar conmigo y darme tanto. Gracias por cuidarme. Te quiero. Os quiero.
Animo y suerte.

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