Me ha despertado la lluvia. Es abundante y lleva ya un rato cayendo.
Isi, duerme en el sofá rodeada de cojines. Ha levantado la cabeza y me ha mirado, pero con mínimo interés. La he tapado con su manta mientras volvía a su forma de ovillo
Un café. Me quedo delante del ventanal mirando hacia el mar, que no distingo por la oscuridad.
Algunas farolas dejan ver la calle, otras convierten los edificios en monumentos huecos. Solo una ventana iluminada.
He encendido la luz del baño y he dejado la puerta entreabierta. No necesito más.
En las noticias soy un señor mayor. La incidencia del #putovirus alcanza los 433 casos por cada 100.000 habitantes y ya se habla de las variantes XD, XE y XF
La guerra sigue. También es un señor mayor quien dirige estos ataques. Dvornikov, el mismo que dio las ordenes en Siria. Otra guerra, si. Pero esa importó menos.
Pelea léxica entre pillería y corrupción. Los chicos de la derecha, en su línea.
En Francia, dicen que los ricos votan a Macron y los obreros a Le Pen. ¿A quien votaran en la segunda vuelta los seguidores de Mélenchon? Un centro que es derecha, una izquierda dividida. O sea, en su línea.
Leo titulares vomitivos, dedicados a alimentar la ignora y la polarización. Es jodido ganarse la vida, pero hay formas mucho más honradas.
Otro café.
Oigo las gotas golpear sobre la barandilla. Una sinfonía asincopada.
Preparar las reuniones de hoy. Tres seguidas y después, seguramente, más.
Saldré a buscar a las chicas, llegan en tren, a la hora de comer.
En los Euromillones un premio de 99. En La Primitiva, 24.5. En Bonoloto, 2.8. Y en El Gordo de la Primitiva, 8.1 millones.
No necesito tanto. Solo un poquito para dejar de trabajar por dinero. Para que el dinero deje de ser algo importante.
El dinero es una mierda. Sobre todo para el que lo tiene.
Esto, empieza. Ha dejado de llover.
Animo y suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario